La desoladora imagen que dejan las gradas en la Copa América: estadios semivacíos si no juega Messi
La organización agota las entradas en los partidos de Argentina, consigue buenos números con Brasil y Colombia y fracasa en los partidos sin cartel de estrellas.

Las Vegas.- La Copa América es un torneo de grandes contrastes. Mientras Argentina agotó las entradas en los dos encuentros que ya disputó de esta primera fase, las gradas se vieron medio vacías en otros choques de la competición, como el que protagonizaron Ecuador y Jamaica este miércoles 26 en Las Vegas.
Los estadios parecen quedarse pequeños cuando juega la campeona del mundoy muy grandes cuando lo hacen el resto de selecciones, con excepción de Brasil, México y Colombia, que, sin llegar al lleno absoluto, se aproximaron a él en sus primeros partidos.
Lionel Messi sigue siendo el principal reclamo de esta competición que, en un país tan poco futbolero como Estados Unidos, tiene grandes dificultades para ofrecer una imagen que se aproxime a la de la Eurocopa, con estadios en los que no cabe ni un alfiler y ciudades que vibran en torno al evento.
En el país que coorganizará el Mundial de 2026, llenar un estadio sin el astro argentino resulta casi un milagro. Con él en el cartel, en cambio, el choque inaugural entre Argentina y Canadá reunió a 71.000 aficionados en el Mercedes-Benz de Atlanta. Y a otros 82.500 en el MetLife Stadium dee Nueva Jersey, en el segundo duelo de los vigentes campeones americanos ante Chile.
Brasil, con Vinícius y Rodrygo a la cabeza, consiguió reunir a 67.158 personas y rozó el lleno en el SoFi Stadium de Los Ángeles. La Colombia de James Rodríguez hizo casi los mismos números (67.059) ante Paraguay en el NRG Stadium de Houston. Y, según datos de la Conmebol, México logró batir el récord de espectadores registrado en un evento deportivo celebrado en el SoFi Stadium angelino al congregar a 72.773 espectadores este miércoles 26 en su duelo ante Venezuela.
La mayoría de canchas de esta Copa América rondan los 70.000 espectadores y, cuando el cartel presenta un choque sin estrellas, la mitad de los asientos parecen estar de más.
Según el portal Front Office Sport, especializado en deporte y negocios, el duelo entre Perú y Chile congregó a 43.030 personas en una cancha con capacidad para 80.000. El que enfrentó a Ecuador y Venezuela se quedó en 29.684 espectadores en un estadio para 68.500. Ni siquiera el anfitrión Estados Unidos, que se estrenó con victoria ante Bolivia, logró que las gradas se vieran medio llenas: de las 80.000 butacas del el AT&T Stadium sólo se llenaron 47.873.

Y es que el desembolso económico que supone ver un partido en directo, si uno no reside en la ciudad donde se disputa, es muy grande. La extensión del país obliga en la mayoría de casos a desplazarse en avión. Los precios de los alojamientos no están al alcance de todos los bolsillos. Y los estadios están tan alejados del centro de las ciudades que es casi imposible llegar en transporte público. Es necesario tener coche, alquilarlo o pagar un Uber, que no acostumbra a bajar de 50 dólares por trayecto…
Todo eso sin contar el precio de las entradas, que tampoco son baratas: para ver el próximo choque entre Brasil y Paraguay, el viernes 28, las más económicas rondan los 80 dólares, mientras que las más caras se van a los 350. Si se añade la comida y la bebida para combatir las altas temperaturas de estos días, la cuenta se puede ir fácilmente a unos 1.500 dólares para presenciar un único partido.
Además, el hecho de que las selecciones disputen cada uno de los tres partidos de esta primera fase en una ciudad diferente tampoco facilita que la hinchada pueda seguir a sus equipos, pese a la amplia comunidad latina que reside en este país.
Movilizarla y enganchar al público estadounidense es uno de los retos que esta Copa América aún está lejos de alcanzar.