FÚTBOL

Una foto destapa la trampa de las espinilleras en el fútbol: "He visto a algunos con cartón y esparadrapo"

La nueva moda de las espinilleras más pequeñas y las alternativas más variopintas para usarlas sin ser sancionado.

Memphis Depay en un partido de liga./Getty Images
Memphis Depay en un partido de liga. Getty Images
Álvaro de Grado

Álvaro de Grado

El pasado martes, el tuitero @Mr_Markoo convirtió la red social en un baúl de los recuerdos al publicar una foto donde se veía la pierna de Memphis Depay y una espinillera muy pequeña. Demasiado pequeña. Casi diminuta. Luego vino lo mejor. Y desde este humilde espacio, querido Marco, te lo agradecemos mucho.

De su tuit se generaron cientos de interacciones recordando las espinilleras del pasado. Grandes, pesadas, con tobilleras, con velcros, incómodas, feas. ¿Quién de los que juegue al fútbol no se acuerda de llevar esas espinilleras hace algunos años?

Ahora, sin embargo, los futbolistas están intentando prescindir de las espinilleras. O, como mínimo, las están haciendo lo más pequeñas posibles. Aunque casi no se vean. Aunque no cubran la pierna. Aunque, como sucede en la foto de Memphis, apenas sirvan para proteger al jugador. ¿Por qué se está dando esta tendencia?

Hace algunos años, Fernando Morientes recordaba en ESPN un consejo que le dio una vez Hugo Sánchez, exdelantero mexicano, para poder lidiar con los defensas más duros cuando protegía el balón de espaldas: "Me dijo que me pusiera dos espinilleras, una por delante y una por detrás. El rival intentará hacerte daño y tienen la ventaja en el campo, porque tú los tienes a tus espaldas y ellos te miran de frente. Lo intenté, pero por incomodidad no pude", declaró el que fuera jugador español.

¿Cómo es posible que intentara usar dos espinilleras en la misma pierna y ahora, unos años más tarde, algunos futbolistas quieran saltar al campo sin nada que les cubra? Empecemos por el principio: hemos buscado lo que dice la norma.

¿Qué dice la norma?

Según la normativa de la IFAB (The International Football Association Board), los encargados de definir las reglas del juego, el equipamiento obligatorio de un futbolista se compone de camiseta con mangas, pantalones cortos, medias, calzado de fútbol... y espinilleras. En este apartado, se señala que "deberán estar fabricadas de un material tal que proteja de manera razonable y quedarán cubiertas por las medias".

Además, "aquel jugador que pierda accidentalmente una bota o una espinillera deberá volver a colocársela lo más pronto posible, no más tarde de que el balón vuelva a dejar de estar en juego. Si antes de volver a calzarse o de colocarse de nuevo la espinillera el jugador jugara el balón o marcara un gol, el gol será válido".

Hechas de fibra de carbono

La mayoría de los jugadores utilizan espinilleras de fibra de carbono, ya que son capaces de absorber golpes de alto impacto, pero con el paso de los años han ido reduciendo su tamaño. Aunque existen las tallas habituales (desde la S hasta la XXL, como en el resto de prendas), cada vez se prioriza más el tamaño de la superficie para que cubra lo menos posible. Un preparador de LaLiga da su opinión: "No hay una regulación que diga qué potencia tiene que soportar, ni la dureza que debe tener".

Marcos Llorente, con una espinillera de fibra de carbono bajo la media. Getty Images
Marcos Llorente, con una espinillera de fibra de carbono bajo la media. Getty Images

Por ejemplo, Marcos Llorente utiliza unas espinilleras de fibra de carbono que sólo cubren la parte inferior de la tibia. Una de las razones es la liberación de tensiones en el gemelo. Además, no son pocos los futbolistas que incluso se cortan o rompen las medias en esa parte para jugar con mayor comodidad.

Según un empleado de Nike, "los jugadores siempre nos piden espinilleras pequeñas. No les gusta llevarlas porque dicen que son incómodas".

Jack Grealish es uno de los futbolistas más reconocidos que juega con las medias por debajo del gemelo, dejando casi la totalidad de su pierna al descubierto. Por si fuera poco, el inglés recibe casi cuatro faltas por partido, el que más de toda la Premier League... y no lleva espinilleras, sino que se pone espuma. "Con que haya algo de bulto debajo del calcetín...", comentan desde un vestuario profesional.

Jack Grealish, futbolista del Manchester City. Getty Images
Jack Grealish, futbolista del Manchester City. Getty Images

Pero la explicación va más allá: "Las espinilleras protegen muy poco. Entrenamos todos los días sin ellas, tenemos golpes fuertes y no nos pasa nada. Lo que podría pasar es que te den con los tacos en esa zona y te rajen la piel, en lugar de estar protegido con la espinillera. Si te dan fuerte, te parten la pierna igual con o sin espinillera", cuenta otro jugador de la Premier League. Y finaliza: "Como hay que llevarla porque si no es tarjeta amarilla, ahora se utilizan alternativas". Entonces, la pregunta es clara: ¿Cuáles son esas alternativas? Las hay de todo tipo.

¿Espinilleras de cartón?

"Ahora ya vale cualquier cosa", dice una fuente consultada por Relevo. El futbolista, con experiencia en la Champions League esta temporada, dice: "He visto gente hacerse espinilleras con esparadrapo y cartón".

No hace tanto tiempo, algunas marcas deportivas innovaron con la personalización de las espinilleras. En ellas, los futbolistas aprovechaban para recordar a sus seres queridos customizando la superficie: fotos de la familia, de los hijos, la bandera del país, el número favorito... Una especie de rincón de cariño que se guardaba como un tesoro: al final de cada partido, la espinillera se guardaba y no se tiraba.

Las espinilleras de Bukayo Saka. Getty Images
Las espinilleras de Bukayo Saka. Getty Images

Otra de las vías más explotadas por los profesionales es utilizar esponjas. Como las de ducha. "Una almohadilla pero un poco más gorda", cuentan, que marca lo suficiente como para intuir que hay algo entre la pierna y la media... y a jugar.

Así, con puro ingenio, hasta llegar a la versión de espinilleras que ha enseñado Memphis en el Atlético, donde incluso están personalizadas con su nombre. Pequeñas, lo más cómodas posibles y, desde luego, con poca protección. El mundo de las espinilleras ha estado en constante evolución en los últimos años, hasta el punto de que el siguiente paso podría ser, vistos los acontecimientos, que se dejen de usar.