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Paloma del Río desvela que sufrió abusos en sus inicios en RTVE: "Me puso la mano en el pecho y me dijo: '¿Qué tienes aquí?'"

Pasado y presente se unen para Paloma del Río, que vive este domingo su última transmisión deportiva con el Mundial de Gimnasia Rítmica de Valencia.

La periodista Paloma del Río, en una imagen de archivo. /GETTY
La periodista Paloma del Río, en una imagen de archivo. GETTY
Cristina Bea

Cristina Bea

Después de "treinta y siete años y medio" -tiene el cálculo más que hecho-, Paloma del Río (Madrid, 1960) cuelga esta noche el micro en Valencia, donde vive la última transmisión deportiva de su carrera profesional, el Mundial de Gimnasia Rítmica, un deporte que le ha dado "muchísimo". Entre otras cosas, a su inseparable compañera de viaje, como la periodista de RTVE llama a la exgimnasta y hoy comentarista Almudena Cid, quien "esta mañana estaba venga a llorar, venga a llorar", cuenta con una tierna sonrisa una de las mujeres pioneras del periodismo deportivo en nuestro país y una de las voces más reconocibles de los deportes minoritarios por los que ella ha hecho "lo posible y lo imposible para que sean bien tratados".

Paloma del Río, sobre lo que le ha dado la gimnasia rítmica

A sus 63 años, quien empezó su vida laboral en el turno de noche de la UVI de la clínica Ruber como auxiliar, sabe lo que es afrontar dificultades desde que llegó como becaria al ente público en 1986. Antes de ser redactora, editora, subdirectora de programas, jefa de redacción de las transmisiones de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, sufrió abusos de poder. Nos los relata. "Uno de estos señores que estaban allí, yo notaba que intentaba quedarse solo conmigo en la redacción, y una de las veces que estábamos los dos solos y que yo estaba en la inopia pasó por detrás de mí, me puso la mano en el pecho y me dijo: "¿Qué tienes aquí?"

Merece la pena conocer su reacción, como la que tuvo al saber de la no dimisión de Luis Rubiales como presidente de la RFEF después de unas escenas que a esta gran defensora de la mujer y de los derechos LGTBI le provocaron "bochorno y mucha vergüenza ajena". Días antes habíamos cerrado la entrevista para el viernes a las 12h., así que supimos de las palabras del dirigente mientras charlábamos. "Ah, no ha dimitido. Hala, venga. Es que la culpa siempre la tiene el otro, ¿eh? La culpa la tiene otro. Es impresionante".

Aún más lo ha sido una trayectoria de casi cuarenta años que deja podios de experiencias, anécdotas vividas aquí y allá y análisis sobre el deporte e incluso la homosexualidad en el fútbol masculino. "Se exponen a un campo con 70.000 personas y eso es mucha gente gritando cosas. Si ya les das pie a esas mentalidades tan cerradas y tan obtusas a que tengan un argumento más para meterse contigo, duele, duele. No somos de madera", razona Paloma del Río, sabedora de que ella tampoco lo será esta noche cuando deje el micro. "A ver si puedo hablar".

Paloma, estás viviendo tu última retransmisión deportiva después de casi cuarenta años de carrera en RTVE. ¿Cómo te sientes? ¿Cómo la estás afrontando?

Pues me he preparado muy bien, primero, por un lado, la parte profesional de la transmisión, porque sabía que es un Mundial preolímpico y es muy importante. Estuvimos ayer y antes de ayer Almudena Cid y yo metidas en el pabellón, viendo la competición, sumando notas, haciendo cálculos… Y por otro, emocionalmente, pues también. La jubilación es una cosa que preparas, con tiempo. Vas viendo que tu vida profesional está terminándose, que cumples años y que haces un proyecto de vida, y ese proyecto de vida está lleno de cosas, de cosas muy divertidas y muy buenas.

No me puedo quejar en absoluto, he sido una afortunada y estoy muy contenta. Emocionalmente, también va a haber su momento el domingo. Pero ayer me tenían una encerrona preparada entre la Federación Española, la Federación Internacional y todos mis compañeros de la unidad móvil y Almudena Cid, claro. Que yo que soy una pardilla, no tenía ni idea. Me habían dicho que necesitaban que encendiera el mapping que se proyecta desde el techo en el tapiz y yo fui al acto pensando que iba a dar a un botón para que aquello se encendiera y se iluminara. Y resulta que lo que era es que me hacían un reconocimiento, me dieron un cuadro precioso con una ilustración, con algunos de los mejores momentos que yo he narrado dentro de la radiotelevisión pública, que han sido, sobre todo, las medallas de los gimnastas. Luego está también, por ejemplo, Carmen Acedo, que fue cuarta en los Juegos de Barcelona, que la vi ayer, y Almudena Cid. Muy, muy, muy emotivo.

Dices que te has preparado para la jubilación. ¿Cómo? ¿Desde cuándo y cómo te mentalizas? ¿Qué trabajo has hecho para ello? 

El tiempo y el paso de los años te va diciendo cuándo tienes que empezar a prepararte mentalmente. La vida te ofrece muchas cosas. Ha tenido mucho que ver también la pandemia y el confinamiento, porque tú calculas los años que llevas cotizados, los años que tienes y empiezas a calcular cuándo es el momento en el que tienes que empezar a pensar que tu vida profesional se acaba. Y empiezas a planificarlo y en tu cabeza se van produciendo esos momentos en donde piensas qué vas a hacer cuando te levantes sin necesidad de ir a Torrespaña o a hacer una transmisión, y empiezas a verle el lado bueno a todo eso, a vivir sin reloj, como digo yo. Y a levantarte cuando el cuerpo te dice que tienes que levantarte y a mirar a ver qué haces hoy, sin necesidad de tener ninguna obligación. Obviamente, yo soy periodista, soy curiosa, lo voy a seguir siendo y voy a seguir unida al mundo del deporte, por afición, como empecé, y lo voy a seguir haciendo por vocación. Disfrutar el deporte. Consumo deporte, veo deporte, hago deporte y veo que lo que me queda por delante también es divertido. Todavía tengo cuerpo y físico para poder hacer una vida muy agradable, con mi familia, con mis amigos, con mis gatos… En estas cosas en donde estoy tan involucrada y tan militante.

¿Qué deporte practicas? 

Pues necesito hacer deporte porque necesito tener la musculatura fuerte. Suelo ir al gimnasio a hacer musculación y cuando estoy en un sitio donde no tengo gimnasio, lo que hago es que salgo a caminar todos los días, muy prontito, porque yo soy muy madrugadora. También a veces hago natación. Necesito tener la musculatura tonificada porque mis huesos y mis articulaciones lo necesitan, y porque creo en ello y porque me sirve de relax y de terapia. Es un momento en el que yo voy pensando en mis cosas. Son los minutos que yo me dedico a mí.

Cierras tu vida profesional, Paloma, con un campeonato de gimnasia rítmica. ¿Cuánto te ha dado este deporte? 

Muchísimo. La gimnasia rítmica no fue la primera competición que narré. Fue un torneo de tenis de mesa en Sevilla, porque fue una cosa inmediata (a su llegada a RTVE). Ppro luego ya con cierta continuidad, la gimnasia rítmica. Empecé en mayo del 87 con Susana Mendizábal, que es la que introdujo técnicamente en los intríngulis de la gimnasia, y a partir de ahí, muchísimo. Muchísimas satisfacciones. Conocer a gente buenísima, a gimnastas técnicamente muy buenas y, personalmente y humanamente, muy nobles y muy buena gente. Y me ha dado una compañera de viaje, que ha sido Almudena Cid, a la que he narrado sus cuatro finales olímpicas. Como dice ella: "Todas mis transmisiones están con tu voz". Y una vez que ella se retiró, a partir del Mundial de Montpellier de 2011, somos compañeras de viaje en las transmisiones. Y, como dice ella, estamos hermanadas.

Hoy, por ejemplo, en el desayuno estaba muy emocionada. Y venga a llorar, venga a llorar. Y le decía: "Almu, que tenemos que ver lo bueno que hemos hecho". Pero, bueno, lo está pasando un poco mal. Yo el domingo no sé cómo estaré, pero mira, ahora estoy bien, estoy contenta. Y estoy muy satisfecha y estoy recibiendo mucho cariño de mis compañeros. El otro día envié un correo a mucha gente, presidentes de federaciones, amigos, realizadores, redactores, gente del cuadro técnico, todos los que hemos viajado a lo largo de tantos años juntos y nos hemos conocido y me están llegando unas respuestas muy emotivas de mis compañeros de trabajo. Juan Carlos Rivero también me mandó un mensaje precioso. Y, sobre todo, lo que hay es mucho, mucho, mucho cariño.

Mucho cariño por muchos años de trabajo siendo la voz de tantas transmisiones de RTVE. Eres una de las voces del deporte de este país. Todos tenemos grabada en nuestra memoria auditiva la voz de Paloma del Río. ¿Qué te hace sentir eso?

Sí, sí. Ten en cuenta que son casi 37 años y medio. Imagínate lo que es oír a una persona de vez en cuando, siempre con la misma voz, pues al final pasa, le pones cara en algún momento, y eso es lo que te acompaña en las grandes citas, en los grandes momentos. Evidentemente, los aficionados al patinaje y a la gimnasia me tienen más que oída, pero para el resto del público, en un momento como son los Juegos Olímpicos, en donde se concentra también la gente que no sigue habitualmente el deporte, pues también me tiene ahí, metida en su disco duro. Y sí me hace muy reconocible, no sólo en esos momentos…

Eso te iba a decir, que tener tu voz tan grabada te habrá generado muchas anécdotas. 

Sí, sobre todo, divertidas. De gente que te llama por teléfono a venderte un seguro y terminamos hablando de gimnasia. No le compro el seguro, claro. O una vez que me corté en la calle, no sé con qué, y me metí en una farmacia y le dije: "Por favor, ¿tiene tiritas?" Y entonces el señor me dice: "Perdone, ¿es usted?" Y le dije, sí, soy yo". O sea, anécdotas de la gente que de repente se da la vuelta porque oye una voz que le es familiar. El otro día en un supermercado… Es muy habitual, y me hace gracia porque la gente se sorprende y me dice: "Es que tienes la misma voz". Y digo: "Es que tengo la misma garganta". Como si yo tuviera una garganta para trabajar y una garganta para ir por la calle (Ríe).

¿Qué ha supuesto para ti ser no sólo la voz, sino un altavoz, para deportistas de deportes minoritarios como la gimnasia rítmica, la gimnasia artística, el patinaje o la hípica? Deportes que han estado en muchos momentos maltratados y que se han visto reforzados por ti y tu trabajo. 

Yo creo que el deporte minoritario, con sus presidentes y sus organizaciones en concreto, saben que en mí tienen una aliada. Que voy a hacer todo lo posible y lo imposible por defender ese deporte que a veces no es visible, que no es bien tratado. Que voy a hacer lo imposible. Me voy a matar por encontrarles un hueco para la emisión en Teledeporte y en la televisión pública, que para eso estamos. Y a partir de ahí pueden encontrar patrocinadores y pueden encontrar personas que les apoyen económicamente, que es lo que necesitan fundamentalmente todas las federaciones para ir mejorando, ir creciendo, creando becas, creando apoyos, para que el deporte vaya sumando más medallas. Lo que han encontrado ha sido una liada que sabe que no les va a fallar en ningún momento y que va a hacer todo lo posible por que su deporte tenga una proyección lo más digna posible.

Has cubierto nueve Juegos Olímpicos, otros siete de Invierno, cuatro Juegos del Mediterráneo... ¿Y cuánto más? De estos 37 años y medio, Paloma, ¿tienes algún cálculo de las transmisiones en las que has participado o de los países a los que has viajado? ¿Llevas algún tipo de cómputo? 

Pues alguna vez lo he hecho, porque, fíjate que teniendo un Mundial de patinaje al año, un Europeo al año -hablando de patinaje-, de gimnasia artística por un lado y gimnasia rítmica por otro. Ponte que al año haya cuatro Mundiales y cuatro Europeos, o cinco, pues multiplica: 5 por 3, 15; como 150 Mundiales, 150 Europeos… Es que no sé las horas que tiene que haber en el archivo, en la biblioteca de televisión entre unas cosas y otras, de todos los deportes que he hecho. Porque los que han tenido más continuidad han sido estos, pero en los Juegos de Londres había que cubrir un triatlón y he hecho triatlón… Cuando ha habido que tapar huecos, también he ocupado esos puestos. No lo sé, muchísimas horas, miles de horas tienen, que se quedan ahí en el archivo.

"Es incomparable la emoción, la épica y lo difícil que es llegar a unos Juegos Olímpicos y conseguir una medalla"

Paloma del Río Periodista de RTVE

Y en tu archivo tuyo personal, ¿cuál es tu podio de mejores momentos? Tus mejores vivencias en estos años de carrera.

Si pudiera hacer un podio grande, pondría, por emoción, la medalla de oro de los Juegos de Atlanta de las conjunteras, la de plata de Carolina Pascual en Barcelona'92, las de Gervasio en Río y en Atenas, la de Patricia Moreno también en Atenas, la de Elena Gómez en el Mundial de Debrecen, y la medalla de plata del equipaso -dice con ese- de rítmica en Río, junto con las cuatro finales de Almudena Cid, no la puedo dejar fuera. Y yo creo que sería un podio en donde todos están en el primer puesto. Las medallas de los españoles en los Juegos son incomparables. Es incomparable la emoción, la épica y lo difícil que es llegar a unos Juegos Olímpicos, y lo difícil que es conseguir una medalla.

Te he leído en alguna entrevista, precisamente, decir que el olimpismo es lo que más has disfrutado en tu carrera. 

Sin duda. Cuando conocí los Juegos Olímpicos… Ya era una loca de los Juegos Olímpicos y de las transmisiones que en verano se hacían de atletismo, baloncesto… Yo me he cogido vacaciones en algún momento de mi vida, en el momento en el que había, por ejemplo, un Mundial de Atletismo, para poder verlo en casa tranquilamente, sin tener que estar trabajando. Aquí me coincide el Mundial de Atletismo con el de Rítmica, me lo estoy perdiendo. Pero soy muy disfrutona con los deportes y, especialmente, con los veranos de Juegos Olímpicos.

Y la primera vez que fui físicamente a unos Juegos, que fueron los de Seúl en el año 88, y vi la envergadura que suponía aquello, de unidades móviles, de medios, de Villa Olímpica, de atletas…, empecé a darle una vuelta y empecé a ver, sobre todo, el lado romántico. Luego, no dejan de ser un negocio los Juegos Olímpicos, pero el lado romántico e histórico de los Juegos Olímpicos es lo que me prendó. Ese juego limpio, ese fair play, esa gestión de las emociones en la derrota, en el éxito, también la compasión que hay que tener y el respeto que hay que tener por el rival al que acabas de ganar y disfrutarlo de una manera buena. Y, sobre todo, si eres un deportista individual, por tu esfuerzo físico y tu esfuerzo mental también para estar allí. Y cuando es un deporte en equipo, pues el trabajo en equipo. Y eso es lo que intento meter en mi día a día, esos valores del olimpismo, esos valores románticos. Sé que es una parte, que es un negocio, pero esa parte la dejo un poquito apartada porque a mí lo que me gusta es la parte romántica del olimpismo y es lo que aplico a mi día a día.

"Sé que los Juegos Olímpicos son un negocio, pero sus valores románticos los aplico en mi día a día"

Viajando desde el año 88, habrás vivido situaciones de todo tipo. ¿Qué es lo más gordo que has vivido? ¿Qué te ha pasado en este tiempo que te haya marcado? Debes tener muchísimas anécdotas.

La gente piensa que yo viajo con un equipo. Yo viajo sola cuando viajo, viajo con un códec, y me tengo que buscar la vida en hoteles, en taxis. Me ha pasado saliendo de Ucrania que casi me detienen porque se me había olvidado cambiar la moneda, y no se puede sacar la moneda del país. Casi me detiene la policía de la aduana. El dormir en sitios inmundos, que dices: "¿Pero esto es la residencia que ofrecen para los periodistas?". El tener que comer y buscarte la vida en supermercados, porque hay veces que no están acondicionados los sitios donde vas a hacer las transmisiones. He tenido de todo.

Quizá el más emocionante, a nivel emotivo, fueron los Juegos de Vancouver de 2010, cuando empezó la competición femenina y a Joannie Rochette, que fue una de las patinadoras canadienses de casa, que tenía que salir a competir, la madre tres días antes muere de un infarto. Y claro, no sabíamos si iba a competir o no, porque imagínate qué situación. Pero al final ella salió a competir y el pabellón, cuando ella puso el pie en el hielo por primera vez, se vino abajo. Había una electricidad tremenda, estábamos todos llorando, se oye en las transmisiones. Es que no podemos aguantar de la emoción. Yo creo que todo el mundo se puso en su piel, en esa situación. Ya no estábamos viendo una competición olímpica de patinaje artístico, estábamos viendo el drama personal de Joannie Rochette con su madre en un depósito de cadáveres a unos kilómetros de donde ella iba a empezar a competir por una medalla olímpica. Aguantó el tirón en el programa corto y luego en el programa libre ya se vino abajo. Y al final consiguió la medalla de bronce de esos Juegos Olímpicos.

¿Cómo de emocionante ha sido para ti ser pionera en el periodismo deportivo? Porque formas parte de un grupo de mujeres que habéis marcado un antes y un después y gracias a vosotras otras estamos aquí ahora con una vida laboral más fácil que la vuestra.

Pues sí. Es que nos tenemos que retrotraer a esos años, a los años 80. Las condiciones para las mujeres que queríamos trabajar por vocación en el mundo del periodismo deportivo no eran las mismas. Yo, cuando llegué de becaria en el año 86, me encontré con el grupo de Mari Carmen Izquierdo, Olga Viza y Mercedes Milá en Barcelona, María Escario y Elena Sánchez, la actual presidenta, en Madrid; con María Antonia Martínez. Era un grupo que por vocación queríamos hacer periodismo deportivo y que no entendíamos por qué teníamos tantas barreras. Cada una cuenta su historia, habrá gente que haya tenido más dificultades que otras, pero yo lo primero que noté cuando yo llegué a esa redacción, en informativos, porque todavía no estaba ni siquiera la dirección de deportes, es que los compañeros más veteranos nos miraban, o por lo menos yo sentí que me miraban, como si estuviera invadiendo un terreno que no era el mío.

Ahora dicen muchas veces las jugadoras que han ganado la Copa femenina que estaban haciendo un deporte que sentían como que molestaban, que les hacían sentir que no era el suyo, que no era su sitio, y yo noté en un primer momento esa situación. Lo que pasa es que la vida cambia y el tiempo cambia, y nosotras fuimos demostrando con nuestra profesionalidad, nuestro conocimiento, nuestro saber hacer, que también teníamos posibilidad de hacer aquello y hacerlo tan bien como ellos, o mejor. Y esas voces inmediatamente se callaron. Hablo de los veteranos; los que eran de nuestra generación, con nuestros años más o menos, lo entendieron siempre.

Bueno, de hecho, en 'Enredando en la memoria' , en tu autobiografía, cuentas que en tus inicios en RTVE llegaste a sufrir abusos, incluso. 

Sí, uno de estos señores que estaban allí, yo notaba que intentaba quedarse solo conmigo en la redacción. Y una de las veces que estábamos los dos solos, y que yo estaba en la inopia, pasó por detrás de mí, me puso la mano en el pecho y me dijo: "¿Qué tienes aquí?". Y yo me di la vuelta, muy templada, y le dije: "¿Esto te gustaría que se lo hicieran a tu hija?". Y entonces, claro, el tipo se cortó mucho. Y desde entonces ya no quiso estar a solas conmigo en la redacción, fíjate. Pero bueno, nunca más. Yo creo que ese tipo de comportamientos hay que frenarlos de golpe, inmediatamente, en la primera insinuación. Es la única manera, pero lo que me da pena es que todavía tenga que seguir pasando esto, y lo acabamos de ver hace unos días.

Paloma del Río, sobre los abusos que sufrió en RTVE

Con el beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso. Te he leído en Twitter denunciarlo en estos días. ¿Cómo lo viviste? ¿Qué pensaste y qué piensas? 

Lo que sentí fue mucho bochorno. Mucho bochorno y, sobre todo, mucha vergüenza ajena. No entendía que un presidente de un organismo que es la alta institución del deporte español en ese momento, en el palco, al lado de la Reina, al lado de la Infanta, tuviera ese comportamiento. Yo creo que perdió un poco la foto de lo que él representaba. Y luego ya cuando baja del palco, baja al césped, bufff. Pues yo no sé si fue todavía peor, porque hemos visto las fotos portando a una de las jugadoras, el beso, les están haciendo una entrevista y aparece él besando… Yo creo que es que no se dio cuenta de quién era y qué comportamiento tenía que tener en ese momento como presidente y la alta institución del deporte del fútbol en España. Eso lo vio todo el mundo, no hace falta que yo diga nada, porque ya lo hemos visto. Y luego, las 48 horas después, afortunadamente, con el reportaje que Natalia puso en Relevo, tuvimos oportunidad de conocer los intríngulis de lo que pasó en ese avión, que todavía empeoraba más la situación. Y cuando llegó a Doha todavía empeoraba.

O sea, es que yo creo que esta cadena de cosas y de acontecimientos que han pasado ha ido cada vez a peor, hasta que ha llegado el momento en el que, el mundo del fútbol, afortunadamente, ha tardado pero han llegado. Ahí el presidente del Getafe fue el que abrió el melón de decir: "Esto no es admisible". El presidente de la Real Sociedad, la Federación Vasca, Isco... A mí me llamó mucho la atención el silencio del mundo del fútbol, de las asociaciones, de los clubes, de los futbolistas y de los patrocinadores, que ponen mucho dinero para su imagen, y ellos quieren una buena imagen. Yo no sé si estarán contentos con lo que estaban viendo que estaba pasando.

Pues ese dar cuenta del fútbol, Paloma, parece que no va a ser suficiente para lo que parecía iba a ser la dimisión de Luis Rubiales. Acabo de entrar en Twitter para ver cómo iba su comparecencia y ha dicho que no dimite. "No voy a dimitir", ha dicho, y ha culpado al "falso feminismo" de su situación. 

Ah, no ha dimitido. Hala, venga. Es que la culpa siempre la tiene el otro, ¿eh? La culpa la tiene otro. Es impresionante.

"No voy a dimitir, no voy a dimitir". "No se está tratando de hacer justicia, se está haciendo un asesinato social. Se me esta tratando de matar", leo que ha dicho.

En el pecado va la penitencia. El que tiene las causas abiertas en el juzgado de Majadahonda es él. El que ha hecho todas estas acciones ha sido él. El que ha dado las explicaciones ha sido él. Yo creo que uno tiene que ser responsable de las cosas que hace y dice.

Paloma del Río, sobre el caso Rubiales

¿Cómo crees que queda esta situación y, en parte, la sociedad y el deporte español después de lo sucedido y de su no dimisión? 

Bueno, no me llama la atención. No me llama mucho la atención pero, claro, que la FIFA te abra un expediente ya mancha mucho tu imagen y todo lo que está pasando y todo lo que han visto. Y todas las portadas internacionales, y todos los informativos internacionales: la CNN, L'Equipe, The Guardian, The Times, el New York Times. ¿Él se siente perseguido también por la CNN? No lo sé, no sé qué va a pasar a partir de ahora. Seguramente hay un recorrido judicial, primero con el Tribunal del Arbitraje Deportivo. En fin, no sé, hay una ruta que tienen establecida y que, evidentemente, supongo que entrarán en marcha otros mecanismos para que se pueda arreglar esta situación de la mejor manera posible, porque desde luego la dimisión cambiaba al presidente, pero no sé si cambia al resto de los estamentos y la mentalidad. Si el problema es la mentalidad. El problema es lo que está arraigado, es este punto endémico que está ahí metido dentro de las cabezas de muchas personas, pensando que esto es lo más normal del mundo. Yo creo que las primeras declaraciones de "los demás son tontos y tal" dicen mucho de su prisma, el prisma con el que ven determinadas personas determinados actos y el prisma con el que lo vemos los demás.

"¿Rubiales? La dimisión cambiaba al presidente, pero no sé si cambia al resto de los estamentos y la mentalidad. Si el problema es la mentalidad"

Paloma del Río Periodista de RTVE

¿Cómo va a cambiar la visión de la sociedad respecto al deporte femenino, o al fútbol femenino en este caso, el triunfo de la Selección en el Mundial? 

Yo creo que esto tiene que poner en valor y poner encima de la mesa que en el momento en el que se ponen los medios adecuados para un deporte de élite... Que es lo que pedían las 15 jugadoras el año pasado. Eran medios adecuados: fisioterapeutas, nutricionistas, psicólogos, entrenamientos de calidad. En fin, todo esto que rodea al deporte. Que ahora no puede volver atrás. Esto por lo menos tiene que consolidarse, porque la Copa del Mundo es cada cuatro años, pero la liga es anual. Entonces, todo esto que han pedido para la selección debería también aplicarse a los clubes. A los clubes no sólo de fútbol, sino de todos los deportes. Esto ha servido un poco como de ejemplo para que en el resto de las federaciones se tome nota de que aplicando esta serie de medios buenos, aportando medios y condiciones, también patrocinadores, se obtiene un éxito. Y lo que no entendería jamás es que hubiera un paso atrás con respecto a lo que se ha conseguido hasta ahora, con los medios que se ha conseguido. Si aplicando esta ecuación, de con estos medios llegamos a la final de la Copa del Mundo y la ganamos, no se debería dar ni un paso atrás.

Muchas de las futbolistas de España han reconocido rechazos en sus inicios, incluso en sus entornos familiares, cómo les decían que cambiaran de deporte, que el fútbol no era para ellas. ¿Tú lo viviste también en tu familia? ¿Te intentaron quitar la idea de que te dedicaras al periodismo deportivo?

Al periodismo deportivo, no. Cuando yo me tenía que inscribir, como todos, en qué carrera iba a hacer, después de hacer el COU y la Selectividad, yo tenía mis dudas entre Psicología y Periodismo. Hablaba con mi madre y mi madre decía: "Uy, para ser periodista hace falta ser muy buena". Pero a mí me gustaba, yo soy muy curiosa y me gustaba mucho, me gustaba mucho el Periodismo. Entonces, lo que hice fue caso a mi cabeza y a mi corazón y me matriculé en Ciencias de la Información en la Complutense. Y luego, mira, pues así ha salido, ha salido bien, me ha gustado y todo ha sido empezar desde becaria hasta ir asumiendo responsabilidades, aprender, aprender, estudiar, estudiar, que lo de estudiar parece que se queda sólo en la carrera y es al contrario, es prácticamente un día a día. Y la profesionalización la vas adquiriendo con el tiempo. Y la especialización, porque yo me he especializado en una serie de deportes que son muy complicados técnicamente. Pero estoy muy contenta, de verdad, estoy muy contenta con todo lo que he hecho.

Hablas de la carrera. Estudias Ciencias de la Información, pero preparando la entrevista he descubierto que cuando acabas Bachillerato haces un curso de auxiliar de clínica y empiezas tu vida laboral trabajando en la Clínica Ruber, en la UVI, en el turno de noche para pagarte los estudios. Menudo cambio.

Sí, yo para pagarme la carrera tenía que trabajar, y entonces empecé haciendo un curso de auxiliar de clínica en el Ruber, de prácticas, y estuve trabajando en la UVI desde el 79 hasta el 86. Y en ese periodo es cuando hice COU y la carrera, trabajaba de noche. Entraba a las diez de la noche y salía a las ocho de la mañana, y así estuve los siete años que estuve en el Ruber. Y luego ya tenía buenas notas y entré en la tele de becaria.

En RTVE donde, Paloma, uno de tus últimos trabajos ha sido un documental sobre la homosexualidad en el deporte, porque también eres un referente del colectivo LGTBI. No sólo has sido, eres aún, la voz del deporte minoritario en la televisión en España, sino que has querido darle voz y seguir normalizando la homosexualidad, también en el deporte.

Este trabajo, estos tres capítulos del fútbol, del olimpismo y el del deporte base creo que se va a quedar ahí también un poco como referencia de lo que nos encontramos a día de hoy. Hemos avanzado mucho, pero hay que seguir avanzando, hay que normalizar una situación que ocurre en las calles de nuestras ciudades, en el día a día, en los grandes almacenes, en la sociedad, y no pasa nada. La gente vive y la gente ama y la gente hace deporte, y no pasa nada. Y hay que verlo con normalización, pero hay que enseñarlo y hay que sacarlo para que la gente sepa lo que pasa, sepa cómo somos y sepa cómo estamos trabajando y que somos buenos profesionales. Hay que mirar a la gente por la profesionalización, no por el punto de vista personal. Y eso no hace daño a nadie, el amar a quien quieras amar.

Paloma del Río, sobre la homosexualidad en el fútbol masculino

'Ya no quiero esconderme' se llama ese documental de tres capítulos. Te pregunto a título personal. ¿Tú tuviste que esconderte mucho? 

No, yo he vivido mi vida libremente y cuando he compartido mi vida con otra persona he hablado en las charlas de café con los compañeros y en el día a día con la normalidad que todo el mundo habla contando sus vacaciones, sus peripecias, sus fines de semana o la película que has visto. De manera que yo no he tenido que esconderme nunca. Hago referencia al título de la serie. Pero no pasa eso habitualmente, ¿eh? No pasa eso habitualmente. Hay mucho dolor detrás de todo esto hasta que la gente da el paso y ya reivindica y ya hace ese click en su cabeza y dice: "Ya no quiero esconderme".

¿Tampoco a nivel familiar?

No, nunca. Afortunadamente no, porque considero que sólo tenemos una vida y hay que vivirla como cada uno pueda y quiera.

¿Entiendes que no se dé ese paso en el fútbol masculino? Que se siga reivindicando que haya ese paso adelante de los futbolistas para hablar de su homosexualidad. Vaya por delante que nadie tiene por qué hablar de su sexualidad y su vida, pero qué importante sería para el colectivo y para la sociedad, ¿no?

Sí, es que yo entiendo también que se exponen a un campo con 70.000 personas y eso es mucha gente gritando cosas. Si ya de por sí les están gritando por sus técnicas, por su manera de hacer las cosas, por cuestiones futbolísticas, si ya les das pie a esas mentalidades tan cerradas y tan obtusas a que tengan un argumento más para meterse contigo, duele, duele. No somos de madera. Duele. Y entiendo perfectamente que hagan, si lo hacen, su declaración de su vida y de su condición sexual una vez acabada su carrera deportiva para no exponerse más de lo que ya se exponen todos los domingos. Lo entiendo perfectamente, sí. También entiendo que a lo mejor hay estamentos y asociaciones o clubes que parezca que eso no pasa en su casa, pero sí que pasa en su casa, pasa en todas. No hay que mirar más que las estadísticas de dónde trabaja la gente y en cualquier sitio, en cualquier empresa, en grandes almacenes, en bufetes, en empresas medianas, grandes, en todos los sitios hay y, evidentemente, de lo que se trata es de que haya respeto. Si es que es una cuestión de respeto.

¿Cómo ves el futuro del deporte y de la profesión ahora que te vas a alejar de él profesionalmente? ¿Qué ves cuando miras hacia adelante? 

Cuando hay unos Juegos Olímpicos a un año, el deporte está activado 100%. De lo que se trata es de que esto vaya mejorando poco a poco y que no se vuelva atrás en ninguno de los campos. Que cada vez haya más niños desde abajo teniendo las condiciones adecuadas en el deporte base para desarrollar su afición, en el deporte extraescolar, en el deporte universitario. Son pasos y puntos en donde ya se ha afianzado mucho y de lo que se trata, como siempre digo, es que no se vuelva atrás, que se vaya avanzando, que se vaya mejorando y que nos pongamos en el foco y como objetivo a cumplir los grandes países y las grandes federaciones que tienen una estructura de entrenamiento muy grande y muy buena. Ahí es donde tenemos que ponernos el listón, en buscar la excelencia en todo el mundo del deporte y poco a poco se está desarrollando así.

Hablábamos antes de tu podio, de lo positivo. Ahora que vas a cerrar tu carrera, ¿algo que te hubiera gustado hacer y no has hecho? ¿Algo que borrarías?

Borrar no, porque eso es una condición humana, no puedes quitar de tu vida tu currículum, pero me hubiera gustado en los últimos años, que no ha podido ser, hacer más transmisiones in situ, porque la ley de financiación recortó mucho dinero a Radio Televisión Española y en los últimos años hemos hecho casi todas, por no decir todas, las transmisiones desde el locutorio. Y eso creo que empobrece, pese a que nos hemos preparado mucho todos, cada uno en su terreno, pero el estar in situ como estoy yo aquí ahora, pues eso enriquece. Hablas con la gente, hablas con los entrenadores, ves a las gimnastas, eso enriquece siempre. Por ejemplo, los siete oros del Campeonato de Europa de Javier Fernández los hice desde un locutorio. No tuve la suerte de poder estar con él participando en directo. Pero bueno, son condiciones de la vida y al final he hecho la transmisión y me voy a quedar con lo bueno.

¿Cómo le llamas al momento de tu jubilación, de dejar de estar delante de un micrófono que vas a vivir hoy? ¿Retirarte, dejar el tapiz, colgar las botas, bajar el…? 

Colgar el micro, colgar el micro. Cuelgo el microcasco, que es por lo que fundamentalmente me ha reconocido la gente, por las transmisiones. Luego hay mucho trabajo de mesa detrás, pero lo que me ha dado exposición han sido las transmisiones.

Almudena, tu compañera de viaje, como la llamas, besó el tapiz cuando se retiró en aquel gesto precioso en los Juegos de Pekín. ¿Tienes pensado besarlo tú también? 

Ay, no, no, no. Pero si yo estoy muy arriba, a mí me han puesto la posición de comentarista arriba de todo (se ríe). Yo voy a terminar mi transmisión con un micrófono. No, no me da tiempo a bajar el tapiz, no, no, no. Yo voy a terminar arriba, en la posición de comentarista que es donde he estado siempre.

¿Imaginas la emoción que tendrás? ¿Te viene una palabra a la cabeza si lo piensas? Faltan horas.

Bueno, voy a ver si soy capaz de hablar, que no es poco, que es difícil callarme, pero voy a ver si soy capaz de hablar. Espero que sí.

A Almudena, en aquella última transmisión suya, le dijiste aquello de que ya se podía poner tacones...

Sí, sí, ésa es la frase mítica de Almu: "Hija, ya te puedes poner tacones".

...Sí. Te iba a preguntar que ahora qué se va a poder poner o qué va a poder hacer Paloma del Río. 

Uy, muchas cosas. Terminar los mosaicos que tengo empezados, los cuadros que tengo empezados… Pinto por números, como los niños. "El cinco es el rojo". Me entretienen mucho las manualidades. Seguir participando en charlas, conferencias a las que me llaman, estudiantes que me piden entrevistas para hacer su trabajo de fin de grado. Y, sobre todo, dedicarme al tiempo libre y a tranquilidad. Como te decía antes, vivir sin reloj.

Pues que lo disfrutes mucho, Paloma. Y muchas gracias por tu dedicación, tu trabajo, y habernos abierto el camino a tantas mujeres periodistas deportivas que vamos llegando detrás.

Pues muchísimas gracias. Y espero que te vaya bien, Cristina. Que vaya todo fenomenal. Que si esto ha valido para algo, pues que adelante, que venga otra generación, que os estamos esperando.

Gracias, que así sea. Que avancemos, que sigamos avanzando a todos los niveles. Un placer. Disfruta mucho del domingo, que vaya muy bien. Disfrútalo todo.

Muchas gracias, Cristina. Chao. Un beso.