La 'comisión que aún no existe', la falsa amenaza de UEFA-FIFA y otras verdades a medias para entender el pulso del Gobierno y la RFEF
Más allá de los grandes titulares hay matices que, para el ojo experto, avisan de por dónde pueden evolucionar las interminables elecciones de la Real Federación Española de Fútbol.
Es una decisión "inédita, extraordinaria y contundente". Así explicaron fuentes del Consejo Superior del Deporte (CSD), es decir, del Gobierno, la creación de la comisión que va dirigir la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en los próximos meses. ¿Dónde está el problema? Pues en un detalle muy simple: todavía no existe. Ha sido más precipitada la necesidad de anunciarla que la realidad de crearla. Mucho más urgente el movimiento "político" de acción (inédita, extraordinaria y contundente) que realista de formar, de verdad, dicha comisión, cerrar a todos sus miembros y convencerlos para el marrón que les espera.
¿Por qué se ha hecho así? El Gobierno no tenía otra opción que demostrar un golpe de mano. Tanto el secretario de Estado para el Deporte, José Manuel Uribes, como la ministra Pilar Alegría, habían deslizado con sorprendente contundencia que los días de Pedro Rocha en la RFEF se habían terminado. "Es impensable", "un investigado no puede representar a España" y otros sapos que era imposible que se tragasen sin asumir un ridículo brutal.
¿Por qué no suspendieron a Pedro Rocha? Pues lo primero de todo porque no podían. Ahora mismo no es presidente, no tiene ningún cargo, es sólo un candidato. Suspender "preventivamente" en esta ocasión era inviable desde el punto de vista jurídico. "No podemos suspenderte a ti preventivamente por si dentro de diez años eres director de Relevo", trataba de explicar una fuente gubernamental, llena de paciencia.
La realidad de si el Gobierno ha reculado y se echa atrás en su decisión de suspender a Pedro Rocha tendrá que esperar, con toda probabilidad, al menos hasta el martes que viene. La Federación ya le ha nombrado presidente, por lo que ahora ya sí será susceptible de ser suspendido. Tras escuchar a las fuentes gubernamentales a lo largo de este jueves, parece que eso es lo que pretenden, pero hay que ver cómo acaba todo, porque cada 48 horas la realidad sobre este proceso da un vuelco de 180 grados. Si no fuera así, será muy complicado de explicar para el CSD.
¿Por que «tutelar» o «supervisar» y no controlar o intervenir?
El comunicado del CSD en el que se hizo pública la, ahorremos palabras, intervención gubernamental en la RFEF, se cuidó mucho de esquivar ese término. "Comisión de supervisión, normalización y representación", la llamaron. Ni control ni nada que suponga la más mínima jerarquía.
Off the record sí que dejaron bien claro que esta comisión iba a estar por encima de cualquier organismo que se crease, a partir de ahora, en la Federación. Vamos, que van a tomar las decisiones, pero de acuerdo con todos. Sin esquivar, dentro de ese off the record, que se trataba de un golpe encima de la mesa "contundente". Pero, por escrito, nada de eso.
Más allá de evitar posibles enfados de FIFA o UEFA que nunca llegarían al extremo apocalíptico de dejarnos sin Mundial o sin competiciones europeas, esas palabras se usaron porque no está claro hasta qué punto el CSD tiene base legal para "mandar" sobre los propios organismos de la Federación. De nuevo la precipitación hace que sean obligatorios los malabarismos léxicos para no incurrir en un problema jurídico mayor.
La falsa amenaza de UEFA y FIFA
Es la misma historia desde 1980, y en justicia hay que decir que en realidad sí existe esa norma de que ni UEFA ni FIFA "toleran" injerencias gubernamentales en sus federaciones. Y que pueden castigar e incluso retirar a la Selección española de sus competiciones, lo mismo que a sus clubes. ¿La realidad? Hace más de 15 años que ni se plantean una cosa así. Ese argumento ha servido más para meter el miedo en el cuerpo al Gobierno cuando intentaba frenar alguna tropelía federativa.
Ayer, al consultar con ellos para medir las posibilidades reales tanto en UEFA como en FIFA de un castigo semejante, poco menos que lo convertían en ciencia ficción. Falta mucho para considerar que corre algún peligro el Mundial para España o la Eurocopa para la Selección. ¿Es descartable? Pues con la norma en la mano, no. Con la lógica... casi al 100%.
Tiene mucha más explicación entender este movimiento desde el punto de vista de un "aviso", nacido en la Federación, hacia el Gobierno. En plan: no te pases que puede llegar "Papá UEFA" y "Mamá FIFA" a defendernos. Vamos... lo mismo que hacían siempre Rubiales y Villar.
De hecho, el comunicado conjunto de ambas instituciones no deja entrever la más mínima amenaza y se queda en un "interés". Este es el comunicado íntegro: FIFA y UEFA siguen de cerca y con gran preocupación la situación en torno a la RFEF. Buscarán información adicional para evaluar hasta qué punto el nombramiento por parte del CSD de la llamada "Comisión de Supervisión, Normalización y Representación" puede afectar a la obligación de la RFEF de gestionar sus asuntos de forma independiente y sin interferencias indebidas del gobierno. No tenemos más comentarios en este momento.
Representación de un investigado
Otro de los puntos que dejó claro, siempre fuera de micros, el CSD, es que ningún investigado iba a representar a la Federación ni en un palco, ni en la Eurocopa, ni en los Juegos Olímpicos, ni en reuniones importantes de la Candidatura por el Mundial 2030. Es decir: Pedro Rocha, si consigue no ser suspendido, estará fuera de la foto.
Esto, que ya habían dicho tanto Uribes como Alegría, tiene una derivada evidente: si no tiene capacidad ejecutiva, ni representativa... ¿qué podría hacer Rocha como presidente de la RFEF? ¿Cobrar? ¿Orquestar desde dentro una "revolución" para subirse a las barbas del Gobierno? Parece que habrá que esperar para entender este punto (de nuevo: si se libra de ser suspendido).
Para otro análisis posterior habrá que dejar el rasero que maneja la RFEF para suspender a trabajadores como Albert Luque, Rubén Rivera o Jota Jiménez por su condición de "investigados" y hacer la vista gorda con su (posible) presidente. Porque allí habiendo un departamento de integridad...
El papel «salvador» de Alejandro Blanco
Una figura que ha sido clave, desde la sombra, en todo este proceso ha sido el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco. Durante las últimas 48 horas ha estado tirando de toda su influencia para intentar encontrar un término medio en la decisión final del Gobierno. El mismo que fue amigo del alma de Ángel María Villar... hasta que se lavó las manos con su suspensión, y que pasaba por ser el "hermano" de Luis Rubiales... hasta que empezó a ponerle verde por teléfono cuando las cosas se pusieron mal ("está como las maracas"). Ahora es muy amigo también de Pedro Rocha. Ya desde que Relevo les vio reunidos en el hotel Villa Magna, parecía claro que se guardaba un as en la manga.
Para Blanco, defender a la Federación (esté quien esté dentro) es una forma de defender su posición. Es la más poderosa, la que de verdad hace dudar al Gobierno de vez en cuando. La que le otorga algún poder, en definitiva. Y cuanto menos cambie la cosa, mejor. Ya se encargó de usar su influencia para que no saliera adelante una ley que limitase los mandatos al frente de las instituciones deportivas (él, que lleva prácticamente toda su vida entre judo y el COE), y también consiguió meter baza en la Ley del Deporte y la Orden Ministerial que regula las elecciones federativas.
Está por ver qué tal termina saliéndole toda esta situación, tanto a Pedro Rocha como a Alejandro Blanco. De momento el primer match ball, el de ayer, lo han salvado: no fue suspendido y podrá ser nombrado presidente de la RFEF. Falta por ver hasta qué punto esa victoria es momentánea... o definitiva. Y, por cierto, todo esto condicionado (como siempre) a la última denuncia o impugnación, o las 30 que pueda poner durante el fin de semana, el presidente de CENAFE, Miguel Galán. Pero esa explicación ya se queda para el artículo que está justo debajo de estas líneas.