Adidas le devuelve a Nike con Bellingham el golpe que recibió con Mbappé

"Me encanta la palabra relación, abarca todo tipo de pecados", decía Hugh Grant, haciendo de primer ministro inglés, en Love Actually. Esa palabra es, realmente, un lienzo en blanco que permite muchas otras cosas. Lo sabe la selección inglesa y su relación con los grandes campeonatos, lo saben también Nike y Adidas, dos compañías tan similares que no pueden hacer otra cosa más que odiarse.

La relación entre las grandes corporaciones está falta de conversación pero es prolija en gestos. El último de Adidas es un golpe en de la mesa, un anuncio que incorpora en su desarrollo el difícil emparejamiento entre Inglaterra y su equipo nacional. El caso es que si miras la camiseta de Inglaterra podrás ver el swoosh, el bastoncito que representa a Nike. Pero Adidas, la manufactura alemana, ha pensado que no va a ser ese el problema para explotar la que, quizá, es la mejor narrativa de todas las selecciones, la del equipo histórico que no se cansa de caer.

No tenían al equipo, pero sí una bala buenísima para acertar en el corazón: Jude Bellingham. Porque el chico a sus 21 años es ya una estrella mundial, un campeón de Europa y casi un icono. Puede que no sea siquiera el jugador más importante de una selección que tiene jugadores como Kane o Foden, pero Bellingham tiene un carisma arrollador y viste de Adidas. Suficiente.

Sí, con este anuncio Adidas consigue hacerse con el espíritu de Inglaterra, el de una nación obsesionada con el fútbol pero tendente a la catástrofe, hasta hacerla ver casi como un equipo más de su extenso repertorio. Tanto parece suya que incluso aprovechan el nombre de su estrella para meter en la ecuación al grupo más famoso de todos los tiempos que, por supuesto, es también inglés. Porque la canción es Hey Jude, la obra que Paul McCartney dedicó a Julian, el hijo de John Lennon, y una de las melodías más célebres de los cuatro de Liverpool.

También es cierto que parece que la canción está escrita ex profeso para este anuncio de zapatillas, pues tiene frases como "no lo hagas mal", "coge esta triste canción y hazla mejor", "recuerda dejarnos en tu corazón" "no lleves el mundo sobre tus hombros" "así podrás hacerlo mejor", mientras se intercalan imágenes de ingleses más bien cabizbajos al ver como todo le sale mal a su equipo. Compatriotas de Bellingham que incluyen otros iconos de la marca como David Beckham o Frank Lampard. Mientras tanto se intercalan imágenes de partidos de niños donde un joven Jude se despliega como estrella en la cantera del Birmingham.

No es poca presión para el chico que se ha convertido en el icono de Adidas pero, sobre todo, en el esperanza de Inglaterra, el equipo que siempre pierde en penaltis, que inventó el fútbol pero todavía no ha ganado una Eurocopa, que se ha pegado una y otra y otra vez con el muro de la realidad después de unas expectativas desaforadas.

Una jugada maestra de la marca alemana, pero a esto saben jugar todos. Del mismo modo que para Nike hay una camiseta blanca que reluce más que ninguna, y esa es la de los three lions, su contraparte alemana tiene otro icono del mismo color del Real Madrid que en cuestión de clubes es todo a lo que una marca deportiva podría aspirar. Adidas viste al Madrid desde hace décadas pero en su cartera de representados no está Kylian Mbappé.

Y eso en Nike lo sabían, como probablemente sabían que el pasado lunes se iba a anunciar que su mejor futbolista, quizá el mejor futbolista de todos, iba a pasar del PSG —una marca vestida por ellos y mimada hasta el punto de vestirla con su marca premium, la de Jordan— al Real Madrid. ¿Es eso un problema? todo lo contrario, así conseguían coger de algún modo también un cachito de club de Chamartín para su repertorio.

No pasaron ni siquiera unas horas para felicitar a su estrella "Ama tus sueños hasta que ellos te amen a ti", rezaba la inscripción en la que se veía muy de cerca al nuevo jugador de su rival. Tener a Mbappé, desde hace unos días, es también tener un pedacito del Real Madrid.

En realidad todo esto no es extraño, es algo que ha pasado desde hace mucho tiempo y no parece importar a las marcas, pues si eres Nike pero vistes a Cristiano, o eres Adidas y tienes a Messi, eres capaz de ampliar bastante la mirada. Y, de vez en cuando, si la cosa se tercia, sacar un anuncio delicioso para dar un golpe y apropiarte del sentimiento que está financiando tu rival. Porque así son las relaciones, complejas.