Rodrigo Riquelme y Manu Lama, dos casos opuestos en juveniles: "Tenía talentos que eran diferenciales y le han hecho llegar a la élite"
Carlos González fue entrenador del Juvenil A del Atlético de Madrid y recuerda cómo era vivir en el club rojiblanco.
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En la primera parte de la entrevista con Carlos González hablamos sobre su carrera, el paso por el fútbol canadiense o cómo se prepara un entrenador cuando está en el paro, sin trabajo, buscando nuevos retos. El de Almuñécar, exentrenador del Atlético de Madrid en la categoría juvenil, recuerda también el paso por el club y cómo vivió esa experiencia en el equipo más importante de la cantera, lo que él considera el último paso antes de llegar al fútbol profesional y que poco le tiene que envidiar.
En el juvenil del Atlético de Madrid ganó una Liga, entrenó a jugadores importantes como Rodrigo Riquelme y pudo transmitirle a muchos futbolistas la importancia que le da el club a competir y a la victoria. En esta parte de la charla cuenta cómo recuerda esos momentos tan importantes de su carrera.
¿Cómo viviste el momento de hacerte cargo del Juvenil A?
Ese peldaño de la escalera es cuando estás más cercano al fútbol profesional. Hay muy pocos matices en lo de entrenar en el fútbol profesional con un Juvenil A de un club de la magnitud del Atlético de Madrid. Lo que más se intenta es que el filial y el primer equipo consigan resultados y eso hace que en ciertos momentos de la semana haya situaciones en las que tienes menos jugadores y no eres la prioridad, pero tienes que entender que la prioridad es el club.
¿El objetivo es ganar o formar?
El objetivo primordial es formar, además de competir y conseguir resultados, porque yo considero que el ganar es parte del proceso, es la última capa de esa formación, si no no se acerca a lo que se va a encontrar en la última etapa. Nos exigían competir y estar muy cerca de ganar siempre, este proceso colectivo va de la mano del proceso individual, tienes que ayudarles a que sean mejores y que den el paso al siguiente nivel. No sólo es conseguir resultados o títulos, sino que esa hornada de jugadores crezca, para mí era otro título que puedan jugar en el filial o en el primer equipo, va de la mano una cosa con la otra.
De tu época en el juvenil estaba Rodrigo Riquelme. ¿Veías que podía llegar a la élite?
Totalmente, Roro era un chico diferencial a nivel técnico. Tenía unos primeros contactos, una imaginación a la hora de ver fútbol que otros chicos no veían, de ver todo un poquito antes que el resto y de sacar ventajas individuales y colectivas. Era uno de los jugadores más destacados en esa etapa. Aunque en ese Juvenil A tenía muchos jugadores que están en el fútbol profesional. Fuimos campeones de Liga ese año contra un Real Madrid muy fuerte estando invictos y llegamos a la final de la Copa del Rey sin Camello, Riquelme, Assunçao, Manu Sánchez... jugadores que pararon de entrenar para estar descansados para la pretemporada del primer equipo. Riquelme siempre ha sido un jugador que tenía algo distinto.
También estuviste con Manu Lama, que fue noticia hace unos días por su primer gol en el fútbol profesional.
Como entrenador en estas etapas, siempre me he mantenido aislado de lo que es el entorno del jugador, familia, agentes … porque pierdes el foco de lo importante. Me gusta que todos los jugadores partan con las mismas oportunidades. A partir de ahí ellos con su trabajo se ganan el tener más o menos. Al final somos personas y cada uno demanda un trato distinto. Y Manu ha sido un perfil con talentos muy diferentes al de Rodrigo Riquelme, es un jugador que ha llegado a base de trabajo, esfuerzo, de pico y pala todo el rato. Es un chico que se incorporó a alto rendimiento en juvenil B en el Madrileño.
Era un chico que tenía un talento físico muy alto, era un jugador con buena planta, que utilizaba bien las dos piernas, que tenía un juego aéreo bestial pero sobre todo tenía dos talentos que eran diferenciales y le han hecho llegar a la élite: el primero es que le encantaba defender, tenía un talento defensivo, le gustaba el contacto y la fase defensiva, para ser un central tienes que vivir esa fase. Y segundo, que era un chico muy 'entrenable', que escuchaba, que estaba muy abierto y lo cogía. Es un chico muy inteligente que ha tenido la capacidad de crecer muy muy rápido. Le han faltado ciertas etapas a cierto nivel, pero cuando le han dado la oportunidad en un nivel cercano al profesionalismo, ha acelerado esos procesos de aprendizaje. Me hace mucha ilusión verle, porque no ha tenido el camino recto, ha tenido el camino de curvas y lo ha sabido aprovechar, se lo ha ganado a base de trabajo y esfuerzo.