La sombra de Xabi Alonso y un entrenador que nunca confió convirtieron en una pesadilla el fichaje de Arteta por la Real: "Era un jugadorazo, pero..."
Se cumplen 20 años de la salida del ahora entrenador del Arsenal de la Real Sociedad, donde apenas jugó 17 partidos en seis meses.
"Fue un desastre. Nunca me sentí conectado en ningún momento". El propio Mikel Arteta (Donostia, 1982) lo tiene claro cuando echa la vista atrás y recuerda su fichaje por la Real Sociedad. Fue la incorporación estrella de la entidad blanquiazul ese verano de 2004, pero su trayectoria como txuri urdin se redujo a apenas 17 partidos (15 de Liga y dos de Copa). Aunque su aventura como futbolista de la Real terminó oficialmente un año después, en julio de 2005, pocos meses después de su llegada a Donostia el sueño ya había salto por los aires. 20 años después de su salida, período en el que triunfó en el Everton y el Arsenal como futbolista, como segundo entrenador de Guardiola en el City y ahora al mando de los gunners, el paso de Arteta por la Real continúa siendo la historia de un gran fracaso.
José Luis Astiazarán, por aquel entonces presidente de la Real Sociedad, apostó fuerte por traer de regreso a un futbolista que se marchó muy joven de Donostia rumbo a la Ciudad Condal. Su fichaje siempre se vio como un anhelo, e incorporar al donostiarra llevó aparejado asumir el elevado salario que tenía un jugador que, pese a que regresó a casa con sólo 22 años, ya había pasado por el PSG y por el Glasgow Rangers. Arteta llegó con la vitola de figura a un vestuario repleto de estrellas como Kovacevic, Karpin, Nihat y de veteranos de la talla de Alberto, Rekarte o Aranburu.
El verano de 2004, asimismo, fue el verano en el que Xabi Alonso salió de la Real destino Anfield Road. Casualidades del destino, Arteta llegó a jugar un amistoso junto a su compañero en el Antiguoko, precisamente en Goodison Park, frente al Everton, donde terminaría recalando en enero, cedido por la Real. Con la salida de Alonso, la presión sobre Arteta se elevó más de la cuenta al crecer las expectativas de tener en él un sustituto, pero el donostiarra no funcionó. José Mari Amorrortu, que era el entrenador de la Real, enseguida le retiró la confianza. Arteta jugó las tres primeras jornadas como titular, condición que perdió en la cuarta jornada y no volvió a recuperar. El equipo arrancó mal, no ganó hasta la sexta jornada y el donostiarra, como admitió en su rueda de prensa de despedida, sintió que se le culpaba por ello. "Se me ha utilizado para desviar la atención cuando el equipo empezó mal pero después no he vuelto a jugar y el equipo sigue mal", dijo en su adiós el donostiarra. "No estoy dispuesto a ello. Pedí posibles fórmulas para cambiar mi situación y no me las dieron. Los argumentos que me dan no me convencen, no me sirven", añadió.
Unas palabras que distaban mucho de las que pronunció el día de su aterrizaje en Donostia. "Llego con toda la ilusión del mundo. La verdad es que ha habido momentos en los que he estado bastante nervioso porque parecía que no iba a poder ser. Pero la Real ha actuado de forma seria y constante y voy a poder cumplir el sueño de volver y disfrutar de mi casa, de mi familia y del club de toda mi vida", afirmó un Arteta feliz, pero esa sonrisa desapareció muy pronto. "Amorrortu no le dio su sitio", reconoce Óscar De Paula, que compartió vestuario con el ahora entrenador del Arsenal. Para el ex de la Real, "hubo compañeros que les gustaban más y apostó por ellos y Mikel, que venía con el rol de titular, no se vio como tal y buscó una salida", reflexiona sobre el adiós de Arteta a la Real Sociedad.
"Amorrortu no le dio su sitio. Hubo compañeros que les gustaban más y apostó por ellos y Mikel, que venía con el rol de titular, no se vio como tal y buscó una salida"
Compañero de Mikel Arteta en la Real"En seis meses no me dio tiempo a intimar y a conocerle tanto, pero era una persona a la que sí le gustaba el fútbol, con una calidad técnica del nivel de donde venía, y con un físico aceptable. De hecho, luego, en Inglaterra, para jugar a ese nivel tienes que tener un físico y una calidad técnica importante, pero ya te digo que no cuadró", reitera el De Paula, consciente de que la situación del equipo tampoco ayudó. "Estábamos frustrados", sostiene el ex de la Real para quien "el modelo de juego de aquella Real no se amoldó a sus características", algo que considera "muy importante" el de Durango. "Si el entrenador tiene un modelo claro y el club también y ficha los jugadores para ese modelo, tienen que casar. Lo que no puede ser es que estés yendo de una cosa a otra. Ahí llega el fracaso, es cuando las cosas no van a funcionar y lo van a cuestionar todo. Y Mikel no es sospechoso de no haber sido buen jugador", argumenta.
15 partidos de Liga, tres como titular, y 481 minutos jugados son el desgarrador legado del paso de Mikel Arteta por la Real. El 31 de enero de 2005, sólo seis meses después de su llegada, la Real asumió el fracaso del fichaje y cedió al Everton a un Arteta que, en su despedida, señaló a Amorrortu como responsable de su 'no éxito' en la Real. "Aquí no tengo nada que aportar al equipo porque no cuento con la confianza del míster. No tenía demasiado sentido seguir aquí, no se estaban cumpliendo los objetivos que nos habíamos marcado ni el club ni yo. Vine con la ilusión de triunfar en el club de mi tierra, pero poco a poco se ha ido desvaneciendo porque la situación deportiva no ayudaba y hay un técnico que no cuenta conmigo. Y no quiero ser ningún problema para el club".
La presión de sustituir a Xabi Alonso
"Se fue Xabi y, de alguna forma, él venía a cubrir el hueco, pero no eran lo mismo, ni mejor ni peor. Eran diferentes", analiza Alberto López, uno de los veteranos de aquel vestuario. "Él ya venía siendo un gran jugador de un equipo que giraba en torno a él, pero cuando llegó aquí, el equipo estaba muy formado. Necesitábamos un jugador perfil Xabi. Y no es ese tipo de jugador, era mucho más creativo, más de fútbol inglés, de llegador. Xabi, en cambio, era mucho más de posición, el '5' por delante de los centrales", explica el exportero. "Le estuvieron buscando ubicaciones en el equipo porque era un jugador importante que había que poner, evidentemente, pero claro, coincidió que el equipo fue perdiendo jugadores, que veníamos de haber hecho segundos, y fue perdiendo potencial. Todo se lio para que, de alguna manera, no funcionara. Él lo intentó, los entrenadores lo intentaron, pero, por lo que fuera, había algo que no", se sincera.
Estima Alberto que con el dinero que había llegado por la venta de jugador, la Real "intentó hacer lo mejor posible" y ahí apareció la figura de Mikel Arteta, pero "a veces, tú traes un jugador muy importante, pero, por lo que sea, no se adapta a la mecánica del equipo. Él lo intentó. Era un jugadorazo y la disposición fue máxima… Era un jugador importante de donde venía. Lo intentaron poner en banda, a pierna cambiada, pero no había manera. Jugando por detrás del punta, pero no era su posición. Era un medio centro, pero con unas características diferentes a lo que hasta entonces había habido aquí", entiende Alberto que asegura que Arteta estaba "frustrado". Razones no le faltaban. "Tú quieres ayudar, eres un jugador que vienes con un rol importante. Era de aquí, aunque la mayor parte de su carrera la había hecho fuera. Pero cuando él viene aquí, realmente, quiere demostrar y ser un jugador importante".
Paso todo lo contrario. No le ayudaron, en opinión del irundarra, las comparaciones con Xabi Alonso. "Fue una situación complicada. El jugador puso todo de su parte, pero el entrenador lo puso en el banco porque el equipo iba a peor. Esto es una maquinaria que no mira a nadie y, realmente, se va comiendo jugadores. Estuvo muy poquito. El vio que tenía que volver a donde pertenecía. Cuando tomó la decisión de venir lo hizo con todas las de la ley, pensando que iba a dar un rendimiento como el que estaba dando, pero es lo que tiene el fútbol. Él volvió a lo que era su ritmo de juego, su manera de jugar y demostró que era un jugador maravilloso", significa.
"Se fue Xabi y, de alguna forma, él venía a cubrir el hueco, pero no eran lo mismo, ni mejor ni peor. Eran diferentes. Él ya venía siendo un gran jugador de un equipo que giraba en torno a él, pero cuando llegó aquí, el equipo estaba muy formado"
Compañero de Arteta en la Real SociedadEntiende también la posición de Amorrortu porque "cuando las cosas no funcionan, el entrenador lo que hace es buscar soluciones a corto plazo, no está para mirar a muy largo plazo y los jugadores, igual. Lo único que están deseando es entrar. 'Si no funcionamos con éste, a ver si funcionamos con otro'. Es lo que piensa en el entrenador. Es injusto el fútbol, pero fue así. Intentas solventar una situación como fue la salida de Xabi con un jugadorazo. Luego lo demostró, pero aquí, por lo que fuera, no terminó de funcionar", lamenta Alberto, que, como veterano, intentó echar una mano: "Hablas con el jugador, porque pasamos muchas horas juntos, pero realmente el jugador en lo único en lo que está pensando es que me ponga el entrenador porque yo lo voy a hacer bien".
“Su nivel futbolístico estaba por encima de lo que demostró en la Real”
Pese a su corta estancia en Donostia, el recuerdo que dejó en los más jóvenes es imborrable. Es el recuerdo de un imberbe por aquel entonces Markel Bergara, futbolista del Sanse pero que entrenaba con el primer equipo. "Tengo muy buen recuerdo de él. Yo era jugador del Sanse y entrenaba con el primer equipo, con mi timidez. No tuve esa fase de amistad. Le edad y el estatus en el equipo marcaba una distancia, pero el trato conmigo siempre fue muy respetuoso, siempre noté que, por jugar en el mismo puesto, quería ayudarme. Posteriormente hemos coincidido tanto en Donostia como de vacaciones y siempre ha sido muy respetuoso. Se le veía que era un fanático del fútbol y lo que está haciendo tiene un mérito bestial", destaca el de Elgoibar, consciente, como no podía ser de otra manera, de que el rendimiento que ofreció Arteta en Donostia dejó mucho que desear. "Como jugador tenía una conducción fuera de lo normal. En Donostia tuvo mala suerte. Su nivel futbolístico estaba por encima de la percepción que dejó en la gente. Era muy buen jugador y lo demostró en otros equipos. En Donostia, por diferentes situaciones, no pudo demostrar su juego", puntualiza el exfutbolista de la Real. "Su nivel estaba por encima de lo que realmente pudo demostrar en Donostia", reitera.
"Como jugador tenía una conducción fuera de lo normal. En Donostia tuvo mala suerte. Su nivel futbolístico estaba por encima de la percepción que dejó en la gente"
Compañero de Arteta en la Real SociedadUn año después de su llegada a Donostia, en julio de 2005, tras volver de su cesión al Everton, cuando la expedición blanquiazul, con Arteta a bordo, estaba a punto de embarcarse en el vuelo que llevaba a la Real rumbo a Corea, ya en Loiu, en Anoeta se llegó a un acuerdo con el equipo inglés para traspasarlo definitivamente a cambio de 3 millones.