Pablo Hernández, la mayor competencia de Joaquín se despide de él: "Me hiciste mejor"
Emery exprimió la lucha por un puesto en el once entre Pablo y Joaquín. Vivieron una rivalidad sana. Oslo fue un capítulo aparte.

En 2006, Joaquín se convirtió en el fichaje más caro en la historia del Valencia. 25 millones de euros pagó el club che por un futbolista que maravilló en su debut con el Betis y quien, tras un inolvidable y testimonial paso por Albacete, recaló en Mestalla. 18.500 aficionados valencianistas acudieron al estadio el día de la presentación más multitudinaria que se recuerda en la entidad.
Dos campañas después, en 2008, Koeman mermó la moral del gaditano. Del Valencia. No fue uno de los tres apartados -Albelda, Cañizares y Angulo-, pero no contó con los minutos que esperaba, tuvieron varios enfrentamientos y el ambiente fue harto irrespirable. La salida del neerlandés tras esa campaña marcada en rojo para el valencianismo y la llegada de Unai Emery fue un soplo de aire fresco. El vestuario respiró, también Joaquín. Pero entonces apareció Pablo Hernández (Castellón de la Plana, 1985), canterano valencianista de 23 años que el club recompró del Getafe y que iba a convertirse, en las tres temporadas que compartieron, en el jugador con el que Joaquín más ha pugnado por un puesto en el once titular a lo largo de su carrera. Ha sido su mayor reto competitivo. "No sé si el mayor, pero uno de los mayores, seguro. Me enorgullece tener ese rol en la carrera de Joaquín, porque es un jugador increíble, de los mejores extremos que ha dado este país en la historia de España, y para mí es un honor haber compartido esos tres años con él", comenta Pablo, que a sus 38 años milita en el C.D. Castellón tras un paso histórico por el Leeds United, donde fue y es un ídolo.
Sobre la mesa, recuerdos, anécdotas, Koeman, Emery, Laudrup, Bielsa... Nombres que, como el de Joaquín, han marcado la carrera del jugador. "Joaquín me hizo mejor futbolista. Y yo a él, en menor medida, también".

¿Cómo has vivido el anuncio del adiós de Joaquín, Pablo? A los 41 años y 23 temporadas en la élite, se dice pronto.
Es de admirar. Yo estoy en una situación parecida a él, llegando al final de mi carrera, acabo de cumplir 38, y que haya seguido en la élite hasta los 41 es de admirar porque se ven pocos jugadores, sobre todo, de campo. En porteros es más frecuente, como Buffon, que tiene 44 o 45, o algún otro que alarga su carrera, pero en jugadores es más extraño y él lo ha hecho al máximo nivel.
¿Le has escrito en estos días?
No, no, no he tenido la oportunidad de escribirle. Le mandaré un mensaje en cuanto pueda felicitándole por toda su trayectoria, por su carrera y también por esos tres años que compartí con él en Valencia; agradecerle los momentos que he podido vivir con él.
Has dicho en alguna ocasión que para ti él fue un espejo en el que mirarte cuando tú estás en el filial che en 2006 y él llega al Valencia. ¿Por qué?
Él era un jugador que juega en mi posición y al final tú te sueles fijar en los que juegan en tu posición, y en ella entonces Joaquín era un referente en España. Era el extremo derecho de la selección española, que recala en el Valencia pero que se sabía que muchos grandes, no sólo en España, lo querían fichar. Luego tuve la suerte de compartir vestuario con él, y aprender de él y compartir muchos momentos.
Vamos a ir desgranando esos años. Para ti él fue un espejo, pero tú para él fuiste un gran reto. Le quitaste la titularidad, le hiciste sudar tinta para tener un hueco en el once y no siempre lo consiguió, ni mucho menos.
Sí, es verdad que jugamos en la misma posición, que en esos años teníamos un entrenador como Emery, que le gustaba rotar mucho y nos dio partidos a los dos. Y en muchos partidos acabábamos jugando juntos, uno en banda izquierda, otro en banda derecha. De hecho, hay muchos partidos importantes que hemos jugado los dos y donde incluso yo le he asistido a él o él me ha asistido a mí.
¿Qué partidos destacarías con los dos en el campo?
Recuerdo uno en casa del Atlético de Madrid, donde yo le doy una asistencia y ganamos creo que 0-1 o 1-2, no me acuerdo muy bien. Luego, recuerdo uno que jugamos juntos contra el Deportivo de la Coruña en Mestalla. Teníamos muchas lesiones en defensa y ese partido jugué yo de lateral derecho y él jugó de banda derecha por delante mía. Le pedí que me echara una mano, que me ayudara en defensa, porque era una posición nueva para mí. Fue un buen partido, lo ganamos, además. Fue bien la cosa.
Lo hizo, entonces, ¿no? ¿Te ayudó en defensa?
Sí, sí, la verdad es que sí. (Se ríe.)
¿Cómo gestionó la situación Emery, el tener a dos extremos derechos como vosotros? Quiso aprovechar esa competencia entre vosotros para sacar lo mejor de cada uno. No le fue mal.
Yo creo que él intentó repartir los minutos, los partidos y, sobre todo, no dejó acomodarse a ninguno de los dos. Recuerdo que a lo mejor uno hacía un partido bueno, que incluso metía uno o dos goles, y al siguiente partido te dejaba el banquillo y daba minutos al otro para que ninguno pensara que tenía el puesto ganado. Esos años conseguí ir a la Selección también, o sea que fue algo muy positivo para mí.

¿Y entre Joaquín y tú hablabais de vuestra situación de rivalidad individual, de ese pique sano?
No, no hablamos de eso, es un poco difícil. Los jugadores lo que queremos es jugar lo máximo posible, cuando no juegas no puedes estar igual de feliz. Cuando uno no juega está un poco cabreado, pero ese cabreo, esa frustración, hay que luego transformarla en el terreno de juego de forma positiva.
¿Cómo canalizaba Joaquín esa frustración contigo? ¿La demostraba de alguna manera?
No, conmigo no, siempre se ha portado bien. Entre nosotros nunca ha habido ningún problema, todo lo contrario, siempre he tenido una buena relación con él y yo creo que eso también nos ayudó, porque creo que el haber tenido alguna mala relación o no llevarnos bien por el tema de que juega uno o juega otro hubiera sido muy negativo para los dos y al final nos hubiera perjudicado.
"Era acabar de comer, pedir los postres y los cafés y sabíamos que había actuación de Joaquín. Era un show"
Exjugador del Valencia¿Alguna anécdota que recuerdes de esa buena relación? Porque con Joaquín hay muchas que se han contado y seguro que otras muchas que aún no…
Sí, de lo que más me acuerdo es de cada vez que teníamos comida o cena de equipo. Era acabar de comer, pedir los postres y los cafés y sabíamos que había actuación de Joaquín. Nos sentábamos y nos preparábamos para escuchar sus chistes y la verdad es que era un show. Es muy positivo para un vestuario tener gente así dentro, que siempre esté animado, que siempre esté positivo, que siempre haya risas, porque al fin y al cabo yo creo que el buen ambiente del grupo en el vestuario luego se ve reflejado en el terreno de juego, y nosotros lo teníamos dentro del vestuario con él.
¿Recuerdas especialmente alguno de esos shows, algún momentazo de Joaquín? Ya no en concentraciones, sino en el vestuario o en aviones, porque el día del partido en Madeira creo que es inolvidable, ¿no?
Sí, te iba a contar eso, porque yo creo que todos los que íbamos en ese avión lo vamos a recordar. Durante toda la semana ya nos habían avisado y en la prensa también salía que el aeropuerto de Madeira era uno de los más peligrosos a la hora de aterrizar y de despegar, porque era una pista muy corta y era agua antes de empezar la pista y agua después de acabar la pista. Se había hablado durante la semana, pero bueno, sin más, no se le había dado tampoco mucha importancia, algún comentario en el vestuario y tal. Y nada, fuimos allí, jugamos, ganamos y cuando íbamos a despegar, vimos que Joaquín se levantó y se fue al baño… Salió del baño con unas aletas, unas gafas de bucear, el tubo y le dijo al capitán que ya estaba preparado, que ya podía despegar. Pues imagínate lo que fue ese avión en ese momento, las risas y el momento que vivimos ahí. Nos reímos mucho, y fue un momento que todos los que estábamos en ese avión seguramente es una anécdota que vamos a recordar toda la vida.
Las charlas previas también daban de sí…
Sí, me acuerdo que un día entrábamos para la charla de un partido. Fue una de mis primeras convocatorias con el primer equipo, yo estaba en el filial aún, y recuerdo que había puesto la alineación del equipo rival Quique Sánchez Flores. Estábamos llegando a la sala de la charla y Joaquín entró y vio el lateral izquierdo vacío, y puso ahí Roberto Carlos en plan de broma. En un momento tenso también, para liberar un poco la tensión y echar unas risas. Luego llegó Quique, lo vio y dijo: "Bueno, pues ahora veremos, a ver si es Roberto Carlos o no es Roberto Carlos".
También hubo algún conato de incendio. ¿Cómo recuerdas aquel partido en Oslo? Era el partido de ida de la ronda previa de la Europa League 2009. Tú eres titular, Joaquín sale en el 70', pierde un balón en la primera jugada en la que participa, Unai se lo recrimina -"Se queda ahí mirando a ver si voy yo", captaron las cámaras de televisión- y en el 79' Joaquín marca el 0-3, un gol que se va a celebrar delante de Emery al grito de "puta madre", entre otras lindezas.
Sí… Los jugadores somos personas y muchas veces tenemos cosas guardadas dentro, tenemos emociones que salen y lo expresamos de una manera u otra. A él le salió hacerlo así y si has hablado con Emery, no se lo tomaría nada mal, porque todos sabemos cómo era Joaquín, cómo era él. Seguramente, luego le pediría disculpas por si le sentó mal, pero no pasó de ahí.
"La marcha de Koeman y la llegada de Emery fue un cambio de aires necesario. Para Joaquín también fue una liberación"
Exfutbolista Valencia C.F.Hablamos de Unai Emery, que llega al Valencia en 2008 después de la salida de Koeman. Es ahí cuando tú subes también al primer equipo y te encuentras con un Joaquín que venía de pasarlo muy mal, ¿no? No fue uno de los señalados del técnico, pero tuvo encontronazos varios con él después de que apartara del equipo a Albelda, Cañizares y Angulo, y contó con pocos minutos.
Sí, la verdad es que sí. El año anterior con Koeman todo el mundo ya sabe lo que pasó, todo el revuelo que hubo. Cuando yo llegué era como un proyecto nuevo, con Unai, un entrenador joven, sin mucha experiencia y una apuesta del club. También llegamos algunos jugadores nuevos y para los que continuaban del año pasado fue un cambio de aires necesario para ellos. Fue muy positivo cómo se dieron los resultados los cuatro años de Emery, y para Joaquín yo creo que también fue un poco liberación. Después de fichar del Betis, encontrarse en esa situación ese año, siendo un jugador importante, un jugador internacional, verse él en esa situación… Todo el mundo sabe lo que pasó con otros jugadores como David Albelda, Cañizares, Angulo. No es plato de buen gusto, sobre todo, para gente que éramos cercanos al club, que hemos sido jugadores de la cantera. En mi caso, yo ya sabía que iba a volver al Valencia al año siguiente desde hacía mucho tiempo. Creo que fue un cambio de aires necesario y que le sentó muy bien al equipo, y también a Joaquín a nivel personal.
¿Te encontraste a un Joaquín muy marcado por aquello?
No, no lo creo. Yo creo que no. Me encontré a un Joaquín con ilusiones renovadas, con ganas de demostrar, porque era un jugador importante a nivel nacional e internacional y después de un año muy negativo, no sólo para él, sino para todos en general, aunque ganaron la Copa el Rey, contra mí, contra el Getafe.
Cuando habla de Koeman es de las pocas ocasiones en las que se ve especialmente serio a Joaquín. ¿Lo recuerdas también así en el vestuario cuando se hablara de ello, del año anterior? ¿Se hacía? ¿Algo que se comentara y que nos puedas contar?
Sí, la verdad que sí. La gente que estaba del año anterior al que yo llegué al primer equipo sí que hablaban muchas cosas, pero tampoco le dieron mucha bola, sabían que era el pasado, que había sido muy negativo para ellos y no querían tampoco recordarlo mucho. En general, no sólo Joaquín, el nuevo proyecto, con Emery, con gente nueva, fue aire fresco para todos y positivo y para mirar al futuro y dejar un poco de lado el pasado.
A ti el año de Koeman te pilló en el Getafe.
Sí, estoy traspasado con la opción de recompra del Valencia. En enero o febrero yo ya sabía que iba a volver. Ya había hablado con el Valencia y me habían dicho que iban a ejercer la opción de recompra. Fue un año muy positivo para mí en Getafe.
¿Intervino de alguna manera Koeman para que no estuvieras esa temporada 2007-2008 en el Valencia? Aunque en realidad la anterior ya estabas fuera del club, cedido en el Cádiz, en este caso.
No, no. Yo salgo del Valencia un año y medio antes, estuve medio año cedido en el Cádiz, y estando allí el Valencia me comunica que voy a formar parte de un traspaso. Entonces, para mí jugar en Primera división era una oportunidad muy buena y dije que sí, que encantado. Y en enero o febrero, siendo Koeman el entrenador, el Valencia me comunica que va a hacer la recompra, que vuelvo a Valencia. Incluso, Koeman en la final de Copa del Rey que nos ganan, después del partido, que yo estoy ahí llorando con mis compañeros, se acerca, me da la enhorabuena por la Copa que habíamos hecho y él ya sabía que yo iba a volver. Me hizo un comentario así como que "nos vemos el año que viene". Hubiera seguido Koeman o no, yo habría vuelto al Valencia igual.
Te ganas el derecho de volver al Valencia con 23 años. ¿Eras consciente de que le estabas "quitando el puesto" a un referente como Joaquín que, tú lo has dicho, en aquel momento ya era un referente e internacional?
No sé si era consciente o no, lo que sí que tenía claro es que yo sabía lo que me había costado llegar ahí, el sufrimiento y el esfuerzo que me había costado llegar a ser jugador del Valencia, del primer equipo, y sabía que me iba a dejar la vida para ganarme un puesto. Sabía de la dificultad, la competencia, sabía dónde estaba, pero yo creía en mí y el creer en mí es lo que me ha llevado a conseguir lo que he conseguido. Así que estaba convencido de que podía mejorar aún como jugador y podía ganarme un puesto.
¿Qué tenías tú como jugador que no tuviera Joaquín para convencer a Emery? ¿Cómo erais uno y otro futbolísticamente en aquel entonces?
Eramos jugadores parecidos, éramos extremos puros, de los que cada vez quedan menos, de los que les gustaba mucho el uno contra uno en banda y buscar el centro, buscar llegadas en el lado contrario para acabar jugadas. En ese aspecto éramos parecidos, es verdad que a lo mejor Joaquín era mejor en el tema de individual, en el uno contra uno, el tema de regates. Yo lo aprovechaba más con mi velocidad, y a lo mejor yo era un poco mejor asociándome, por dentro. Pero, al fin y al cabo, éramos jugadores parecidos.
¿Joaquín y esa rivalidad por un puesto te acabó haciendo mejor futbolista?
Sí, por supuesto. Lo tengo muy claro. El tener esa exigencia en la competencia, esa exigencia al lado, de la talla de esos jugadores, te hace mejorar, porque si no mejoras no puedes tener sitio en un equipo como el que teníamos en aquel Valencia. Mejoré sobre todo en atreverme, en creer en mí, en los uno contra uno en banda. Yo veía a estos jugadores que lo hacían y yo pensaba: "Pues yo tengo que hacerlo también si quiero jugar en este equipo". Eso me dio la confianza para hacerlo, para ver que yo podía hacerlo y era capaz de hacerlo, y esos años en el Valencia fueron de los mejores años de mi carrera, donde supe aprovechar esas cualidades mías de velocidad y el uno contra uno en banda y sacarle el máximo provecho.
¿Qué cogió aquel Pablo Hernández de Joaquín? ¿Qué aprendiste de él?
Aprendí mucho. A saber jugar en banda, a lo que te comentaba de atreverme en el uno contra uno, de lo importante que era saber elegir cuándo hacer un uno contra uno, cuándo no. Y el verle a él me ayudó a ver que yo también podía hacerlo, que tenía que atreverme y confiar en que yo también podía hacerlo. Yo creo que uno de los secretos puede ser su forma de ser o su forma de ver el fútbol, de divertirse siempre, y eso es algo que yo también aplico a mi carrera, intentar siempre disfrutar dentro de un juego. Eso sabía que me iba a ayudar a mantener la ilusión por jugar y a mantenerme siempre con la llama viva de seguir jugando al fútbol. Es uno de sus méritos también.
No sólo aprendiste de él, sino que te inspiró.
Sí, obviamente. De Joaquín y de muchos otros jugadores, siempre he intentado sacar lo positivo de todos los compañeros que he tenido. He tenido la suerte de tener grandes compañeros y grandes amigos y siempre he intentado absorber lo bueno de ellos. Y una de las cosas que puedo sacar de Joaquín es ésa, el jugar con esa alegría, intentar divertirse dentro de un campo de juego, con la exigencia que conlleva el jugar un partido de profesional, pero siempre divirtiéndose. Y eso es algo que siempre ha intentado aplicar yo también en mi carrera. Siempre he sabido que el día que deje de disfrutar en un terreno de juego será un síntoma de que el final está llegando.
"Joaquín me inspiró a jugar con alegría, a divertirme en el campo. Es algo que siempre he intentado aplicar en mi carrera"
¿Cómo era Joaquín entrenando, cómo era de estricto, también en cuanto a alimentación? ¿Cómo era lo que no se ve y menos nos ha interesado de Joaquín, entre comillas, pero que en verdad es que le ha traído hasta aquí?
En ese aspecto, un poco como yo, que cuando éramos jóvenes no teníamos la necesidad de cuidarnos tanto a la hora de comer. No tienes que estar como cuando ya te vas haciendo mayor, que tienes que tener más cuidado con lo que comes, "no puedo beberme una Coca-Cola hoy, hoy sí...". Tienes que ir con más cuidado. Él ha sido así, cuando era joven, ha tenido la suerte de que físicamente, genéticamente, siempre ha estado bien y no ha tenido la necesidad a lo mejor de cuidarse demasiado, pero con el paso de los años, obviamente, para estar donde está hoy en día, con 41 años, ha tenido que cambiar eso un poco e ir cuidándose más. Tengo tres años menos, he cumplido 38 ahora, pero también he experimentado eso en el fútbol, que cuando te haces más mayor tu cuerpo necesita más cuidados y yo creo que en ese aspecto seremos un poco similares.
Más allá de la guasa y las risas, ¿qué rol tenía en el vestuario? ¿Tenía voz? ¿Era ya tan carismático y pegamento dentro del grupo?
Sí, Joaquín era un jugador con mucho peso en vestuario. Yo creo que aunque había gente más veterana que él, pero él era un jugador internacional, que ya había sido muchas veces internacional, ya había jugado Mundiales o Eurocopas y ese tipo de jugadores tienen mucho peso en un vestuario, y también su forma de ser ayuda a ello. Y sí, la verdad es que era un jugador con peso y que también para gente joven era un referente y eso también te hacía mirarlo de otra manera. Sobre todo, para gente joven como yo, gente que venía de la cantera, del filial, siempre ha sido un referente.
Joaquín se va al Málaga en 2011, tú te quedas en el Valencia un año más. ¿Qué supuso para ti que se marchara?
Una decisión que tomó él de salir del club, pero uno nunca sabe si fue bueno o no para mí, porque a lo mejor haber mantenido esa competencia me hubiera servido a mí para seguir creciendo, para seguir sacando lo mejor de mí, y a lo mejor con su marcha no supe hacerlo. Eso nunca se sabe. Al final, esto es fútbol, cada uno toma su camino. En ese momento se separaron nuestros caminos, yo seguí en el Valencia, pero llegó otro jugador en esa posición que también fue una competencia dura y, de hecho, ese año yo no acabo contento con mi rendimiento ni con los minutos que había jugado y decidí salir del Valencia. Nunca se sabe lo que hubiera pasado.
¿La competencia con Sofian Feghouli pudo forzar tu salida y la tuya, previamente, la de Joaquín? ¿Te sentiste responsable de alguna manera de que buscara nuevos retos?
Quiero pensar más que no, que él pensó que se había acabado una etapa para él, que necesitaba un nuevo proyecto y el Málaga se lo ofreció, con aquel Málaga que todos sabemos que era un súper equipo. Tomó la decisión que pensó que sería lo mejor para él, pensando en su bien y en cómo quería enfocar su carrera, y en ese momento él vio que su etapa en Valencia había acabado.
Lo que sí es cierto es que tú has sido el mayor rival deportivo que ha tenido Joaquín para ganarse un puesto, la mayor competencia para hacerse con la titularidad. En la Fiorentina lidió un año con Salah, pero Joaquín jugó mucho más. ¿Sientes que has sido el gran reto de su carrera?
No sé si el mayor, pero uno de los mayores, seguro, porque fueron tres años en el Valencia, y no sé si en el Betis cuando salió, de joven. Pero bueno, yo es que creo que en cuanto empezó a destacar y explotó como jugador, con 17 o 18 años, empezó a jugar, a jugar todo. O sea, que puede ser… Eso también me enorgullece, que pude tener ese rol en la carrera de Joaquín, porque es un jugador increíble, de los mejores extremos que ha dado este país en la historia de España, y para mí es un honor haber compartido esos tres años, con él.
En tu caso, del Valencia recalas en el Swansea, Al-Arabi (Catar), Al-Nasrr (Arabia Saudí) y estás cedido en el Rayo, pero tu gran salto deportivo fue tu marcha al Leeds. Estuviste cinco temporadas (2016-2021) y fuiste un auténtico ídolo.
Sí, cosas de la vida. Como dices, del Valencia me voy al Swansea, que fueron dos años increíbles, donde ganamos la Copa de Inglaterra, algo histórico para el club, uno de mis mayores logros como jugador también. Fueron dos años buenos y después de la marcha de Laudrup, que fue el valedor mío allí, el que me llevó al Swansea después de coincidir con él en el Getafe, antes del Valencia, pues sí, también decido salir. Por circunstancias, me llega una muy buena oferta económica de Catar, decido ir allí y después de un año de cesión en el Rayo me llama el Leeds, donde el entrenador era un excompañero mío del Swansea (Garry Monk). Decido ir allí a Segunda pensando que no iba a estar mucho tiempo allí. Fue mi primer pensamiento: "A ver si hago un buen año en el Leeds y me sirve de trampolín para volver a la Premier o volver a España". Pero me encuentro un club increíble, un club que no hubiera imaginado en la vida que era tan grande, con tanta magnitud, no sólo Inglaterra, sino alrededor del mundo. Y tuve la suerte de empezar con buen pie, de estar a un buen nivel y la verdad es que los cinco años que estuve allí, increíbles. Conseguimos el cuarto año subir a Premier, pude volver a jugar en Premier un año y acabar mi etapa allí en Premier League y, como dices, sintiendo un cariño increíble por la afición del Leeds.
180 partidos jugaste en esas cinco temporadas, marcaste 37 goles. ¿Cómo recuerdas la vuelta del equipo a la Premier, 16 temporadas después? Contribuiste con nueve tantos al ascenso.
Increíble. Ha sido el mejor momento de mi carrera, pienso yo. Posiblemente han sido los mejores cinco años de mi carrera a nivel futbolístico. Supe adaptarme muy bien al club, al fútbol inglés de Segunda división y me permitió hacer muy buenos años, con muy buenos números. Es que para mí era algo impensable el ir a un club como el Leeds, en Inglaterra, tan lejos de casa otra vez, y los cinco años que he vivido y guardar todo el recuerdo que guardo de la afición del Leeds, donde me sacaron una canción, donde me hicieron un mural en el centro de Leeds, donde me dieron tres años consecutivos el mejor jugador del equipo en la Liga, que es algo que nadie había conseguido en la historia. Todo eso, para mí es algo inolvidable.
Cinco temporadas que a Marcelo Bielsa, uno de tus técnicos en el Leeds, se le hicieron cortas, porque dijo que le habría encantado que hubieras seguido allí.
Sí, la verdad es que sí. Estuve tres años con Marcelo y me quedaba un año más de contrato en el Leeds, pero ya cumplí 36 años y por temas familiares también, nacía mi tercera hija y eran muchos años ya fuera de casa y ya estaba metido aquí en el Castellón en un proyecto dentro del club, como parte del accionariado, y tomamos la decisión de salir. La verdad es que sólo le puedo agradecer a Marcelo y a Víctor Orta, a Andrea Radrizzani, el dueño del Leeds, porque entendieron mi situación.
"Hay muchos entrenadores buenos, pero como Bielsa, ninguno"
Exjugador Valencia C.F.¿Qué piensas, qué sientes cuando nombro a Marcelo Bielsa? ¿Qué significó para ti?
Siento una suerte tremenda de poder haber trabajado con él. Yo creo que es una experiencia increíble. Los jugadores que hemos tenido la suerte de vivirla sabemos de lo que hablamos, porque mucha gente puede decir que hay muchos entrenadores buenos, pero yo creo que como Bielsa no hay ningún entrenador. Ya no hablo de que sea mejor o peor, sino de la forma de trabajar, de lo exigente, de lo que es capaz de sacar de los equipos, de los jugadores, del rendimiento que es capaz de sacar. Es algo increíble, y la verdad es que, ¿qué voy a decir yo? Probablemente, mis tres mejores años como profesional han sido con él, así que no tengo mucho más que decir.
¿Es tan especial como parece?
Sí, sí, es muy especial. Es muy diferente a todos entrenadores que yo había tenido, la forma de trabajar, la forma de llevar el día a día, de ver el fútbol. Si desde fuera ya se percibe eso, pues imagínate desde dentro.
¿Nos cuentas algún recuerdo, algo que nos haga apreciar el porqué era tan especial? Alguna experiencia o charla que te marcara deportiva y, sobre todo, humanamente.
Sí. Al poco tiempo de llegar, un día vamos a entrenar y nos hace ponernos por grupos de tres o cuatro. Nos reparten unas bolsas gigantes de basura a cada grupo y nos dice que ya podemos salir por la ciudad deportiva y recoger toda la basura que veamos, y limpiar toda la ciudad deportiva. Y nosotros nos quedamos mirándonos un poco incrédulos, diciendo: "¿Por qué quiere que hagamos esto?" Estamos cerca de una hora recogiendo toda la ciudad deportiva y cuando nos vuelve a juntar nos da una charla diciendo que eso que hemos hecho nosotros hay mucha gente que lo hace para poder pagarse una entrada cada domingo en nuestro estadio. Que le debíamos un respeto a esa gente y que por eso teníamos que dar el máximo en el terreno de juego, por esa gente que nos apoya y que nos anima, porque a ellos les cuesta mucho esfuerzo, y de su bolsillo, para vernos. Que teníamos que entender eso. Y fue algo que nos chocó mucho.
Me imagino el impacto y las miradas entre vosotros y decir: "Joer, qué razón tiene".
Sí, así es, porque muchas veces los jugadores de fútbol, siempre lo he dicho, vivimos en una burbuja. Parece que vivimos en otro mundo y no es así, no es el mundo real. Yo, por suerte, lo he tenido claro siempre eso, porque tengo los amigos de siempre, sé los problemas que ha tenido mi familia, o que tiene mi familia, y sé que nosotros vivimos en una burbuja y que muchas veces hay que salir de esa burbuja y pararte a ver el mundo real para darle valor a las cosas, a todo, no sólo a nivel de dinero, sino a nivel emocional, a nivel de problemas, a nivel familiares, social. Hay muchos problemas que están ahí, que tenemos que ser consciente de ellos.
¿Te gustaría verlo de nuevo en LaLiga? ¿En qué equipo te encajaría?
Bueno, yo creo que en el equipo en el que estuvo ya, obviamente, en el Athletic de Bilbao. Es un club que le va al pelo, por la filosofía, sobre todo, porque Marcelo también es un entrenador que le gusta trabajar mucho con la cantera, con los chavales jóvenes. En el Leeds, cuando él estuvo de entrenador, no sé ni el número de chavales que debutaron con él, pero seguro que me quedo corto si digo quince o veinte. Así que el Athletic Club yo creo que sería el idóneo. Ya estuvo allí, hizo un trabajo increíble con ellos y es el club donde más le veo.
"Pocos jugadores pueden decir que su ídolo de la infancia luego ha sido su entrenador. Yo tengo la suerte de decirlo con Michael Laudrup"
Exjugador del Valencia C.F.¿Y cómo es Laudrup?
Para mí, un referente. Yo creo que pocos jugadores pueden decir que su ídolo de la infancia luego ha sido su entrenador, y yo tengo la suerte de decirlo. Tengo una anécdota del día que me presentan en Getafe. Mis padres me acompañaron y mi madre vino a la rueda de prensa de presentación con un recorte de periódico mío, de cuando yo tenía 10 u 11 años, en un periódico local de aquí de Castellón, donde el titular es: "Me gustaría ser como Michael Laudrup". Y mi madre lo llevó allí y lo enseñó toda orgullosa a los periodistas. Para mí fue un referente como jugador, fue mi ídolo, y luego como entrenador, igual; un entrenador que me ayudó a crecer mucho ese año en Getafe y luego en Swansea. Un entrenador no tan exigente como otros o que trabajen tanto en el tema táctico, pero un entrenador que sabe transmitir confianza a los jugadores. Te da toda la confianza del mundo para que juegues el balón, para que la pidas, para que intentes regatear, y eso a los jugadores nos hace más fuertes, el saber que el entrenador te invita a que, aunque falles, volver a intentarlo. Es algo que él lleva muy bien, esa relación con los jugadores.

¿Cómo fue el involucrarte a nivel de accionariado en el Castellón siendo todavía futbolista? Porque aún estabas, y estás, en activo, pero ya sabes lo que es vivir el fútbol desde el otro lado.
Sí. Yo estando en Leeds, el Castellón llevaba un montón de años ya en Tercera División, creo que eran siete u ocho años, donde habían pasado varios propietarios, varios presidentes y ninguno parecía que apostaban verdaderamente por el club. La situación del club era crítica a nivel económico, con muchas deudas y, bueno, surgió la oportunidad junto a Ángel Dealbert, que fue compañero mío en el Valencia, y un empresario de aquí de Castellón, Vicente Montesinos, de coger las riendas del club, de hacer una inversión y ser propietarios del club, intentar ayudar al club.
No nos lo pensamos, nos tiramos a la piscina, sabiendo los riesgos, sabiendo la dificultad y la verdad es que lo volvería a hacer si se presentara otra vez la oportunidad: salvar al club donde empecé a jugar, el club de mi ciudad, donde yo empecé a ver fútbol profesional en Primera y Segunda División con mi padre, que me llevaba de pequeñito. Por eso no dudé y me tiré a la piscina. Y después de cinco años, el año pasado entró un nuevo propietario y nosotros nos echamos a un lado. Creíamos también que ya había llegado la hora de que alguien con más colchón económico, alguien con ganas de invertir mucho dinero, entrara, y nosotros creemos que ya hemos hecho un buen trabajo. El salvar al club, incluso subimos a Segunda División hace tres años, aunque bajamos al año siguiente, pero el poder asomarnos otra vez al fútbol profesional, recuperar la ilusión de la gente del Castellón, que la había perdido, eso lo hicimos y, como he dicho, lo volvería a hacer otra vez.
Es bonito, porque a pesar de jugar en el Valencia, de vivir esos años con tu referente como era Joaquín, o Laudrup, de tu internacionalidad, de tus años en el Leeds, tú has reconocido que tu gran sueño era jugar en Castalia.
Sí, porque yo venía de recogepelotas de pequeño aquí. Aunque el club estaba en Segunda B, yo me veía, yo soñaba con algún día jugar ahí. Jugué cuatro años en la cantera del Castellón, en infantiles y cadetes, antes de fichar por el Valencia. Tengo fotos en Castalia, en el campo del Castellón, con 2 o 3 años, con Butragueño, con Schuster, que mi padre me llevaba y me sacaba a hacerme la foto, y para mí siempre había sido un sueño. Tuve la oportunidad de hacerlo con el Cádiz en Segunda como visitante, pero yo siempre he dicho que quería hacerlo con la camiseta del Castellón, y el año pasado ya lo hice. Este año sigo en activo y mientras me quede cuerda, pues aquí estaré, intentando ayudar al club a volver al fútbol profesional y dando lo que me quede por este club.
"El colofón a mi carrera sería acabarla con un ascenso del Castellón"
Exjugador del Valencia C.F.¿Cuánto te queda? Porque hablábamos de la retirada de Joaquín. Ya lo has dicho, tienes 38 años, tres años menos que él, todavía mantienes la ilusión por jugar. ¿Te planteas después de su adiós que el tuyo también puede estar más cerca?
De momento me queda un año más de contrato, así que ya veremos. Primero quiero acabar esta temporada, estamos ahí en puestos de playoff. Poder acabar mi carrera con un ascenso del Castellón sería el colofón, sería el momento perfecto para hacerlo. Así que de momento a esperar, ahora estoy lesionado, a recuperarme lo antes posible para ayudar al equipo, para intentar ayudar a mis compañeros y al club a conseguir el objetivo.
¿Y cómo te ves cuando dejes el fútbol? Ya sabes lo que es estar en la propiedad de un club pero, ¿te ves más ahí, entrenando, con una dirección deportiva…?
Pues no lo sé, la verdad es que tengo dudas, sé que algo voy a hacer relacionado con el fútbol porque ha sido mi vida desde los cuatro años y es algo que amo y que sé que lo necesito en mi vida, el estar en el fútbol. De hecho, me estoy formando en varias facetas. Estoy formándome como entrenador, sacándome los títulos de entrenador, ahora estoy también sacándome el título de director deportivo en la Federación Española, que voy cada lunes. Me queda poquito, me quedan dos lunes sólo para acabar el curso. Y sí, mi idea es formarme, conocer todos los ámbitos del fútbol, conocer las diferentes áreas en un club y luego ir decidiendo. No tengo prisa tampoco. Seguramente probaré de entrenador y veré si me gusta, si valgo, porque por mucho que me guste, a lo mejor pruebo y veo que no valgo. No lo sé, pero sé que voy a estar ligado al fútbol seguro.
¿Y por dónde pasa el futuro de Joaquín? Se comenta que puede ser el futuro relaciones institucionales del Betis, pero parece que en la televisión no dejaremos de verle tampoco, ¿no?
Si, ya lo estamos viendo, ya tiene su programa, aparece en muchos programas, pero bueno, yo creo que es algo que sabíamos todo el mundo desde hace muchos años, que tiene ese carisma diferente, ese carisma especial que lo hace llamativo en muchos ámbitos de la vida: en el fútbol para muchos cargos, en la televisión, para cualquier programa vale, da igual de qué vaya el programa o de qué hablen, él sabe adaptarse. Haga lo que haga seguro que le va a ir bien.
Me decías al principio que no le habías enviado ningún mensaje a Joaquín. ¿Quieres dejárnoslo aquí y se lo mandamos nosotros? ¿Qué le dirías a Joaquín en su adiós después de todo lo que habéis compartido? Aprovecha.
Pues bueno, Joaquín, te mando un abrazo muy fuerte. Felicitarte por tu carrera, por aguantar todo lo que has aguantado, que a mí me queda poquito ya, pero la verdad es que tiene mérito lo que has hecho. Para mí fue un orgullo compartir vestuario contigo, compartir equipo contigo esos tres años en Valencia. Me hiciste mejor jugador. Estoy convencido de ello, que tenerte ahí al lado y como competencia me hizo mejorar y crecer como jugador. Y sé que, en menor medida a lo mejor, pero yo también ayudé a que tú fueras mejor jugador. Fue una competencia muy sana, no tuvimos ningún problema, todo lo contrario. Para mí fue un orgullo y un espejo donde mirarme el tenerte como compañero. Te deseo lo mejor en la nueva etapa, en la nueva vida que te viene, que seguro que son cosas buenas. Ojalá nos veamos pronto. Te mando un abrazo.
Pues fantástico final, Pablo. Muchas gracias.
Muy bien. (Sonríe.)