Mendilibar debuta con victoria y acerca a Olympiacos a los octavos de la Conference League

José Luis Mendilibar comienza su nueva etapa en un banquillo con victoria, como ya le sucediera la pasada temporada en el Sevilla FC. El técnico de Zaldívar tomó las riendas hace una semana de Olympiacos, el gigante del fútbol griego, con quien se ha estrenado este jueves en competición europea. Y lo ha hecho con victoria ante el Ferencváros (1-0) en la ida del playoff de la UEFA Europa Conference League.

Ayoub El Kaabi anotó en el minuto 85 el único tanto de un partido que coloca a la entidad de El Pireo a 90 minutos de acceder a los octavos de final del torneo. Aún está lejos de Atenas (la final será en el estadio del AEK), ni siquiera Olympiacos es uno de los favoritos a alzarse con la tercera competición continental, pero Mendilibar busca romper con los pronósticos, al igual que ya consiguió la pasada campaña en Nervión.

Mendilibar ha heredado una plantilla que ya estaba formada y sin posibilidad de obtener refuerzos. El pasado reciente del conjunto heleno tiene a un director deportivo y entrenador portugués, despedidos ambos por Evangelos Marinakis, dueño del club, en la última semana.

Por eso, su plantilla está plagada de acento luso. El técnico español alineó a buena parte de ellos: David Carmo y João Carvalho de inicio y André Horta y Daniel Podence desde el banquillo. También entró en la segunda parte, al borde del final, Vicente Iborra, único español presente en la convocatoria. Quini no estuvo entre los elegidos, mientras que Fran Navarro, incorporado en enero desde el Porto, no fue inscrito en UEFA.

De este modo, Mendilibar continúa su idilio con las competiciones europeas. El año pasado sumó dos victorias y tres empates desde que asumió el comando técnico del Sevilla, con quien cosechó dos empates en la presente edición de la UEFA Champions League. La derrota en la tanda de penaltis en la Supercopa de Europa contra el Manchester City (disputada en el Georgios Karaiskakis, su nueva casa) es el único borrón de un historial europeo prácticamente impoluto. En siete días, la vuelta en Budapest, con los octavos en el horizonte y, por qué no, con el sueño de volver a levantar otro trofeo continental.