OPINIÓN

El City fue infinitamente mejor equipo: punto y pelota

Los jugadores del Manchester City celebraron por todo lo alto el triunfo del City ante el Real Madrid. /AFP
Los jugadores del Manchester City celebraron por todo lo alto el triunfo del City ante el Real Madrid. AFP

Poco que alegar. El Manchester City fue mejor. Infinitamente mejor. El Real Madrid no pudo conseguir en el Etihad lo que sí pudo en el Bernabéu: tutear a un equipo forjado a base de millones de libras para algún día ganar esta competición. Ahora puede hacerlo. Ha ganado al campeón y de manera brillante. Con el balón y con los espacios. Atacando bien y defendiendo mejor. Los citizen aprendieron la lección del año pasado y en cada momento, en los dos partidos, han entendido lo que tenían que hacer y lo que no tenían que hacer para que la historia no se repitiera.

No ha pasado media hora de que haya finalizado el partido y los dardos sobrevuelan mi cabeza. Todos van dirigido a Ancelotti. Mucho me temo que no va a ver compasión con él y que va a ser señalado como el gran culpable de la derrota. Personalmente, me resisto a señalarle simplemente a él. Si, obligatoriamente, hay que buscar responsables e inculpados, y queremos ponerle a él como cabeza de lista, no seríamos justos si a su lado, y a la misma altura, no colocáramos a todos y cada uno de los jugadores que compusieron la alineación. A todos, menos a Courtois que salvó una goleada que sí podría haber sido escandalosa.

Intuyo que el madridismo y gran parte de la crítica especializada no va a perdonar a Carletto que no jugara Rudiger de titular. "Lo que funciona no se toca y Rudiger secó a Haaland en el Bernabéu". Atrona el mensaje. Cierto. Verídico. Real. Auténtico. Tanto como que sin Rudiger en el once titular y con Militao de central y Rodrygo de delantero, el Real Madrid goleó al Barça en el Camp Nou en las semifinales de Copa (0-4); el Real Madrid eliminó al Chelsea en los cuartos de final ganando los dos partidos y el Real Madrid ganó la final de Copa...

Si ese once funcionó en partidos tan trascendentes como los enumerados, no hay razón para pensar que no iba a responder en esta ocasión. Ancelotti murió con sus ideas. Con su once titular de las grandes noches y que tantas alabanzas se había llevado. Ni más, ni menos. Y si se piensa, que se puede pensar, que es indispensable crucificar al culpable, habrá que poner los clavos al enemigo que fue el verdadero artífice de la victoria.

Y, además, reconocer que este City de Guardiola es un gran equipo y tiene una gran plantilla con jugadores fichados de acá y de allá, temporada tras temporada. Tanto como para ganar la Premier con una remontada de puntos que la hubiera firmado el mismísimo Real Madrid y que también puede ganar la FA Cup antes de proclamarse campeón de Europa en Estambul y, probablemente, convertirse en el mejor equipo del mundo.