PELÍCULA EL CAMPEÓN

El reencuentro de Dani Rovira y Marcel Serrano con el fútbol: "Tenía un perro que se llamaba Buyo, pero hace 15 años que no veo un partido en casa"

Los dos son protagonistas de 'El Campeón', la nueva película de Netflix que se estrenará el próximo 12 de julio.

Dani Rovira y Marcel Serrano durante el rodaje de El Campeón. /NETFLIX
Dani Rovira y Marcel Serrano durante el rodaje de El Campeón. NETFLIX
Isabel Pacheco
Salvador Fenoll

Isabel Pacheco y Salvador Fenoll

Dani Rovira y Marcel Serrano son los protagonistas de El Campeón, la nueva película de Netflix que llegará a la plataforma el próximo 12 de julio. Con el fútbol como protagonista, el film narra la historia de Diego (Marcel), un jugador del Atlético de Madrid que, pese a ser una de las grandes estrellas del equipo, necesita controlar su carácter y sus impulsos. Para ello, el club contratará a Álex (Rovira), un profesor de Filosofía solitario que deberá domar el temperamento de Diego.

En la víspera del estreno, Relevo charla con los dos actores en un céntrico hotel de la capital. Sin ser ninguno de los dos grandes apasionados del deporte rey, la charla se convierte en un viaje desde sus primeros recuerdos con un balón en los pies hasta lo que ha supuesto grabar en un escenario como el Cívitas Metropolitano. "Es una sensación de decir 'madre mía, ¿dónde cojones estoy?".

Marcel, ¿Cómo ha sido meterse en la piel de un futbolista?

Curioso. Ya solo el hecho de ser actor ha sido curioso y luego, meterse en la piel de un futbolista... pues he tenido que entender varias cosas. Como que quizá no son tan humildes como a veces parecen, ¿no? Ya lo veréis reflejado en la película. Pero bueno, la verdad es que ha sido curioso. Cuanto menos intenso, sería la palabra.

¿Sois futboleros?

Dani Rovira: Yo lo era, sí. Era bastante futbolero, pero más de adolescente. Luego no sé, la vida tiene tantos estímulos que al final me he ido por otros sitios. Hace mucho que no veo un partido de fútbol. Pero, por ejemplo, llegan unos Juegos Olímpicos, llega un Mundial de algún deporte no tan mayoritario y sí que disfruto mucho. Pero es verdad que el fútbol, últimamente, no es que me interese menos, es que me interesan más otras cosas.

¿Cuándo fue la última vez que te sentaste a ver un partido de fútbol?

Dani Rovira: Puede que haga 15 años desde la última vez que me puse a ver un partido de fútbol en mi casa. Prefiero ver una peli. Pero he vibrado mucho. Tenía un perro que se llamaba Buyo, con eso te lo digo todo.

¿Y tú, Marcel?

Marcel Serrano: A mí el fútbol me gusta mucho jugarlo y le tengo un gran afecto al equipo de mi ciudad, al Barça. Pero no soy muy futbolero en el sentido de conocer a los jugadores. He jugado más de lo que lo he visto.

En 2014, Dani, diste monólogo en los premios de LaLiga, ¿qué recuerdas de ese día?

Dani Rovira: Me llamaron para que hiciera un monólogo y luego entregar un premio. Sobreviví. Solté un par de chistes y creo que funcionó. No es el contexto ideal para un cómico en una gala donde hay futbolistas, muchas cámaras y están nerviosos a ver quién les da el premio. Prefiero actuar en un teatro. Tuve que pedirle ayuda a mi colega Iñaki Urrutia y a J.J. Vaquero, que son hermanos míos de la comedia. Como yo de fútbol andaba súper pegado, sí que me dieron alguna pautilla. Fue una experiencia.

¿Te dio tiempo hablar con algún futbolista entre bambalinas?

Dani Rovira: No tengo amigos que sean jugadores de fútbol. He podido llegar a conocer puntualmente a alguno. A Casillas le conocí, a Iniesta también. Que si un día me lo cruzo, seguramente nos saludaremos. Me gustaría tener un futbolista en mi grupo de amigos, por supuesto, y a un flautista. Que haya variedad en el grupo.

Las horas de prácticas de Marcel Serrano. Relevo

¿Soñasteis de niño con ser futbolistas?

Dani Rovira: Yo era muy malo jugando al fútbol. Y como era tan malo, siempre me pillaban de portero. Y como siempre me ponían de portero, al final terminé siendo portero de fútbol sala. Era bastante bueno.

Para meterte en el papel de un futbolista profesional, ¿has tenido que dedicarle muchas horas?

Marcel Serrano: Tuve un entrenamiento de cuatro horas al día durante un mes. Me iba a la Ciudad Deportiva del Atlético, que está en Alcalá de Henares. Ensayábamos las jugadas, la conducción de balón. Yo sabía ciertas cosas de fútbol, pero no era el típico chaval muy habilidoso que te coge la pelota y te hace 50 toques o te hace dos bicicletas. Después de esos entrenamientos, quizás sí que las haga. Cogí 13 kilos en un mes y medio.

En la película vemos cómo el padre de Diego se entromete demasiado en la carrera de su hijo. ¿Pensáis que pasa mucho en la actualidad?

Dani Rovira: No lo sé, porque ni soy padre ni tengo ningún amigo en mi entorno donde pueda ver eso, pero sí, supongo que puede pasar. Entiendo que para poder ser élite en cualquier deporte, la especialización de los chavales cada vez es más temprana. Y para que un chaval con tres años vaya a hacer gimnasia deportiva, vaya a hacer baloncesto o vaya a hacer balonmano, entiendo que hay una línea muy fina entre incentivar a que tu hijo haga deporte, sobrecontrolarle o ver en tu hijo las frustraciones tuyas de cuando eras joven y como no lo conseguiste, de repente metes a tu hijo mucha tralla. Lo que sí que es verdad es que en el fútbol, al igual que en todos los deportes, cada vez los chavales son más jóvenes. Necesitan un buen referente cerca. Si el referente es algo tóxico, ya está el quilombo montado.

Marcel Serrano: Cuando tú eres menor y no tienes ninguna potestad legalmente sobre ti mismo, lo que necesitas es una persona con potestad para decidir por ti. ¿Qué pasa? Esa persona tiene que ser una persona extremadamente honesta. ¿Por qué? Porque un futbolista no está destinado a ganar mil euros al mes. Está destinado a ganar millones por partido. Entonces, ¿qué pasa? Que tenemos una persona que maneja las finanzas y el horario y las capacidades y las decisiones de otra. Es su hijo, sí. ¿Qué te da de poder ser su padre? Tienes que ser lo suficientemente poderoso como para conseguir que tu hijo cumpla sus objetivos y lo suficientemente honesto como para dejar que tome sus decisiones. ¿Quién está capacitado para eso? Yo creo que un 0,5% de la población.

Cómo fue grabar en el Cívitas Metropolitano. Relevo

¿Cuáles son vuestros primeros recuerdos del fútbol?

Dani Rovira: Cuando empecé a tener uso de razón, el Málaga no jugaba en Primera y entonces, como que te hacías de un equipo grande. O del Madrid o del Barça. Recuerdo un viaje con muchísimo cariño. Estaba estudiando en Granada, tenía 18 años y eran los cuartos de final de la Champions entre el Madrid y el Manchester United en el Bernabéu. Mi padre cogió el coche desde Málaga y con unos amigos vinieron a recogerme a Granada y de ahí nos fuimos a Madrid a ver el partido. Cuatro catetos que no sabíamos ni dónde dejar el coche, casi llegamos tarde. El partido terminó cero a cero, un truño. Cuando terminó nos bajamos otra vez a Andalucía. Ahora no haría eso ni harto de vino.

Marcel Serrano: Yo la única vez que fui a un campo de pequeño fue al Camp Nou. Fui a ver un Barcelona-Getafe que terminó 6-1. Me impresionó todo el campo gritando 'Tot el camp'.

En la película vemos que Diego, pese a ser futbolista profesional y tener todo tipo de lujos, también sufre. ¿Creéis que a la gente a veces se le olvida que los futbolistas son personas?

Dani Rovira: Todos somos personas y eso no se le tiene que olvidar a nadie nunca ya seas futbolista o incluso estés metido en la cárcel porque hayas cometido una atrocidad. Todos somos personas. El trabajo de empatía de todos con todos, independientemente del lugar que ocupes en la sociedad. Obviamente que son gente privilegiada, entre comillas. Tienen un don y entran dentro de un sistema donde, bueno, son gente privilegiada en cuanto a que tienen cochazos, en cuanto a que tienen éxito, tienen muchísimo dinero... Pero son gente que pueden sufrir tantísimo como podemos sufrir nosotros solo que bueno, desde otro lugar. Son otro tipo de problemas los que tienen, no lo sé. Entre otros, tener que gestionar el que tu vida se pare por completo a los 35 años después de estar tantos años en la élite. Pero bueno, eso pasa en todos los deportes.

¿Cómo fue grabar en un escenario como el Cívitas Metropolitano?

Dani Rovira: Sin ser colchonero, aunque soy bastante simpatizante de este tipo de equipos así, más guerrero, rodar allí fue increíble. La sensación de estar rodando en un estadio de esta envergadura... El estadio vacío, entero para nosotros. Impresionaba un montón. La secuencia de los dos jugando con la lata... Había una persona del Atlético de Madrid que solo trabajaba para que el menor número de gente posible pisara el césped. Eso es un santo grial. No me imagino lo que tiene que ser, y fíjate que yo he actuado en teatros y en sitios grandes, jugar en un estadio con 60.000 o 70.000 personas y meter un gol. Ya puedo entender que la peña se endiose un poco. Por otro lado, sientes que estás en una casa, no estás en un campo cualquiera, no .

Marcel Serrano: Estábamos tú y yo ahí con una lata. Una puta lata y todo vacío. Estás en el césped, miras a tu alrededor y uff… es que es gigante. Es una sensación de decir 'madre mía, ¿dónde cojones estoy?'. Ninguno de los dos es colchonero, pero se te cambia el mood cuando entras ahí porque te invade una sensación de fortaleza. Y estaba vacío, imagínatelo lleno con toda la gente cantando el himno. Es que te pones a llorar. Es una sensación que te hace entender el porqué hay magia en los estadios. Estás en la casa de alguien con unos valores, con unos sentimientos, con un respeto y todo eso se transmite.

Dani Rovira, sobre que los padres se metan tan pronto en las carreras de sus hijos. Relevo

¿Qué enseñanza os ha dejado la película?

Dani Rovira: Más allá de la temática, la película me parece una historia muy bonita de dos personas, a priori, totalmente diferentes. A priori el rol que se ha establecido es el que la persona más mayor, más centrada, es la que le hace de profesor. Pero es una historia muy bonita de espejos. El maestro enseña al alumno, pero el maestro también aprende del alumno. Como yo siempre digo, salvando las distancias, es una especie de Indomable Will Hunting a lo futbolístico. El personaje de Marcel creo que incluso le enseña más cosas al mío. Yo tengo mis taras y él me ayuda muchísimo a cambiar el prisma. Hay una pureza en el personaje de Marcel... Mi personaje viene de experimentar mucho dolor, de tener muchas heridas y de repente encuentra algo que es un diamante en bruto. Yo me quedo con esa idea. Los dos aprenden de los dos. Ayúdame y te habré ayudado.

Marcel Serrano: La relación que se construye entre los dos personajes es brutal. Cómo empiezan y cómo acaban. La moraleja muy grande que he sacado de aquí, aparte de la empatía, es el hecho de que todo se puede cambiar. Es algo que la película te deja muy claro. El hecho de que si tú tienes empatía te das cuenta de que las cosas se pueden cambiar y a veces, el cambio, está donde menos te lo esperas. El personaje de Dani y el mío son dos personas que no tienen nada que ver. Sin embargo, con pequeños gestos, se enseñan el uno al otro sin querer.

Dani Rovira y sus primeros recuerdos en el fútbol. Relevo

¿Con qué anécdota os quedáis del rodaje?

Marcel Serrano: Pasaron varias cosas graciosas. Una era donde grabamos el fútbol. Para grabarlo se montó el croma más grande que se ha montado en España. El más grande que había antes era el de Juego de Tronos, en Girona. Se montó en Segovia, donde el Atleti hace la pretemporada. Ese campo, en noviembre, rodajes nocturnos, Segovia, montaña... Hacía un frío que te querías morir. Otra de las anécdotas fue con Carlos Therón, el director de la película. Se murió Tron, mi perro de toda la vida. Se murió y teníamos que grabar la última escena de la película, que es una escena en la que sólo se ven mis ojos. Llevaba más de 24 horas llorando. Cuando llegué al rodaje, hice ver que no pasaba nada. Había llorado tanto que no solo tenía los ojos rojos, que eso lo salvó al colirio, sino que me temblaban los párpados. Tuve una conversación con Carlos de cinco minutos en la que no te diré lo que pasó, pero para mí esa conversación fue una puta salvación. Ese tío fue más mi padre que mi director.

Dani Rovira: Las noches en las gradas eran duras. Estar allí parado con una rebequita… No sé a cuántos grados estábamos. Nunca he visto una peli donde, a nivel de figuración, sea tan duro. Desde aquí un saludo a toda la figuración. Era mucha gente toda la noche sentada en una grada con ropa primaveral. Se pasó mucho frío. A nivel producción, chapó al equipo.