OPINIÓN

El Madrid demolió el Camp Nou antes de que empezasen las obras

Benzema y Vinicius asaltan el Camp Nou./EFE
Benzema y Vinicius asaltan el Camp Nou. EFE

El 0-4 del Madrid al Barça no fue ni el pase a una final ni una goleada: fue la obra acabada de un equipo que es leyenda del fútbol mundial. Al Madrid de las Champions y los milagros sólo le faltaba una tarea. Arrasar el templo de su máximo rival. El Madrid demolió el Camp Nou; por si Laporta necesitaba otro empujón para empezar la reforma.

La primavera surge con la primera pareja que se besa. Benzema y Vinicius culminaron una contra como una tarde de abril. Dejaron el balón sobre la línea y se dijeron, como dos tortolitos: "Venga, mételo tú". Los de Ancelotti son un equipo de pocos pases y de pocas palabras.

Para el Barça el partido era una trampa. Un miércoles de Champions en mitad de la Semana Santa. El Barça no sufre igual que el Madrid. Los de Xavi no encajan los goles como si fuesen goles, sin más, encajan cada gol como si fuera una crisis institucional. Contra los equipos europeos y en el campo, pagan la realidad que esconden en España.

Ni Pedri, ni Lewandowski, ni Christensen, ni Dembelé. El día que el Barça se deshizo en el Clásico fue cuando faltó Frenkie De Jong. Rodrygo, la pieza que le faltaba a los blancos, abrió el choque con una carrera y un toque que incendió todo el centro del campo culé.

El Madrid juega a otra cosa. Por mucho que el madridismo se intente explicar, Modric, Kroos y Camavinga lo tiran por tierra. El fútbol es un deporte que reinventaron un croata y un alemán. Y si eres el mejor, lo puedes demostrar hasta jugando de lateral. Qué decir de Benzema. Florentino vio en Karim la fusión entre Ronaldo y Zidane, pero nadie adivinó su último truco: también es Cristiano en su recta final.

El 0-4 en el Camp Nou ya le duele al Barça más que el Caso Negreira. Y este Madrid al fin ha saldado con su afición su última deuda. Toda su grandeza, en Copa y en la ciudad condal.