El Brujas convierte en pesadilla el sueño europeo de Osasuna

Golpe duro. Durísimo para Osasuna y su gente. Ni siquiera la mala suerte que tuvieron en el sorteo y la entidad del rival, un Brujas que el curso pasado eliminó a Bayer Leverkusen y Atlético Madrid de la Champions, habían rebajado la euforia europea en Pamplona. Quizá por eso el varapalo de caer en El Sadar (1-2) a las primeras de cambio es aún más doloroso. Los navarros aún tienen mucho que decir, ya saben que nunca se rinden, pero la derrota por la mínima ante los belgas complica sobremanera el futuro rojillo en la Conference League.

La sensación, además, fue la de queel Brujas apretó cuando lo necesitó. Osasuna compitió bien, entró entonado al partido y no le pesaron los nervios de una noche grande, pero con el paso de los minutos y ante la imposibilidad de hacer daño a Mignolet, se fue haciendo pequeño al mismo ritmo que crecían los visitantes. Ya avisaron en el tramo final del primer tiempo, golpearon en el inicio del segundo con un gran gol de Olsen y respondieron con grandeza al empate del Chimy con otro golazo de De Cuyper.

Los últimos minutos fueron un asedio rojillo, pero más allá de un remate de Budimir que se fue alto y un intento de media distancia de Moncayola, Mignolet no sufrió. El sueño de la Conference sigue vigente, pero hará falta un milagro en Brujas para que Osasuna siga haciendo historia.

Chimy es así. Ángel y demonio. Un día puede irse cabizbajo de El Sadar, con un rapapolvo de Jagoba Arrasate y en el punto de mira de todos por un cruce de cables y otro puede recibir una ovación enorme por un golazo. Ha pasado unos días complicados, criticado por su fea entrada a Berenguer y mirado con lupa por vestuario, entrenador, club, afición... "Se siente señalado, dolido y arrepentido", dijo Arrasate. Se reivindicó con un golazo y una acción maradoniana, ya con 1-2, que le habría convertido en héroe absoluto.

No fue suficiente, pero su partido estuvo a la altura de lo que siempre ha sido en Osasuna. Un jugador que contagia, que engancha a la afición, que brega con todos, que pelea hasta el último balón y que, además, tiene mucho gol.

Casualmente el tanto llegó en la segunda mitad, cuando los cambios de Jagoba le habían desplazado a la banda derecha. Ahí es donde realmente más le gusta utilizarle al técnico precisamente para potenciar acciones como la del tanto. Su olfato goleador le hace buscar área, es inteligente para encontrar los espacios a las espaldas y atacar el segundo palo. Con la posición ganada, remató exactamente como demandaba la jugada. Picado abajo. Un golazo que enganchó al cuadro rojillo al partido y que de alguna manera le siguen dando esperanzas de poder remontar en Bélgica.

"Este es Mojica, lo que habéis visto hoy". La frase la pronunció Jagoba el pasado fin de semana tras la derrota ante el Athletic. Un partido que le define a la perfección. Un jugador capaz de generar peligro constantemente por su banda, pero blando en defensa. Despistado muchas veces. Lo pagó ante Iñaki Williams en LaLiga y volvió a pecar ante Skov Olsen. El colombiano defendió mal al extremo sueco, le dio metros, no le cerró su pierna buena y le permitió a uno de los jugadores más peligrosos del Brujas disparar sin apenas oposición. Gol, como es lógico.

En el debe, además, esta noche europea en El Sadar no pudo tener tanto protagonismo ofensivo. Lo intentó constantemente, se ofreció e incluso interiorizó su posición por momentos, con Moi Gómez bien abierto a banda izquierda, pero no logró tener la presencia que sí tuvo hace unos días ante el Athletic. Sus primeros minutos como rojillo dejan ciertas dudas, más aún en un conjunto tan sólido defensivamente y que si se ha caracterizado por algo en estos últimos años es por ser un bloque al que es muy complicado hacerle ocasiones.

"Este es el Mojica que queremos, con sus virtudes y sus defectos", dijo también el técnico tras su primer partido en El Sadar. El problema para él es que sus defectos han costado ya dos goles. Su trabajo con balón no compensa por el momento, pero tiene tiempo para redimirse y convertirse en un futbolista clave para Osasuna y su afición.

Al ver la alineación rojilla, la sensación es de que este equipo ha crecido muchísimo. Una pareja de centrales consolidada en la élite, laterales largos, calidad por dentro y la rabia del Chimy. Un club que ha crecido hasta llegar aquí, luchando por una fase de grupos continental. Pero el partido demostró algo que saben en el club, aunque Jagoba intente evitarlo en las últimas ruedas de prensa. Necesitan un jugador de banda. Un cuchillo que le dé mayor profundidad al equipo y que permita generar más peligro. En estos momentos, la plantilla está descompensada en esa posición pese al fichaje de José Arnaiz.

En este inicio de temporada, Rubén García -cuajó un buen partido- y Moi Gómez han actuado en las bandas. Dos futbolistas más interiores, de calidad, jugando a pierna cambiada. La realidad es que la apuesta no le salió bien al técnico rojillo, que cada día que pasa echa más en falta a Abde. Falta una semana para el final del mercado y Braulio tiene la tarea de encontrar a un futbolista que pueda hacer olvidar el vacío que dejó el marroquí en esa banda izquierda de El Sadar.

Dejemos el resultado a un lado. Lo de este estadio y esta afición es digno de alabar.Es un espectáculo vivir un partido en la olla en la que se ha convertido El Sadar desde la remodelación. Ensordecedor por momentos. Atronadores los gritos que comienzan en el fondo y que se contagian inmediatamente en todo el campo. Reivindicativo también. La UEFA recibió un par de mensaje ("La UEFA es una mafia") tras un par de decisiones polémicas del colegiado, pero sobre todo los miles de aficionados rojillos -nunca mejor dicho porque todos vistieron de rojo- se dedicaron a animar a los suyos.

Y como las grandes aficiones, lo hicieron aún más cuando su equipo sufría. El segundo gol dejó helado a los hinchas, pero rápidamente se levantaron para llevar a los suyos en volandas para apretar en los últimos minutos. Y cuando terminó el choque, con la derrota consumada y al borde del precipicio de la eliminación, ovacionaron a los suyos como pocas veces han hecho. Un ejercicio de agradecimiento por todo lo que disfrutaron la temporada pasada. Eso nunca se olvidará, pase lo que pase en Brujas la próxima semana.