Galarreta, ante el partido soñado toda una carrera: "Me ha costado mucho llegar y ahora lo estoy disfrutando el doble; ha sido muy difícil"
El centrocampista, canterano rojiblanco y ex jugador del Mallorca, vive emocionado el "sueño" que nunca dejó de perseguir.

Iñigo Ruiz de Galarreta, apodado Galaxy e incluso el Xavi de Lezama cuando deleitaba en categorías inferiores, tocó muy pronto la élite. Sin embargo, ha tenido que vivir casi una década de equipo en equipo entre Segunda y Primera División para poder ganarse un sitio en el equipo de su vida. Enamoró a Bielsa en 2011, que apostó por él y le hizo debutar, pero las lesiones y otros intangibles del mundo del fútbol le alejaron de casa hasta este verano. El Athletic tocó su puerta a mitad de temporada y no hubo ninguna duda. Quería regresar a casa porque era algo que siempre tuvo "la esperanza de que iba a llegar".
Una anécdota lo ejemplifica. Iñigo viajó a Eibar, donde nació y aún hoy residen sus padres, y les entregó un regalo. "Cuando lo abrieron vieron que era una camiseta del Athletic. Se pusieron a llorar muy emocionados de que pudiese cumplir el sueño de jugar en el Athletic otra vez", explica en una entrevista con Relevo a pocos días de disputar una final de Copa del Rey ante su ex equipo, el Mallorca.
Quién se lo iba a decir a él. Reconoce que "nadie lo hubiese creído" y menos aún cuando la rodilla le volvió a jugar una mala pasada. Galarreta había regresado a Primera pocos meses antes pero una dura entrada volvió a romper ese ligamento cruzado que tan bien conoce. Nuevamente a trabajar para volver a ser feliz. "Fue el momento más duro, pero le di la vuelta rápido". Se alquiló un piso en Pamplona, hizo dobles sesiones y volvió en seis meses. "Trabajaba con la ilusión y las ganas de que sabía lo que me esperaba al volver, que era disfrutar de un día a día maravilloso, de una isla muy especial, con compañeros y un grupo que teníamos muy bueno".

Estamos ya a pocos días de la final de Copa. Parece imposible abstraerse en Bilbao. ¿Cómo lo estás viviendo? Más allá de aquella etapa en 2012 con Bielsa, en la que no tenías participación, se puede decir que es tu primera experiencia.
Está siendo un momento muy especial, muy bonito, la verdad. Como dices, es la primera vez que me toca vivir algo así. Y bueno, el ambiente que se está viendo, cómo está la ciudad, todos los alrededores, cada vez que sales a la calle hay un montón de mensajes de ánimo, todas las banderas que vas viendo… Está siendo muy especial y a la vez muy bonito. Dentro de mí, de verdad que con tranquilidad, pensando un poquito en el día a día, intentando no pensar mucho en la final y llevando todo con la mayor normalidad posible.
¿Es una frase hecha? ¿Se puede conseguir tener tranquilidad en un club como este, en el que la mayoría sois canteranos y tenéis un poco la mochila esa de ser un reflejo de la sociedad?
Al final toda la ilusión que se está generando y todo lo que ves alrededor, te llega. Eso no se puede evitar. Nosotros lo que intentamos es focalizarlo y llevarlo en la buena dirección, que eso te dé todavía más motivación, más fuerza, más ganas para ese día. Es verdad que hay que trabajarlo y hay que ir llevándolo lo mejor que pueda cada uno. Yo, en mi caso, intento siempre darle normalidad, intentar pensar, como te digo, en el día a día, en el trabajo que tengo que hacer cada día para que llegue ese momento e intentar no pensar demasiado, aunque como dices, a veces es complicado. Bueno, la verdad que estamos con muchas ganas, con mucha ilusión, como toda la gente, de afrontar ese reto tan grande y con mucha confianza.
¿Y los más veteranos, los que ya han vivido esto, qué os dicen?
Bueno, dentro la verdad que estamos intentando no hablar mucho. Yo creo que eso igual es también más trabajo de cada uno. Es verdad que todos estos que han vivido muchas finales ya tienen esa experiencia y seguro que eso nos va a venir muy bien. Sí que insisten en que sigamos muy centrados en el trabajo de cada día, que es lo que estamos haciendo, pensar en cada entrenamiento, en cada recuperación, que es al final lo que nos ha llevado durante todo el año a poder llegar a una final, a vivir momentos buenos y a que el equipo esté bien y no alejarnos nada de lo que venimos haciendo. Sabemos que tenemos que seguir trabajando igual y cuando llegue el momento, pues al final todo lo que se genera alrededor y la ilusión de todo el mundo lógicamente es enorme, pero lo que nosotros tenemos que hacer dentro es un partido de fútbol y hay que centrarse en el juego para intentar ganar.
El hecho de que sea contra el Mallorca, donde viviste estas últimas temporadas, debe ser especial. ¿Lo preferías así?
Se ha dado así y estoy contento de que sea contra ellos. Yo veo muchos partidos del Mallorca porque tengo muchos amigos ahí. Hace nada eran mis compañeros, he vivido años maravillosos allí, tengo mucho cariño al club, a la afición, a la isla y siempre deseo lo mejor al Mallorca en todos los partidos que veo. Lógicamente para mí va a ser muy especial. Voy a vivir el momento de vivir una final y además enfrentándome contra muchos amigos. Después del partido nos daremos un buen abrazo como amigos que somos.
¿Qué significa Mallorca y la isla para ti?
Muchísimo, la verdad. Es una isla y un club al que tengo un cariño especial, un cariño enorme. Venía muchos años trabajando y luchando en Segunda División, siempre con el sueño de jugar en Primera y en mi primer año en Mallorca pudimos vivir un año maravilloso y conseguir un ascenso que fue muy especial. Y, aparte de eso, en estos tres años he hecho muchos amigos. Es un sitio muy especial, gente muy especial para mí y tengo mucho cariño a todo lo que viví allí.
Te tocó vivir también un momento muy duro, que es el de la lesión: el tercer cruzado. ¿Es el peor momento de tu carrera?
Sí, fue un palo duro. Es verdad que ese momento, bueno, se te viene un poco el mundo encima. Yo en el primer minuto ya sabía lo que tenía, porque lo había vivido antes y las sensaciones eran iguales. Pero es verdad que enseguida le di la vuelta. Creo que para el día siguiente ya me centré en la recuperación. También tener experiencia en este tipo de lesiones te da eso, que sabes que con trabajo, con tiempo y con ilusión y con ganas, si tienes suerte y todo va bien también, pues vas a volver a encontrarte bien. Mallorca era un sitio en el que estaba tan feliz, que estaba disfrutando tanto, que enseguida le di la vuelta por la ilusión de volver. Trabajé muy duro y siempre trabajaba con la ilusión y las ganas de que sabía lo que me esperaba al volver, que era disfrutar de un día a día maravilloso, de una isla muy especial, con compañeros y un grupo que teníamos muy bueno. Entonces eso me dio mucha fuerza y pude volver pronto. A los seis meses de operarme ya estaba jugando y en buenas condiciones.
Tiempo récord. Creo que hiciste una recuperación muy especial.
Sí, me fui a Pamplona a recuperar. Por las diferentes lesiones que he ido teniendo en todas mis vacaciones de verano y navidades voy pasando por allí porque tengo mucha confianza con el fisio de allí. Me alquilé un apartamento y me fui unos cuantos meses. Trabajamos muy duro, la verdad, con sesiones de mañana y tarde todos los días. Y al final lo que más fuerza me dio fue que cada día íbamos haciendo cosas nuevas, no fue una recuperación muy monótona. Siempre buscábamos nuevos retos e iba avanzando. Tuve la suerte también de que las sensaciones fueron muy bien y entonces la progresión fue muy buena. Lo que me decía a mí mismo en mi cabeza es que cinco meses o seis de una temporada normal se te pasan volando, así que el tiempo era ese mismo y que se iba a pasar rápido para volver a estar disfrutando. Eso me dio, como te digo, mucha fuerza.
Imagínate que allí en Pamplona, con la máquina de hielo entre sesiones de recuperación, te dicen que vas a vivir una final de Copa entre el Athletic y el Mallorca, siendo un jugador clave en el equipo de tu vida.
Increíble. En ese momento, que además lógicamente ya iba teniendo una edad, que iba a conseguir volver al Athletic lo veía muy difícil, la verdad. Aunque siempre he tenido esa esperanza.
¿De verdad?
Sí, sí, siempre he tenido la esperanza y la ilusión de que esto podía llegar. Para mí volver a estar aquí es lo máximo. Estoy muy feliz. He vuelto a cumplir el sueño de estar en el Athletic, de luchar con esta camiseta y, como dices, hace seis meses, cuando me fui de Mallorca, me dices que este año los dos equipos íbamos a conseguir jugar la final de Copa y no nos lo hubiésemos creído ni unos ni otros.

En tu presentación comentaste que cuando te llamó tu agente para decirte que había la opción del Athletic te cambió la cara. Creo que el momento de contarlo a la familia fue muy especial.
Sí, a cada uno de la familia se lo conté un poquito en momentos diferentes, pero a mis padres, por ejemplo, me acuerdo que vine aquí a Eibar y ya ellos estaban muy pendientes de lo que iba a hacer en la temporada siguiente. Les di un regalo, lo abrieron y vieron una camiseta del Athletic. Se pusieron a llorar muy emocionados de que pudiese cumplir el sueño de jugar en el Athletic otra vez. Y también ellos como padres por volver a tenerme cerca, que al final han sido muchos años, muchas experiencias en las que he ido viviendo y que, bueno, al final con la distancia pues vas teniendo menos momentos familiares y con los amigos.
¿Y te esperabas este rendimiento tuyo? Más allá de la confianza que uno tiene en sí mismo, volver al Athletic y ser pieza clave, titular indiscutible desde el primer día… No era lo que parecía en un primer momento.
Yo me encontraba bien, en un buen momento personal, físico y también de confianza. Venía de jugar muchos partidos en la temporada pasada en Mallorca, entonces yo venía con confianza, aunque también sabía que iba a ser complicadísimo porque venía una plantilla con un nivel altísimo y con jugadores muy, muy buenos. No le di muchas vueltas a eso, solo quería volver, trabajar duro y esforzarme al máximo en el rol que me tocase. Vine con esa idea de coger rápido la idea del juego, adaptarme lo más rápido posible y aprovechar las oportunidades. Y bueno, por suerte, estoy teniendo la oportunidad de participar mucho.
Parece mentira que hayas estado 10 años fuera, la mayoría en Segunda. ¿Qué crees que te faltaba para dar ese salto y asentarte en la élite?
Son muchos factores. También, lógicamente, me faltaban muchas cosas futbolísticas que creo que a lo largo de estos años he ido cogiendo. La experiencia, el vivir diferentes clubes, ciudades, adaptarte a todo, exigencias de diferentes tipos de juego, de diferentes clubes, creo que eso me ha hecho crecer con el tiempo. También la madurez, que creo que es muy importante para el futbolista y ahora creo que estoy en un momento bueno en ese sentido… No he pensado demasiado en qué me ha faltado, sino que me he esforzado siempre al máximo en cada momento de mi carrera y mi camino ha sido este. Me ha costado llegar y ahora, quizá por eso también, lo estoy disfrutando el doble porque ha sido muy difícil.
¿Por cierto, se puede contar ya qué pasó el día de la presentación que tardaste tanto en aparecer en el césped?
(Se ríe) Al final son días que tienes la cabeza a muchas cosas. Tenía que llevar las botas para la presentación, pero venía mi familia, mi novia, estábamos a muchas cosas y también con los nervios un poquito de la presentación del primer día, me las dejé en casa. Tuvo que ir rápido ella (su mujer) a casa a por las botas.
Centrándonos en la final. Desde fuera da la sensación de que se está hablando mucho del favoritismo del Athletic. Tú que conoces bien al Mallorca, ¿qué dices en el vestuario?
No hace falta que diga mucho, creo que dentro en el vestuario estamos mentalizadísimos. Sabemos que la final está al 50-50 y que va a ser una batalla muy, muy dura. Al final, favoritos en finales pueden ser el Real Madrid y el Barça, equipos que están acostumbrados a jugar y ganar finales. Hay que ver el Mallorca, las eliminatorias que ha hecho, qué equipos ha eliminado y de qué forma compite. Nosotros lo sabemos y bueno, al final lo que se diga afuera no lo controlamos nosotros y tampoco le damos mayor importancia. Nosotros sabemos de la igualdad que va a existir.
¿Te has imaginado ganándola? Parece imposible no hacerlo en algún momento durante estas semanas.
Esas emociones, esos sentimientos y esos pensamientos son normales. Los estaremos viviendo nosotros y los estarán viviendo los jugadores del Mallorca. Son bonitos y son normales. Es verdad que nosotros como jugadores tenemos que controlarlos un poco. Yo siempre intento, cuando alguna vez te vienen ese tipo de pensamientos, alejarte un poquito de ellos y pensar más en las cosas que va a necesitar el equipo de mí, o qué vamos a tener que hacer el equipo en el partido para intentar ganar el partido. Al final es en lo que nos tenemos que centrar, que va a ser un partido muy duro y tenemos que hacer las cosas muy bien para ganar.