Maciot Dévora, la leyenda de Lanzarote que celebró su hat-trick currando en el bar: "Mi padre siempre me enseñó a mantener los pies en la tierra"
El delantero más icónico de la UD Lanzarote revive en Relevo sus momentos más inolvidables en la Copa del Rey, torneo al que el equipo canario regresa tras casi dos décadas de ausencia.

Si alguna escultura se quedó en la imaginación del genial César Manrique, fue la del poderoso delantero Maciot Ruymán Devora García (Lanzarote, 1978), conocido por todos como "El Negro". Nacido en el barrio capitalino de Titerroy, en Arrecife, un enclave de unos 7.000 habitantes no lejos del aliento místico de la brisa marina del Charco de San Ginés, Maciot creció bajo la luz insular que ilumina la parroquia dedicada al santo patrón de su tierra. Sus goles, auténticas lanzas de fuego, narran la historia de una isla fecunda en olivina y ardor volcánico. La UD Lanzarote, el club que acogió su talento y al que dedicó casi toda su carrera, lo vio evolucionar como futbolista y, finalmente, despedirse de los terrenos de juego a los 33 años de edad.
En el núcleo del club conejero, Maciot jugó casi 250 partidos y marcó 46 goles durante una década en Segunda B, bajo la dirección -en dos temporadas- de su mentor José Luis Mendilibar. Su leyenda se forjó en las noches de la Copa del Rey, destacando en 2001 con un hat-trick contra el Tenerife (5-1) y, posteriormente, plantando cara al Real Madrid de Vicente del Bosque en dieciseisavos (1-3). En 2003, fue un duro rival para el Sevilla de Caparrós (0-1) y, en 2005, marcó un doblete ante el Mallorca de Cúper (2-1). Una lesión, en 1999, le impidió jugar contra el Atlético de Madrid de Luis Aragonés, en un partido que terminó 1-2 con un gol de penalti de Fernando Torres. Tampoco estuvo en el 2-7 global ante el Athletic Club, en 2005, debido a "una gripe del carajo".
Ahora, casi dos décadas después de aquellas hazañas, su equipo regresa a la competición copera. Este martes 29 de octubre, a las 20:00 hora insular y con un precio de entradas desde 12€ para los abonados más fieles hasta 30€ para no abonados y no residentes, la UD Lanzarote se medirá al Racing de Santander en el Municipal Pancho Bermúdez, en Tías, con la misma ilusión de antaño. En un diálogo con Relevo, Maciot, desde su suelo natal donde ejerce como entrenador del juvenil del San Bartolomé CF, se deshace en recuerdos y anécdotas de una carrera que también lo vio defender los colores del Orientación Marítima -ex equipo del central Saúl Coco- y la desaparecida UD Fuerteventura, esa otra tierra vecina a la que llegaba siempre, cruzando el estrecho de mar, en barco, como quien va de casa en casa.
Primero lo primero, Maciot. Se acerca un emocionante y durísimo enfrentamiento contra el líder de Segunda División, el Racing de Santander. Con ellos, regresa la competición más ilusionante para la UD Lanzarote, la Copa del Rey. ¿Cómo se respira el ambiente estos días en tierras conejeras?
Sí, sin duda la Copa es todo aquí. Me vienen recuerdos muy bonitos. La afición está muy contenta, ya se palpa en la calle. He hablado con muchos aficionados y están ilusionadísimos, siempre nos han tocado equipazos. El Racing de Santander es un histórico de Primera, tanto equipo como afición. Ahora están en Segunda, pero haciendo uno de los mejores arranques de la historia de la categoría de plata.
Actuaciones brillantes tienes varias, pero empezamos por tu hat-trick en Copa al Tenerife, ese 5-1 al equipo tinerfeño dirigido, casualmente como ahora, por Pepe Mel.
Se me ponen los pelos de punta cada vez que recuerdo ese día. Cuando haces una hazaña y pasan los años, más orgulloso te sientes. Mi hat-trick al Tenerife y ese partido en general nos cuadró todo perfecto, desde el minuto 1 entramos enchufados y, al menos todo lo que chutaba yo, iba dentro. Tarde-noche mágica, inmaculada.
Un pajarito me dijo que al día siguiente del encuentro te tocó currar fuera del campo.
Por la noche, cuando llego a mi casa, veo a mi padre mirando la televisión. De lo primero que me dice es que me vaya a acostar, que mañana tenemos que abrir el bar. Siempre me mantuvo los pies en el suelo. Marcar tres goles, con 23 años, a un equipo de Primera en Copa… Como dice Joaquín Sánchez, era pa' salir de fiesta.
Entre las frases célebres, destaca la de Pepe Mel en la previa de aquel duelo copero: “Vamos, comemos, jugamos, ganamos y volvemos”. ¿Se convirtió en un verdadero incentivo?
Seguro que se arrepintió luego (ríe). Son cosas que dices y piensas que bueno, que mejor te hubieses quedado callado. Por esa época nos dolió a nosotros, sí. Pero si te pones a pensar, ellos eran de Primera y lo normal era que nos ganaran. Pero se dio la sorpresa. Hay muchas sorpresas en Copa y esta fue una de ellas. Los equipos más pequeños se exigen más, están más motivados, corren más.
En más de una ocasión te has reencontrado con Pepe Mel en el campo, ¿qué recuerdas?
Pues mira cómo es la vida que sí, me lo volví a encontrar estando yo con la UD Fuerteventura y con el Orientación Marítima… Y marqué. Él estaba en el Rayo Vallecano en Segunda B. Recuerdo que en una de sus ruedas de prensa dijo que "no sabía qué tenía este chiquillo conmigo, pero siempre me marca".
Después de vencer al Tenerife, se presentó la oportunidad de enfrentarse al Real Madrid de Vicente del Bosque, con figuras internacionales como Zinedine Zidane y Luis Figo. ¿Qué significó para la UD Lanzarote jugar contra un gigante del fútbol mundial?
Solo se hablaba de fútbol en Lanzarote. Ese mismo día de partido, todo el equipo quedó a las cinco de la tarde para merendar. Quedaban horas aún, pero ya toda Lanzarote estaba en las calles animando. Nos sentimos como un conjunto de Primera División, con tanta multitud por fuera del estadio. Acudieron más de 10.000 personas, todo abarrotado. Yo ese día era suplente, me metieron en la segunda parte. Al lado mía estaba calentando Zidane. Me quedé embobado, lo hacía todo muy fácil… Y eso que soy del FC Barcelona, pero qué pasada. Perdimos 1-3, no fue muy abultado. Ojalá se vuelva a vivir algo así, da mucha vida a la isla y al club.

Figo salió con sangre de ese encuentro.
Uno de nuestros centrales chocó contra él y le abrió una brecha. Al final del partido se le cayó y me acuerdo de que había niños corriendo a por la venda llena de sangre, imagínate.
En muy poco tiempo, otro rival de Primera aterrizó en Lanzarote. Era el Mallorca del debutante Héctor Cúper. Ustedes ganaron 2-1, marcaste un doblete. Qué bárbaro.
Pues fíjate, ese partido no se nombra mucho. Pero, como contra el Tenerife, salió todo bien. Marqué un gol de falta y el otro, llego al primer palo y para dentro. Estaba Miguel Ángel Nadal de central, el portero neerlandés Sander Westervel… Ves jugadores de esa talla y tú quieres dar todo de ti. Que salgan las cosas bien y por suerte sí salieron.
Todos estos duelos los jugaron en césped artificial, salvo contra el Sevilla, que fue el único que solicitó un cambio de campo.
Respetamos la decisión de Joaquín Caparrós y del Sevilla. Aunque siempre digo que los jugadores que llegan a Primera, de los de aquella época sobre todo, han tenido que jugar en campos de barro, de tierra, ya no césped artificial. Igualmente encantados, jugamos en el Insular, fue bastante gente y, aunque nos ganaron 0-1, ellos sufrieron como perros contra nosotros….
Te perdiste jugar contra el Atlético de Madrid y contra el Athletic Club, ¿qué te pasó exactamente?
Contra el Atlético estaba lesionado, no llegué bien. Buf, pero contra el conjunto vasco… Recuerdo que cogí una gripe, que vamos. Estuve una semana en cama, pero fatal, fatal. Dios quiera que no me vuelva a pasar, fue terrible.
Lo contrario a terrible fue José Luis Mendilíbar. La mejor campaña de la UD Lanzarote, en sus 10 años en Segunda B, fue con él.
Un exfutbolista, un entrenador y una persona maravillosa. Estuvo dos años aquí, de 2002 a 2004, y el cariño que le tenemos en Lanzarote, y a Toni Cruz, su preparador físico que se lo ha llevado todos lados, es impresionante. Mendi era capaz de sacar lo mejor de cada jugador. Me acuerdo que a mí me costaba rematar de cabeza, nunca fui muy cabeceador. Pero él me sacó el 100%. Era un entrenador que también le tenía cariño al fútbol y a la pelota. Pero sobre todo al trabajo duro.
¿Charlas con él?
Sí. No hace mucho tomamos un café juntos, aquí en la isla. Es de los entrenadores más infravalorados. En cualquier equipo de Primera División podría perfectamente estar entrenando. Está completamente enamorado de Lanzarote y de su gente. Veranea de vez en cuando aquí. Ya ha venido con su mujer y seguramente venga con sus hijos, pronto.
La evolución de la UD Lanzarote, desde 2010 hasta ahora, es en Tercera. ¿Qué radiografía haces de estos años?
Todo pasa factura. Venían de años muy bonitos, diez temporadas seguidas en Segunda B.… Y en los últimos tiempos, ha costado más. El club ha intentado conformar equipo para ascender, pero no se ha podido. Esta temporada, con Juan Carlos Socorro, veo un buen bloque. He hablado con varios jugadores y están muy contentos con el mister. Pero esto es fútbol. Quiero decir, que a lo mejor viene un entrenador "malo" y ascienden. Por eso, hasta mayo hay que esperar a ver si se aprueba o se suspende. También se necesita un poco de suerte. La UD Lanzarote, en cualquier caso, se merece estar en una categoría superior.
Tercera RFEF, Segunda RFEF... Y la evolución del fútbol canario en estas categorías, ¿qué te parece?
Pues hace unos años veías a los rivales y parecían todo hombres, fuertes, curtidos. Hoy en día son diferentes, con otro tipo de entrenamientos, más preventivos. Está todo más igualado. Creo que faltan jugadores de calle, se ve mucho menos ese estilo de futbolista, cuya técnica ya le venía sola…
Los porteros en Canarias, una de las asignaturas pendientes.
Aquí hay una escuela de porteros y, en la base, donde me gusta ver los alevines, infantiles, cadetes… Parece que va a salir una camada muy buena. Los porteros están muy cotizados y sí es verdad que hacen falta también porteros canarios, que hace años que no sale uno bueno.
La cantera conejera está ligada, más que nunca, a Saúl Coco. Talento, fuerza...
Y seriedad. Y constancia. Me acuerdo de ver partidos suyos con el juvenil del Orientación Marítima. Ya se veía el cuerpo, las ganas, la actitud. Se veía que, si seguía así, iba a llegar lejos. Ya de sobra sabemos que ascendió con la UD Las Palmas a Primera, se mantuvo y ahora está en el Torino dándolo todo. Está hecho de otra pasta. Sí es verdad que hoy en día se ven jugadores con esa ambición y esas ganas, pero después no está la constancia, la seriedad, el querer mejorar.
A los pibes que se fijan en Coco, que son bastantes, ¿qué les dices?
Que trabajen, que se exijan individualmente y que tengan los pies en el suelo, que no se equiparen con nadie. En Canarias por suerte salen muy buenos jugadores, pero creo que nos falla la constancia, exigirte. En ese aspecto somos un poco dejados. Ahora, en el fútbol moderno, están mejor asesorados, con cuerpos técnicos más formados para hablar de estos temas, para que no se sientan solos.
¿Es cierto que tienes parentesco con Germán Dévora?
Mi padre siempre me decía que era primo lejano.
De paso, ¿tienes algún hijo que pueda ayudar a la delantera de la UD Lanzarote, o de la UD Las Palmas?
Los Dévora ya están muy vistos (se ríe). Sí creo que a la UD Las Palmas le hace falta un delantero canario como las virtudes de Rubén Castro, para mí el mejor delantero isleño de lo que he visto. También un compañero que tuve, Rafa Rodríguez… Mi madre, vaya espectáculo.
Ya acabamos, con tu mejor gol y tu mejor partido.
Mi mejor gol y mi mejor partido sin duda fue contra Las Palmas Atlético, el partido que la UD Lanzarote asciende por primera vez a la extinta Segunda B. Esa UD era un equipazo, con Carmelo, Jorge Larena… Hace 16 años años que no juego al fútbol y hay gente que para por la calle para recordarme ese encuentro.
En otra vida, Maciot, un gol que te gustaría marcar.
Al FC Barcelona. Pero si les marco, no lo celebro. Me tiran los colores blaugranas…
Ya hay polvorones en los supermercados, así que cerramos con tus deseos para 2025.
Salud antes que nada. Y que no falte trabajo. Al menos hasta que aguante mi ilusión. Cuando se apague la chispa, a otra cosa.