Otro batacazo que confirma que la generación dorada de Serbia no da para más
Los serbios vuelven a caer en la fase de grupos con la mejor generación de su historia, pese a ello repiten su mejor resultado desde que se juegan bajo el nombre de Serbia.
Varapalo para Serbia y ya van... Otra vez, el país balcánico ve la cara más amarga de un gran torneo como lo es la Eurocopa. Desde que Serbia es Serbia (anteriormente jugaban bajo el nombre de República Federativa de Yugoslavia hasta que en el 2006 ocurrió el cambio) nunca había jugado una Eurocopa y su primera experiencia no ha sido la más positiva. Su empate ante Dinamarca certifica que se despiden de manera prematura en fase de grupos.
En esta edición disputada en Alemania, los serbios han debutado en el torneo que reúne las mejores selecciones del Viejo Continente. En los Mundiales que habían disputado bajo el nombre de Serbia tampoco han podido superar la fase de grupos. Así ocurrió en Sudáfrica 2010, Rusia 2018 y Catar 2022. Está claro que la tendencia sigue en alza. En las últimas cuatro grandes competiciones solo se han perdido la Eurocopa de 2020, pero todavía falta el toque final para levantar el vuelo y superar esta fase de grupos.
Esta vez han cedido contra Inglaterra, Eslovenia y Dinamarca por culpa no sumar ninguna victoria y acumular dos empates y una derrota. Siendo sinceros, Serbia está viviendo su época dorada y eso que no superan la fase de grupos. Aun así, sigue siendo una decepción debido a la generación de futbolistas que se han congregado en una sola convocatoria.
🤬¡Vaya cabreo entre Andersen y Mitrovic!
— Teledeporte (@teledeporte) June 25, 2024
El danés le recriminó tirarse dentro del área, y el serbio no se amedrentó. #EURo2024 #EuroRTVE
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Serbia tiene plantilla para mucho más, especialmente en el aspecto ofensivo. Mitrovic, el principal baluarte en la delantera, costó más de 50 millones de euros hace un año para fichar por el Al-Hilal saudí. Dusan Vlahovic, su compañero de batallas, salió de la Fiorentina rumbo a la Juventus (donde es campeón de la copa italiana) por 83 millones hace apenas dos temporadas. Por no hablar de Luka Jovic en el que el Madrid puso unas esperanzas enormes y que ahora está resurgiendo en el AC Milan.
Las otras demarcaciones no están tan pobladas de nombres de primer nivel, pero suficientemente cubiertas como para firmar un mejor torneo que el que ha hecho Serbia. La sensación es clara: algo no funciona. Hay un elefante en la habitación que nadie parece querer ver porque hay piernas para mucho más. La única esperanza que mantiene el ánimo del país es que el último escollo de esta generación, quizás, se pueda alargar hasta el Mundial de 2026, pero ese deseo para poco probable.