El Athletic cumple el trámite en una gran fiesta rojiblanca
Los bilbaínos se impusieron con claridad el modesto Cayón en el Sardinero con un doblete de Villalibre y otro tanto de Nico Williams

No hubo historia en el Sardinero. Se impuso la lógica con un triunfo convincente del Athletic Club, acompañado de más de 5.000 aficionados en las gradas, para seguir la buena racha de los rojiblancos y mantener vivo el sueño en la competición fetiche de este club. Se lo toma muy en serio cada vez que rueda el balón en la Copa del Rey, como lo demuestra que sume 22 rondas a partido único superadas de forma consecutiva en los últimos 20 años. Ni siquiera una alineación repleta de parches fue impedimento para que los 'locales' pudiesen ilusionarse con la heroica, sucumbiendo ante un doblete de Villalibre y un tercer gol de Nico Williams. Jugar en El Sardinero, además, fue una losa para un Cayón que al menos disfrutó en la gradas de una fiesta.
La Copa mola, pero lo haría más si estos equipos modestos pudiesen jugar en su estadio como habían solicitado los cántabros. Se vieron obligados a jugar de 'visitantes' en el estadio del Racing e hicieron aguas. Un sólido conjunto rojiblanco desde el pitido inicial les maniató, les fue llevando a su área y les acabó ganando por pura calidad. Si además Iglesias Villanueva señala un penalti muy dudoso, aún más complicado para el conjunto entrenado por el exbético Luis Fernández.
Ernesto Valverde quiso dar minutos a los suplentes y planteó un once con encajes extraños pero que funcionó. Prados ocupó el lateral, Yuri se estrenó como central como un invento que el Txingurri ya había avanzado en el pasado que tenía en mete y el centro del campo juntó a Unai Gómez, Raúl García e Iker Muniain en un experimento que fue lo mejor del choque. Imanol abandonaba el lateral izquierdo y centraba su posición con balón y ayudaba a Unai en el doble pivote, con Raúl y Muniain como mediapuntas para generar líneas de pase.
📍 Estadio El Sardinero, Santander.
— Relevo (@relevo) December 7, 2023
La afición del Athletic Club no ha dejado solo a su equipo en su partido de Copa ante el Cayón.
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Un sistema al que no pudo hacer frente el cuadro cántabro, que no supo cómo defender este cuadrado, mientras Berenguer y Adu Ares avisaban por los costados. Villalibre fue el más beneficiado de la superioridad bilbaína, con varios centros que pudo rematar entre los tres palos. Pasados los primeros 20 minutos, el Búfalo aprovechó una balón suelto para estrenar el marcador y soltarse la presión que recae sobre él cada vez que juega. Solo unos minutos después, emuló el penalti que valió un ascenso al Alavés hace unos meses para doblar la ventaja y confirmarse como protagonista del choque.
Es cierto que hasta ese momento no estaba cuajando el mejor partido, pero los goles son medicina para los atacantes. Lo necesitaba después de sumar poco más de 30 minutos en los últimos dos meses de competición. Justo cuando más debate había sobre las escasas oportunidades que le brinda Valverde, Villalibre se reivindicó a base de goles. Y ya van tres este curso con solo 250 minutos jugados. Le ovacionaron los miles de aficionados rojiblancos, que siempre han sentido una especial devoción por el delantero de Gernika.
Debut para Jauregizar
El segundo tiempo, aunque mejoró el Cayón y obligó a lucirse a Arrizabalaga en un mano a mano, permitió a Ernesto Valverde dar la oportunidad al joven Mikel Jauregizar. Un debut merecido por la excelente temporada que está protagonizando en el Bilbao Athletic. Sustituyó a Unai Gómez, saltando al campo junto a Galarreta, y cumplió con unos minutos sobrios dando continuidad al juego, lo intentó con un golpeo desde la frontal y demostró que en las disputas también es un seguro de vida.
Quizá la mayor sorpresa fueron los últimos cambios del Txingurri, con la entrada de los hermanos Williams a falta de 15 minutos y de Oihan Sancet en el 78' por un Muniain que se fue ovacionado por todo el campo. El técnico rojiblanco no quiso sustos en el tramo final y apostó por sus hombres más importantes para poner punto y final a la eliminatoria y certificar la clasificación a dieciseisavos de final con un golazo de Nico Williams, que fue un suplicio para la defensa cántabra. Celebraron los miles de aficionados bilbaínos, que siguen soñando con que este año sí sea el de la Copa del Rey.