La noche en la que Sergio Ramos destrozó la Copa de Rey y su diseñador se enteró por la radio: "Imagínate la cara que llevaba que el policía me dejó pasar sin preguntarme nada"
Federico Alegre, diseñador del trofeo, recuerda el incidente del central con la Copa tras haber derrotado al Barça en la final el 21 de abril de 2011.

Horas después de que el Real Madrid se proclamara campeón de la Copa del Rey tras derrotar al Barça en la final, Federico Alegre conducía tranquilamente hacia Madrid. Cristiano Ronaldo, con un sensacional cabezazo en la prórroga, había dado el triunfo a los blancos aquel 20 de abril de 2011 en Mestalla. Una celebración por todo lo alto en Valencia y que continuó después con el equipo recorriendo las calles de la capital en un bus descapotable. Aquella gesta pasó a la historia y no precisamente porque los de Mourinho derrotaran a uno de los mejores Barça de los últimos tiempos. A Sergio Ramos se le escurrió la Copa desde lo alto del autobús y el trofeo quedó totalmente destrozado. Su diseñador, que la había chequeado por última vez en los entresijos de Mestalla, no daba crédito.
"Como siempre viajo a la final en coche, porque llevo otra Copa de repuesto y todos los materiales, volvía a Madrid relajado y escuchando la radio. Cuando me quedaban unos 60 kilómetros para llegar escucho en la radio que a Sergio Ramos se le ha caído la Copa y que el autobús le ha pasado por encima. Al principio pensé que era una broma, pero después me di cuenta de que no. Aceleré un poquito más de la cuenta y me fui directo al Santiago Bernabéu", recuerda el propietario de la Joyería Alegre. El negocio, situado a escasos metros de la Puerta del Sol, lo empezó su abuelo en 1940 y desde hace más de 50 años son ellos los encargados de diseñar el trofeo de la Copa de S.M. el Rey.
Un viaje de vuelta a Madrid de lo más surrealista. Federico consiguió llegar al Bernabéu minutos antes de que lo hiciera el autobús del equipo. Acordonada toda la zona por policías, a estos le bastó con mirar la cara al joyero para entender que algo grave había sucedido. "Cuando abrí la ventanilla y le conté al policía lo que había ocurrido, no sabía si me iba a creer. Le dije lo que había pasado con Sergio Ramos, que yo era el fabricante de la Copa y que venía a traerles una de repuesto que tenía en el coche. No sé con qué cara me verían que el policía ni me preguntó ni me hizo enseñarle nada. Me dejó pasar y me fui rápidamente hacia la entrada del palco, que era donde paraba el autobús". Y para allá que se fue.
"El que era delegado del Madrid y que en paz descanse, Agustín Herrerín, traía la Copa junto a Jerzy Dudek. La llevaban en una caja tapada con una bandera del Real Madrid. Herrerín, nada más verme, me dijo: '¿ya estás aquí?' Le dije que me había enterado por la radio, que qué había pasado. Me dijo que no quería sacarla allí en medio y que me fuera al despacho y que allí me contaba. Allí que nos fuimos y, cuando vi que la Copa estaba totalmente destrozada, lo que hice fue darle la Copa de reserva y esa fue la que al día siguiente llevaron al Ayuntamiento y a la Comunidad de Madrid. Allí no había pasado nada".
“Tuve que convocar una rueda de prensa”
La imagen de Sergio Ramos tratando de sujetar la Copa y esta escurriéndosele desde lo alto del bus se había convertido en la imagen de la final. El 21 de abril no se hablaba de otra cosa y Federico se vio en la obligación de tener que convocar una rueda de prensa. "Fue tremendo la de personas que me llamaron por teléfono. Esa noche casi no dormí porque llegué muy tarde a casa del Bernabéu y ya pronto empezó a sonarme el móvil. Había tal cantidad de periodistas que querían hablar conmigo y que les contara lo que había sucedido que tuve que convocar una rueda de prensa. Me fui para la oficina y allí estuvimos hablando de lo que había pasado. Pude atender a todo el mundo porque ya te digo, me llamaron como 25 periodistas".
Acostumbrado a estar en un segundo plano, Federico fue otro de los héroes de la final. "Hice lo que tenía que hacer. Era mi trabajo. Herrerín y la Real Federación Española de Fútbol me dieron las gracias por la rapidez con la que actué. Pero esa es mi misión y para esto soy un profesional de esto", dice, tratando de quitarse mérito.
"Pasarán los años y seguirán preguntándome por la Copa de Sergio Ramos", asegura. El trofeo, que actualmente se encuentra expuesto en el museo de la Real Federación Española de Fútbol en las Rozas, nunca se contempló repararlo. "Me pidieron mi opinión y hablando con otras personas de la Federación coincidimos en que había que hacer cualquier cosa menos repararla. Se hablaron de varias cosas y una fue dejarla expuesta en el museo de la Federación. Yo comenté que si la dejaban allí iba a ser la Copa más fotografiada del museo y así fue. Es una anécdota muy difícil de superar".