El español que fue testigo de la agresión en Turquía: "Hablaba con el árbitro, de repente le golpearon y le vi con la cara hecha un cristo"

Óscar Pinchi, jugador del Caykur Rizespor y que pasó por Las Palmas, Mirandés o Extremadura, fue testigo directo de la brutal y lamentable agresión al árbitro Halil Umut Meler por parte de Faruk Koca, presidente del Ankaragucu. Incluso quiso separar en un primer momento hasta que se vio desbordado por la situación y se alejó de la escena ante las amenazas del resto de integrantes del tumulto, vinculados al equipo local.

La intolerable reacción del presidente contra el árbitro que dirigió el Real Madrid-Braga de esta misma edición de la Champions dejó a todos atónitos. Pinchi ha desvelado en El Larguero de la Cadena SER lo primero que se le pasó por la cabeza: "Me daba miedo ver la cara de miedo de mis compañeros los turcos. Ahí vi la gravedad del asunto. Esto pasa en España y te metes a separar y es diferente. Los compañeros te mandaban para dentro, te imponían respeto".

Él lo vio de cerca. De hecho, estaba protestando al colegiado un segundo antes de la escena que ha dado la vuelta al mundo: "Aún no doy crédito. Voy a recriminarle al árbitro yo también al final del partido. En el partido no ocurrió nada grave. Le fui a decir que llevaban toda la segunda parte perdiendo tiempo. Aparece una persona y le metió un puñetazo. Lo que te sale al momento es intentar separar. No sabía el peligro. Veo ya a dos o tres personas pegando patadas al árbitro. Me dio una pena… Me aparté, no me quise meter ahí".

Posteriormente aclaró los motivos por los que se alejó de la escena: "Si ya me cuesta normalmente dormir tras un partido, imagínate hoy. Justo le estaba diciendo que por qué cojones solo había dado siete minutos y de repente le golpearon y ya le vi con la cara hecha un cristo. La gente del Ankara con mano abierta diciéndome que saliese de ahí, como 'tú también llevas'. Pensé que no me metía ahí ni loco".

Ahora, el campeonato turco, en todas sus categorías, queda suspendido indefinidamente como señal de condena de uno de los actos vandálicos más tristes que se recuerdan en un estadio de fútbol. Para Pinchi, la bochornosa imagen perjudica la concepción general del fútbol turco, donde no ocurren cosas así jamás: "Lo que me jode de esto es que no es normal aquí y lo que va a ver la gente es al árbitro así y en redes sociales los vídeos… Jugadores que tengan oportunidad de venir aquí ya no vendrán por eso".

Pinchi no conocía al agresor, aunque la escena le sirvió para hacerse a una idea: "Lo primero que pensé es que era gente importante porque si no, reduces a esa persona". Efectivamente, los miembros de seguridad apartaron y trataron de poner paz, si bien el presidente y sus secuaces pudieron perpretar su agresión con impunidad. El jugador español no termina de creérselo: "Cómo puede pasar esto a día de hoy. No me lo creía y aún no soy consciente de lo que pasó. Lo que más miedo me da es que pase en mi estadio. Que estén mi hija y mi mujer viendo el partido… Es una cosa increíble, no puedo ni explicarlo". Una imagen para la posteridad como ejemplo de lo que jamás puede ocurrir.