FÚTBOL

Llamó a Casillas para abandonar la Kings League y el sacrificio tuvo premio: jugar contra el Barça

Tomás Mejías, portero del Real Madrid entre 2008 y 2013, fichó por el Ceuta a escasos días de debutar en la liga de Piqué.

Tomás Mejías, durante uno de sus primeros entrenamientos con el Ceuta. /AD CEUTA FC
Tomás Mejías, durante uno de sus primeros entrenamientos con el Ceuta. AD CEUTA FC
Manuel Amor

Manuel Amor

A solo unos días del inicio de la Kings League, el "circo" de Gerard Piqué que alcanza valores millonarios, Iker Casillas recibió una llamada que descuadró sus planes: 'Oye, tío, que al final no voy a poder jugar'. Quien se escondía al otro del teléfono era Tomás Mejías (Madrid, 1989), compañero del mostoleño en el Real Madrid entre 2008 y 2013 y fiel amigo desde entonces. La incorporación de Mejías como jugador número 11 del equipo 1K (el que preside Iker) había sido anunciada a bombo y platillo, pero un elemento de última hora se interpuso entre el guardameta y la Kings: la llamada del Ceuta.

"Iker me lo dejó claro desde el principio: 'Mira, vienes aquí con nosotros a jugar y, en cuanto te salga alguna oferta, me lo dices y te vas'. Cuando surgió lo del Ceuta, él fue el primero en saberlo. Se lo comuniqué esa misma semana. Le ayudamos a buscar otra opción (ficharon a Ricardo López) y entendió la situación sin ningún problema", cuenta Mejías en conversación con Relevo. Su decisión, vista en perspectiva, escondía cierto riesgo. Los ceutíes están hundidos en Primera Federación (son últimos, a 14 puntos de la permanencia) y la liga de Piqué crece a pasos agigantados. Pero su valentía tuvo premio: tres días después de fichar por el Ceuta, el sorteo de los octavos de la Copa del Rey emparejó al cuadro caballa con el Barcelona.

"¿Te digo la verdad? No pensaba ni de broma en jugar contra el Barça a estas alturas", comenta entre risas. Después de seis meses sin equipo y nueve años fuera de España, distribuidos entre ligas exóticas y la segunda inglesa, el madrileño había perdido la esperanza. Le han bastado un par de semanas en Ceuta para recuperarla. Debutó ante el Castilla (2-2) y se enfrentó al Barcelona. No fie el partido más especial de un portero que debutó en el Bernabéu de la mano de Mourinho, vivió como tercer guardameta el enfrentamiento entre Iker y Diego López y ascendió a la Premier con el Middlesbrough, pero sí el premio a un lustro de sinsabores y al año "más difícil" de su carrera.

Mou, Karanka y el reencuentro con Marcos Alonso

Mejías creció en la cantera del Madrid y los titulares le señalaron pronto como "el heredero natural" de Casillas. No alcanzó tal punto, pero recuerda su etapa en Valdebebas con cariño. "¿Que por qué no llegué? El Real Madrid es el mejor equipo del mundo, en su cantera solo están los top. La exigencia es máxima. No es fácil estar en un club así, se puede ver ahora con jugadores que llegan y no rinden. Es un cúmulo de cosas que solo entiendes cuando estás allí", asegura. En su etapa de blanco creció desde el cadete, pasó por el juvenil, defendió al C, ascendió a Segunda con el Castilla y tocó la cima con la primera plantilla.

Mejías, durante un calentamiento con Iker Casillas.  INSTAGRAM: @tomasmejiaso
Mejías, durante un calentamiento con Iker Casillas. INSTAGRAM: @tomasmejiaso

"Recuerdo perfectamente mi primer entrenamiento con los mayores: fue con Schuster y yo tenía 17 o 18 años. De pronto te ves con tus ídolos, con los jugadores que tú quieres llegar a ser. Los porteros en aquel momento eran Iker y Dudek", traslada. "Mi primera pretemporada la hice con Pellegrini, el verano que llegan Cristiano, Kaká, Benzema o Xabi Alonso. A partir de ahí, subir con el primer equipo se convirtió en algo más normal. Hasta el momento del debut con Mourinho".

Mejías puede presumir de ser uno de los 17 mirlos a los que el portugués hizo debutar en su etapa en el banquillo. En su caso, su estreno de blanco resultó más que inesperado. "Fue en la última jornada de LaLiga, en un partido contra el Getafe en el Bernabéu. Ese día el titular fue Adán. Yo no tenía ni idea de que iba a jugar. En un momento, Mourinho se giró y dijo: 'A calentar'. Yo estaba en el banquillo y tenía a mi lado a Albiol. Le dije que saliese, que lo estaba llamando el míster. '¡Pero si te está llamando a ti!', me gritó. Ahí ya empezaron a subirme las pulsaciones".

"Fue una etapa preciosa. Me llevaba muy bien con todos: Cristiano, Iker, Marcelo… Ese año también empezaron a subir los Morata, Carvajal o Nacho. Hice grandes amistades". Todo se torció con la salida de Mou y la llegada de Ancelotti. Y no por culpa del italiano.

Tomás Mejías, con Cristiano Ronaldo.  INSTAGRAM: @tomasmejiaso
Tomás Mejías, con Cristiano Ronaldo. INSTAGRAM: @tomasmejiaso

"Vino Carlo y se formó una cola de porteros. Había cuatro del primer equipo más yo, que había jugado en Segunda con el Castilla. El Madrid, de primeras, me dice que cuenta conmigo, pero al ver que eres el quinto…". Aguantó hasta enero. "En la pretemporada estaba con la cabeza en otro lado, pero tenía otros dos años de contrato. A 31 de agosto seguíamos siendo cinco. El Madrid dio la baja a Adán y nos quedamos cuatro. Entrené fuerte y empecé a cambiar el chip, pero no era lo que yo buscaba y pedí salir en invierno".

Quien le rescató de ese pequeño ostracismo fue, precisamente, la mano derecha de Mourinho: Aitor Karanka. "Él era el entrenador del Middlesbrough. El 30 de enero, me llamó y me fui cedido". La suerte tampoco le acompañó en ese préstamo. "Jugué un partido y fui escogido MVP. Al día siguiente me dieron un balonazo y me luxé un dedo. Ya no pude volver esa temporada". Ese encuentro, sin embargo, le deparó una nueva oportunidad. "Como había estado muy bien, el dueño quiso ficharme en verano". El Boro lo adquirió en propiedad y allí permaneció durante cuatro temporadas, con un breve paréntesis de seis meses en el Rayo.

"El fútbol inglés es algo que hay que vivir. Se lo recomiendo a cualquiera. Hicimos una FA Cup increíble, en la que eliminamos al Manchester United, y logramos el ascenso a la Premier". En su etapa en Inglaterra, curiosamente, coincidió con uno de sus compañeros en la cantera del Madrid… y que este jueves será su rival: Marcos Alonso. "Cuando me marché al Middlesbrough en invierno, él se marchó cedido al Sunderland. Y, por casualidades de la vida, los dos nos fuimos a vivir a la misma ciudad: Newcastle".

Tomás Mejías y su amistad con Marcos Alonso. RELEVO

"Nos hicimos íntimos. Estábamos los dos solos, sin parejas ni familia. Éramos peligrosos (risas). Nos ayudamos el uno al otro". A día de hoy mantienen una estrechísima relación. También, en menor medida, con uno de sus competidores por el lateral izquierdo, Jordi Alba. "Jugamos juntos en la Sub-19, la Sub-20 y la Sub-21. Hace tiempo que no lo veo, pero nos llevamos muy bien. Este jueves recordaremos viejos momentos".

La vuelta al mundo: Turquía, Rumanía, Australia...

Finalizada su etapa en Inglaterra, Mejías se propuso dar la vuelta al globo. Y casi lo consigue. "En 2018 me fui a Chipre, al Omonia Nicosia. Lo recuerdo con cariño, pero fiché el mismo año que lo compró un propietario con mucho dinero. Hizo 14 fichajes y echó al entrenador y al director deportivo a los cinco o seis partidos. Nos quedamos un poco vendidos. Al final salvé el curso: jugué todo, lo hice bien y pude volver a Inglaterra". Una segunda y breve estancia en Middlesbrough, atraído por la llamada de Woodgate, precedió a otra salida exótica: Rumanía. Como todas, su aventura en Bucarest también tuvo sus particularidades.

Mejías, durante su etapa en el Middlesbrough.  INSTAGRAM: @tomasmejiaso
Mejías, durante su etapa en el Middlesbrough. INSTAGRAM: @tomasmejiaso

"Un español había comprado el Dinamo y firmó a otros 14-15 jugadores, todos muy buenos: estaba Aleix García (ahora en el Girona), Borja Valle (Cartagena), Abdoulaye Ba (ex del Rayo).... pero todo era un bulo. No pagó absolutamente nada y en enero tuvimos que salir de allí". La aventura en Bucarest del fondo de inversión Benel International, con sede en Luxemburgo y el granadino Pablo Cortacero como cara visible, fue tan esperpéntica como trágica. "Un jaleo. Al final pude cobrar dos meses de los cinco que estuve allí. Muchos jugadores se quedaron tocados después de aquello y les costó rehacer sus carreras".

Una experiencia tan desagradable avivó sus ganas de volver a España, pero decidió continuar en el extranjero ante la falta de propuestas atractivas: el Ankaraspor otomano fue su siguiente parada. "Los turcos tienen mucha calidad, pero no son profesionales. Comidas, gimnasio, descanso… les cuesta mucho. Están un poco atrasados y por eso no evolucionan tanto. Este año, encima, me tocó vivir el COVID y no disfruté de los ambientes". Los Sydney Wanderers australianos fueron su último equipo hasta junio del 2022. "Era otro proyectazo, pero con muchísimos jugadores nuevos. Los dos últimos años, la verdad, han sido un poco caos, en países difíciles donde se creen que el dinero da el éxito. Y en el fútbol no es así. Se necesita tiempo, trabajo y un modelo a seguir".

Vuelta... con un objetivo: el Madrid en cuartos

El partido copero coge al Ceuta en una situación delicada, muy alejado del objetivo de la salvación. "Nosotros estamos pensando en la liga. Esto es un regalo al esfuerzo que no nos están compensando, pero lo importante es lo del domingo contra la Cultural Leonesa". La llegada del Barça, de cualquier forma, supone todo un acontecimiento. "Hay mucha expectación. Los aficionados estaban un poco desilusionados, pero esto les ha dado un plus".

A pesar de su pobre bagaje liguero (ocho puntos en 19 jornadas), el equipo norteafricano mantiene su apuesta por el fútbol asociativo y de control. Y Mejías cree que el plan no debe cambiar… por mucho rival que haya enfrente. "Cuando al Barça no le dejas el balón, sufre. Todos tienen dos brazos y dos piernas, como cualquiera. Sufriremos sin la pelota e intentaremos estar lo más juntos posible, pero tenemos que ser fieles a nuestro estilo. Y acabar jugadas y hacer muchas faltas para que no puedan llevar a cabo su juego".

Tomás Mejías y la receta para ganar al Barça. RELEVO

Para él, volver a acaparar las miradas del fútbol nacional es una forma de completar un círculo al que todavía le queda algún que otro capítulo por delante. "En el deporte, como en la vida, tomas decisiones y después miras hacia atrás, pero estoy muy orgulloso de todo lo que he vivido". Ante el Barça en Copa no se pudo cumplir su deseo: "Ganar y que nos toque el Madrid en cuartos. Eso sí que sería la hostia".