Una final en enero que amenaza con abrir la caja de los truenos
El Real Madrid se juega la Copa en un momento complicado y ante un Villarreal lanzado.
El Real Madrid afronta su primera 'final' del curso antes de lo esperado. Los octavos de Copa, un partido que suele permitir alguna concesión en forma de rotación, asoman esta vez como un partido clave que los de Ancelotti no pueden permitirse perder, porque provocaría una profunda crisis interna. El sorteo, además, ha sido poco amable, ya que el Villarreal llega en un gran momento de forma y hace apenas once días lo demostró ganando a los blancos en Liga (2-1).
Esta vez, las dificultades crecen todavía más para Ancelotti, ya que dos que fueron titulares en la Cerámica en Liga (Alaba y Tchouameni) están lesionados y en los últimos días Lucas Vázquez y Carvajal también se han sumado al parte de bajas. El gallego sufrió una dolencia en las semifinales ante el Valencia en la Supercopa de España (estará un mes y medio fuera) y Dani arrastra unas molestias musculares que aconsejan prudencia (el objetivo es que llegue el domingo al duelo contra el Athletic). Nacho saldrá una vez más al rescate como lateral de emergencia.
Aunque de puertas para afuera se mantiene el mensaje de tranquilidad, la realidad es que en Valdebebas están muy preocupados por el momento actual que atraviesa el equipo. El motivo principal es que las malas sensaciones llegaron antes de que comenzasen las derrotas. Fueron la confirmación de que el equipo no está bien…
Un tropiezo en Copa en ningún caso traería consecuencias inmediatas, pero sí que dejaría tocado a un Ancelotti que tiene el reto de que no se repita lo ocurrido en su primera etapa, donde el equipo comenzó a caerse en el mes de enero de la segunda temporada después de un primer curso en el que se levantó un doblete (Copa y Champions). Un panorama muy parecido a lo que está ocurriendo en esta recta inicial de 2023…
El problema, más allá de los malos resultados, es el bajo momento de forma de algunos futbolistas que son fundamentales. Excepto en la portería, donde Courtois mantiene un nivel sobresaliente, el Madrid tiene problemas en todas las líneas. En defensa se mezclan las bajas con el pobre nivel de jugadores como Rüdiger o Mendy, mientras que en el centro del campo Modric da síntomas de agotamiento después de un Mundial muy exigente para él (Croacia fue tercera). Tampoco Valverde, molesto por jugar más de extremo que de mediocentro, es el mismo tras el parón por el Mundial.
Vinicius, fundamental
En ataque, aún se espera que Vinicius recupere su mejor versión, esa que deslumbró la temporada pasada y en el tramo inicial de la actual. El equipo acusa demasiado los bajones del brasileño, porque su desequilibrio en el tridente ofensivo es fundamental. También en la parcela de arriba se encuentra uno de los pocos brotes verdes de los últimos partidos, porque Benzema comienza a volver a su mejor forma después de unos meses muy duros con los problemas físicos.
Por todo esto, aunque el Real Madrid sigue vivo en todas las competiciones, el partido contra el Villarreal se ve como un punto de inflexión en uno u otro sentido. La derrota abriría una profunda crisis en un momento de la temporada donde el equipo se juega llegar a los meses decisivos con opciones de levantar los títulos, mientras que un triunfo ayudaría a borrar ese sabor amargo que dejó en el vestuario la imagen ofrecida en Arabia.