COPA DEL REY

Por qué las semifinales de la Copa del Rey se juegan a doble partido

La Federación apostó por el partido único, salvo el ida y vuelta entre los cuatro últimos, para que todos jueguen al menos, uno en casa.

Uno de los sorteos de la Copa del Rey./ARCHIVO
Uno de los sorteos de la Copa del Rey. ARCHIVO
Jonás Pérez

Jonás Pérez

La Copa del Rey llega ya a sus semifinales, donde los equipos tratarán de clasificarse por la búsqueda de un título y también por la automática clasificación para la Supercopa de Arabia Saudí, que inyecta a los clubes de una suculenta cantidad de dinero. Para hacerlo, sin embargo, ya no pueden aludir al clásico espíritu de la épica copera, ya que las semifinales se disputan a doble partido, como antaño.

El nuevo formato de la Copa del Rey llegó con el fin de poner más emoción a un torneo que a veces caída en la desidia y en las enormes diferencias entre los equipos. Y logró esa inyección de adrenalina, con la disputa de dos rondas más para los clubes de Primera División y la sensación de que un traspiés a partido único en casa del modesto podía dejar imágenes para la posteridad.

Sin embargo, la Federación apostó por que la ronda de semifinales tuviera la tradicional ida y vuelta. Por muchos fue entendido como una medida de salvación para los grandes, que tendrían 180 minutos de estabilidad para lograr derrocar a aquellos rivales que se hubieran colado entre los cuatro mejores entre la sorpresa, la fortaleza y la capacidad de rendir bajo presión. El motivo es bien diferente...

Por qué las semifinales de Copa del Rey se juegan a ida y vuelta

La Federación recoge en las bases de competición el funcionamiento del torneo del KO: "Las semifinales las disputarán, a doble partido, los clubes vencedores de cuartos de final, emparejados por sorteo puro, siendo, en todo caso, el orden de campos, el mismo de la extracción de las bolas, siempre que cumplan con los requisitos mínimos establecidos por la RFEF. Los dos clubes finalistas obtendrán el derecho a intervenir en el torneo de Supercopa de España".

No matiza en momento alguno cuáles son los motivos por los que las semifinales se juegan a doble partido. Por ello, en su día este medio contactó a la Federación, que explica con detalle el motivo. La razón principal es que así todos los dos finalistas tienen derecho asegurado a disputar al menos un partido de la edición en su casa y ante su afición.

Al tratarse de sorteo puro que enfrenta a los grandes con los pequeños en casa de los más modestos, los equipos de Primera División no suelen tener la oportunidad de jugar en su propio estadio hasta los octavos o incluso los cuartos de final. Como una vez se enfrentan equipos de la misma categoría, el azar es el que decide si el local es uno u otro no es para nada extraño que un participante llegue a la ronda de semifinales sin haber jugado en su propio estadio.

La Real Sociedad y la justificación de las semifinales a ida y vuelta

Un ejemplo que sirve como referencia de por qué esta normativa tiene sentido es el de la Real Sociedad. El equipo de Imanol Alguacil disputó las tres primeras rondas ante Buñol, Andratx y Málaga. Al ser rivales de categoría inferior, no había nada que sortear: directamente la eliminatoria se disputaba en campo del modesto.

Después, le tocó en octavos Osasuna, pero la extracción de las bolas marcó que el duelo se jugase en El Sadar. En cuartos de final el sorteo volvía a ser puro, por lo que había un 50% de posibilidades de que el partido se jugase en el Reale Arena. Y de nuevo cayó la moneda del otro lado, ante el Celta en Balaídos.

Si no existiera esta norma, la Real Sociedad afrontaría un nuevo sorteo con las mismas reglas del azar. Es decir, que si no tuviera fortuna, podría llegar a la final del torneo del KO sin disputar un solo partido ante su gente, lo que desvirtúa en cierto modo el espíritu de la competición de la emoción desde la grada y ante el público.

Del mismo modo, pero con un caso todavía más sonado, el del Barcelona. Xavi y los suyos siempre reciben a un rival de categoría inferior en dieciseisavos, la primera ronda que disputan por participar en la Supercopa de España. En este caso, el Barbastro. Después tuvieron la fortuna de medirse a uno de los dos supervivientes de categoría inferior: Unionistas. Es decir, imposible jugar en casa hasta los cuartos, donde tampoco cayó: a San Mamés.

Son ejemplos suficientes para justificar el motivo por el que las semifinales coperas se siguen disputando a ida y vuelta, aunque muchos aficionados no estén de acuerdo con tal medida. Mientras, se sigue debatiendo popularmente la posibilidad de que el sorteo sea puro o de que la programación de las primeras rondas no coincida con el descanso de los grandes para así dar más emoción a lo que son partidos históricos para los clubes más modestos.