COPA AMÉRICA

De 40 a 20 y al revés: el extremo baile de temperaturas que condiciona el rendimiento de los futbolistas en la Copa América

Las selecciones se ven obligadas a modificar sus rutinas de trabajo para lidiar con las altas temperaturas del exterior y el casi frío de los estadios climatizados

Endrick se protege del sol en un entrenamiento. /AFP
Endrick se protege del sol en un entrenamiento. AFP
Noelia Román

Noelia Román

Las Vegas.- Entrenamientos a más de 40 grados, futbolistas que sufren golpes de calor y hasta árbitros que tienen que ser remplazados por el mismo motivo. La primera ola de calor del verano estadounidense se ha convertido en motivo de preocupación para la Copa América 2024.

Aunque esperadas, las altas temperaturas en los Estados Unidos han provocado ya escenas curiosas, como la ausencia del uruguayo Ronald Araujo en la segunda mitad del choque frente a Panamá o el remplazo del árbitro asistente del Perú-Canadá, mareados ambos por el intenso calor. Podrían considerarse anécdotas, pero son algo más.

Y es que algunas selecciones se están viendo obligadas a alterar sus rutinas de trabajo a medida que avanza la competición y el termómetro sigue subiendo, especialmente en el centro y en el oeste del país que coorganizará el Mundial de 2026. Brasil, Colombia y Paraguay, que juegan sus partidos en la costa oeste, ya han optado por modificar el horario de sus sesiones de entrenamiento.

Cambios de horarios en los entrenamientos

En Las Vegas desde el martes 25, la Canarinha retrasó su entrenamiento una hora y media para minimizar los efectos de los más de 40 grados que se registran, durante casi todo el día, en la ciudad más grande del estado de Nevada.

Como había hecho en Los Ángeles, el cuerpo técnico encabezado por Dorival Júnior había previsto ejercitarse a las 17:30, pero el sol es tan intenso a esa hora en Las Vegas que decidió pasar las sesiones a las 19 h. A esa hora, la temperatura sigue superando los 40 grados, pero el calor se siente menos intenso y en el campo de entrenamiento, el Bettye Wilson Soccer Complex, ya hay algunas zonas de sombra.

Lo mismo hizo Paraguay, rival de los brasileños en el decisivo encuentro de este viernes 28 en el Allegiant Stadium de Las Vegas.

"Tuvimos que modificar nuestros planes. El calor es muy agobiante, muy intenso, hay mucha diferencia entre las zonas de sol y las de sombra, y el sol no se va hasta muy tarde", detalló el seleccionador de Paraguay, Daniel Óscar Garnero, en la rueda de prensa previa al choque.

"Los jugadores vienen de competir y tienen que recuperarse de los esfuerzos, así que fueron necesarias esas modificaciones", agregó el técnico argentino de los paraguayos.

"Sí se siente el calor", constató el zaguero de la Albirroja Fabián Balbuena. "Hay que hidratarse mucho, cambiar el tema de los horarios…". "Yo estoy bastante acostumbrado porque en Belo Horizonte también hace este tipo de calor, pero nosotros seguimos las recomendaciones de los nutricionistas, que insisten en que nos hidratemos mucho", añadió el brasileño Arana.

La hidratación es una de las cuestiones clave, como señala la Conmebol en el protocolo que elaboró para evitar los golpes de calor en la competición. El sueño y la adecuación de la dieta son otras de las recomendaciones que sugiere del documento junto a la aclimatación progresiva que llevaron a cabo la mayoría de selecciones con las concentraciones que hicieron en el país antes del inicio del torneo.

"El golpe de calor por esfuerzo es una emergencia médica grave caracterizada por una hipertermia (temperatura corporal central superior a 40 °C) y por una disfunción neurológica debido al esfuerzo físico. Las altas temperaturas y la humedad aumentan el riesgo al dificultar la disipación eficaz del calor", advierte el protocolo de la Conmebol.

"Es esencial reconocer los síntomas del golpe de calor por esfuerzo (confusión, ataxia, delirio y convulsiones) para una intervención temprana", prosigue.

Al margen de con el sofocante calor, los futbolistas también tienen que lidiar con la alta humedad que existe en ciudades como Miami y Kansas City, en la zona central de los Estados Unidos, donde juegan selecciones como Argentina y Uruguay; y con el extremo contraste de temperaturas que hay entre el exterior y el interior, donde los aires acondicionados están tan bajos que habitualmente se pasa frío.

"El contraste es hasta gracioso. Cuando salimos del autobús, hace un calor tremendo. Caminas unos pasos, entras en el estadio y el cambio de temperatura es increíble", confirmó Marquinhos, bien arropado para soportar el frío que hacía en la sala de prensa. "En los entrenamientos hace mucho calor y eso influye en el juego, en la parte física. Pero este estadio está climatizado y creo que eso va a favorecer nuestro juego y que lo vamos a poder utilizar a nuestro favor", continuó el zaguero brasileño.

Pero para eso también hay que hacer una buena aclimatación: en estadios como el Allegiant de Las Vegas y el SoFi de Los Ángeles, la diferencia de temperatura con el exterior puede alcanzar los 20 grados.

De 40 a 20 y al revés, el cuerpo de los futbolistas está sometido a una auténtica montaña rusa a la que no siempre saber cómo responder.