"Me desperté y mi brazo no se movía"; así superó Jesús Vázquez el susto de su vida
A sus 43 años, el actual segundo entrenador del San Roque de Lepe y emblema del Recreativo de Huelva lanza un mensaje de optimismo y prevención tras recuperarse de un ictus.

"Te asustas mucho. Piensas que es algo que le pasa a gente mayor, de vida menos saludable o que no hace ejercicio. Hasta que no te dan información los médicos no lo asimilas. Esas primeras horas fueron duras. La familia venía de visita a mediodía y por la tarde, y quería desahogarme. Cuando entraban, lo único que tenía ganas era de abrazarme a ellos", así recuerda Jesús Vázquez los primeros días en el hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva.
Al mirar atrás queda el alivio de haber superado un momento crítico. Recuperado y sonriente, el jugador que más partidos vistió la camiseta del Decano del fútbol español y que pasó por Extremadura, Recre, Tenerife, Dépor o Villanovense, comparte su historia de lucha y alivio.
Madrugada del 31 de octubre de 2022
"La noche de Halloween, siempre suele decirse que es la más terrorífica del año, para mí lo fue de mi vida. Me metí a la cama como cualquier otro día, a un horario normal, sobre las 23:30. Habíamos estado en una fiesta de niños. Tengo tres hijos, la pequeña de 5 años, y fuimos a un parque de bolas con amigos. Se disfrazaron y pasamos un buen rato. Nos fuimos a dormir y a mitad de la noche, el mayor, que tiene 17 años, estaba con los amigos en otra fiesta; aún no había llegado.
Me desperté para coger el móvil y saber si estaba llegando o qué le quedaba. En ese momento, quiero agarrar el teléfono de la mesita, que la tengo a mi lado izquierdo. Lo intento coger con la mano izquierda y veo que no se mueve, no soy capaz de mandar ninguna orden al brazo. La mano no se me mueve. Me asusto bastante. Entonces, me incorporo. Me siento en la cama e intento mover el brazo y la pierna. Era totalmente consciente, no sentía ningún dolor. Me encontraba aparentemente bien, pero el brazo izquierdo no lo movía. Intento tumbarme otra vez, por si acaso se me ha quedado dormido o se debe a la postura que tenía. A los dos minutos, me vuelvo a incorporar. Todo sigue igual y ya me asusto un poquito más. Llamo a mi mujer, que la tengo al lado, y en el momento en el que hablo, me doy cuenta de que me pasa algo más; la voz no es la misma, me cuesta articular palabra y decir frases. Le digo como puedo que llame a la ambulancia, porque no me entendía.
Al llegar médico y enfermeros, empiezan a hacerme preguntas y a tomar datos, me dicen que tengo un ictus. Me llevan a la ambulancia, me hacen un electro y demás pruebas. En el hospital me estaban esperando. Me empiezan enseguida a meter medicación, activan el Código ICTUS, después te enteras de que es algo fundamental. Las primeras cuatro horas cuando sufres un ictus son muy importantes. Te ponen una medicación bastante potente para ir eliminando los problemas que haya. Así arranca la estancia en el hospital. Es una semana con muchas dudas. Pasan muchas preguntas por mi cabeza: por qué me ha pasado, por qué a mí, qué he hecho mal. Le das vueltas porque estás bien y la vida te cambia de un momento a otro".

El diagnóstico
"Hasta que no se descubre el motivo del ictus, pasas el peor momento. Estás ingresado en la UCI, consciente, sin molestias ni dolor, solo, sin comunicarte con nadie y sin saber qué te pasa; cuando aparentemente estás normal, salvo por la movilidad y el habla. Lo más importante era descubrir por qué me había dado el ictus. Las analíticas estaban bien, la presión arterial también, tampoco tenía aspectos hereditarios de ictus o infartos. Me hicieron muchas pruebas y preguntas. Yo no bebía alcohol, ni fumaba ni había tenido nunca ninguna vida de excesos de ningún tipo. Todo lo contrario, me he cuidado siempre mucho, por mi trabajo y porque me gustaba. Entonces, descubren que puede ser un problema en el corazón. Hay una cavidad con la que todos nacemos, pero se cierra en la infancia, se llama foramen y en mi caso no se había cerrado. Me dicen que hay un porcentaje de entre el veinte y treinta por ciento de la población que lo tiene abierto sin mayores problemas. Y en mi caso, hasta que no sucede algo así, no te das cuenta. Se planifica entonces una intervención para cerrarlo. Me explicaron que me ponen una especie de paraguas para que la sangre no se filtre de una cavidad a la otra. Ese era el motivo por el cual había sufrido el ictus".

El futuro
"Fue una intervención sencilla, algo menos de una hora. Pasé en observación esa noche y al día siguiente me dieron el alta hospitalaria. El alta médica llegó a unos quince días de la intervención, habían pasado unos cuarenta y cinco desde que sufrí el ictus. Me piden dos, tres semanas sin hacer ningún esfuerzo, hasta que mi cuerpo demuestre aceptar bien ese parche. A partir de ahí, vida normal. Yo les expliqué que mi vida normal es un poco diferente por la tensión de estar dentro del mundo del fútbol, soy segundo entrenador con lo que eso supone en el banquillo y en el día a día. También les comenté que participaba en algunas tareas de los entrenamientos. Me dijeron que no había ningún problema, que podía hacer deporte también, que el corazón estaba ahora más controlado que nunca y que arrancase poco a poco, pero que no me preocupase".
La enseñanza
"Yo siempre me he considerado una persona muy positiva, soy muy familiar y de pasar tiempo con los amigos. Pero he aprendido a darle más valor a las pequeñas cosas, a que la rutina que nos atrapa no impida disfrutar mucho más de esos pequeños momentos: desayunar con toda la familia, una caricia o un abrazo, están a nuestro alcance y creo que hay darle valor como cosas realmente importantes. Ama lo que te rodea. El fútbol es muy importante para mí, pero si no lo puedo vivir en primera persona, como entrenador o a pie de campo, buscaré otra manera. Ahora, cada vez que hay cualquier problemilla, intento verlo de otra manera: todo tiene solución".
El consejo
"Los médicos siempre me daban la esperanza de que por cómo estaba, sano y fuerte, tenía muchos factores a favor para salir bien parado de esta situación. Hay que cuidarse mental y físicamente, te ayudará mucho a superar cualquier adversidad médica. Si llevas una vida saludable, sin excesos de ningún tipo, con buena alimentación y haces deporte, te va a ayudar una barbaridad a recuperarte. Los propios médicos me lo han comentado. Si eres una persona sana y te cuidas, ¿tienes posibilidades de que te pase algo? Sí. Tienes menos, pero tienes. Sin embargo, la forma en que salgas puede estar muy marcada por la vida que lleves y cómo te cuides".

Rodeado de familia y amigos, el 18 de enero, Jesús Vázquez celebró su 43 cumpleaños. El pasado domingo 29, pisó de nuevo el césped del Colombino junto al míster Juanma Pavón con su San Roque y recibió la ovación de la grada. Recuerda con mucho cariño llamadas de apoyo, como la de López Vallejo, y está lleno de vida. Al frente de la federación de 'Pádbol', mezcla de pádel y fútbol, pelea por el desarrollo de un nuevo deporte, pero por encima de todo, en este momento agradece "poder contarlo y relatar la experiencia para ayudar".
Hace tres meses se inició una lección para no olvidar nunca: "A la gente que tengo más cerca le digo: solo quiero que nos veamos, que nos abracemos y que compartamos mucho tiempo, la vida nos puede cambiar de un momento a otro".