Susto en la afición de Osasuna tras desplomarse una valla en el gol de Torró

El gol de Lucas Torró desató el delirio en la grada de Osasuna, que festejó tan a lo grande el tanto del empate que más de 50 aficionados acabaron sobre el banco de pista de detrás de la portería de Sergio Herrera. Incluso la pancarta que lucía en esa parte del Estadio de la Cartuja también acabó por los suelos, al desprenderse la valla de publicidad de esa zona. Ante esa situación se efectuó la intervención de las fuerzas de seguridad y también de protección civil, que acabaron llevándose en camilla a un hincha herido de carácter leve.

La afición rojilla no había parado de animar a Osasuna durante todo el partido, pese a ese tempranero gol de Rodrygo que parecía una losa complicada de superar. Pero el conjunto rojillo no había llegado de paseo a Sevilla. Y tampoco sus aficionados, que, como había pedido Jagoba Arrasate en la previa, cantaron y cantaron hasta que llegó ese minuto 58 con el gol de Torró, que provocó la locura y la caída de esa valla. También se encendieron bengalas y botes de humo, lo que llevó a que se utilizara un extintor para apagarlas y evitar males mayores.

A partir de ese momento, tanto las fuerzas de seguridad como una veintena de vigilantes privados se situaron alrededor de esa parte de la grada para evitar que hubiera nuevas invasiones de banco de pista, al quedarse sin protección esa zona del estadio. Aunque la afición rojilla no paró de animar, ni siquiera tras el segundo tanto de Rodrygo, que puso de nuevo al Real Madrid por delante en el marcador.

Segunda final de Copa del Rey para Osasuna y segunda derrota. 2-1, idéntico resultado. Y mismo orgullo para la hinchada rojilla que despidió a los suyos a lo grande. Con vuelta de consolación incluida para unos futbolistas que se levantaron del césped para recibir al aplauso de su gente. De esos casi 25.000 osasunistas que se hicieron 1.000 kilómetros desde Pamplona y que volvieron a dar una muestra de fidelidad y pasión.

Fue otra oportunidad perdida, otro final amargo para unos futbolistas que se lo dejaron todo sobre el terreno de juego pero que no pudieron ante la pegada del Real Madrid. Pero ese esfuerzo sí encontró la recompensa de los ánimos de los suyos. Algunos entre lágrimas pero todos con el grito de Osasuna para despedir a un grupo de jugadores que no pudo culminar una Copa del Rey de ensueño.