Los plazos que tiene por delante Osasuna para jugar la Conference... y que el Athletic vigila

Osasuna ha recibido este viernes las conclusiones de un informe elaborado por los inspectores de la UEFA que recomiendan la no inscripción del club en la Conference League. No todo es lo que parece porque esta presunta resolución no es concluyente. Ahora, la pelota pasa al tejado de UEFA. Concretamente, al Comité de Control, Ética y Disciplina y al Comité de Apelación, que son los que deben comunicar la sentencia que establezca si, efectivamente, el equipo rojillo puede competir en Europa o no la próxima temporada. Una historia de nunca acabar que desespera tanto a aficionados como a directiva, ansiosos de aprovechar el descanso tras una temporada inolvidable y poder celebrar que lo que se han ganado sobre el terreno de juego se ejecutará la próxima campaña en el mismo lugar.

Para ello, toca ser precavidos. De hecho el club es consciente de lo que puede estar por venir: "Estamos preparados para lo peor". Por el momento, se desconoce cuándo los organismos pertinentes dictarán sentencia. Se espera que sea una decisión rápida, que podría llegar en el Comité Ejecutivo de UEFA del próximo 28 de junio. No es una certeza, tan solo una sospecha. Apelación, no obstante, suele ser rápido y la urgencia de la situación no puede ser mayor.

Si Apelación sentencia la eliminación de Osasuna, el club ya ha advertido que acudirá a todas las instancias disponibles para defender sus derechos. La definitiva será el TAS. La gran diferencia entre UEFA y el Tribunal de Arbitraje Deportivo es que en este se celebra un juicio nuevo. Es decir, que la entidad podrá aportar nuevas pruebas y no solo se tendrá en cuenta el criterio del organismo regulador del fútbol europeo, sino que se analizará con detenimiento el asunto desde su base.

Puede resultar un punto favorable para Osasuna, que sigue defendiendo que la sentencia del Tribunal Supremo, que acabó condenando a exdirigentes rojillos, no es más que un proceso en el que el club ejerció de acusación particular y en el que acabó resultando una víctima. Desde la actual directiva instan a que aquello fue un juicio contra los anteriores mandatarios y que ahora no debe afectar a lo deportivo. Sin embargo, los inspectores de UEFA consideran que es suficiente para su exclusión por el presunto incumplimiento del artículo 4.1 del reglamento general.

Queda por ver si UEFA llega a sentenciar en función de las recomendaciones que ya han llegado a las oficinas de El Sadar o si, por el contrario, permite a los de Arrasate defender en el campo lo que se ganaron por acabar LaLiga Santander en la séptima posición de la tabla clasificatoria. El plan del club pasa por esperar a la sentencia oficial, después valorar recurrir ante Apelación (si no es quien emite la sentencia) o ante el TAS y esperar que la resolución les favorezca.

Hay más actores en la ecuación más allá de Osasuna. Si los rojillos quedan excluidos de la Conference League, hay otro equipo español dispuesto a heredar su plaza: el Athletic. Aunque ni siquiera está garantizado que vayan a jugar la competición... Todo depende de los plazos.

Para ello, hay una fecha clave: el 7 de agosto. El equipo español clasificado para la tercera competición continental debe superar una ronda previa, como todos aquellos clubes con derecho a pelear en el torneo. El rival de Osasuna en la eliminatoria por el acceso a fase de grupos se conocerá tras la disputa de otra previa anterior. El sorteo se celebrará el próximo 7 de agosto.

En ese momento, si Osasuna aún no ha recibido una sentencia que le elimine definitivamente de la Conference League, tendrá derecho a ser parte de los bombos. A partir de entonces, si llega la condena de no inscripción, el Athletic no entraría en el sorteo ni ocuparía su lugar, sino que la plaza sería directamente para el rival que se emparejara con los de Arrasate.

Es decir, el Athletic solo podrá jugar la Conference League si antes del 7 de agosto, Osasuna está eliminado de forma oficial por la UEFA y por todos los organismos pertinentes. El equipo vasco, por el momento, se mantiene en su habitual perfil bajo, esperando acontecimientos y con optimismo de poder jugarla. Los rojillos, mientras, pelearán hasta el final para evitar que España se quede por segunda vez en tres ediciones sin representación en la tercera competición europea.