El boomerang de Spalletti con su "Calafiori es top" que le vuelve para darle la razón a Mourinho

Rondaba España el 1-0 desde el comienzo, infranqueable un Donnarumma que atraía los demonios, pero este llegó de la forma más inesperada a los diez minutos del segundo acto. Un desequilibrio de Nico Williams por la izquierda acabó con un centro envenenado que tocó con los dedos el guardameta y Calafiori, sin quererlo, la introdujo en la portería de Italia con la rodilla izquierda. La Selección había hecho lo más fácil, y la Azzurra estaba obligada a abrirse ante la velocidad de Lamine Yamal y Nico Williams y las palabras de Fabio Capello en Sky retumbando: "No sé si nuestros defensores son rápidos". Y pudieron caer varios.

El partido puso en la diana a Calafiori, ese talento de Roma al que el propio Capello compara con Sergio Ramos ("me quedé impresionado con la personalidad de Calafiori. Si tengo que hacer una comparación, para mí sería Sergio Ramos. También empezó de lateral e hizo el cambio para jugar de central", dijo), que no tuvo un partido cómodo por la movilidad de Morata y las virguerías de Lamine, aunque mantuvo la compostura y asumió riesgos en salida. Quedó marcado por un tanto pero no se arrugó después, y demostró esa personalidad que señalaba Capello y que tiene mucho que ver Mourinho.

"Debuté con Fonseca, Mourinho me forjó desde el punto de vista del carácter, con Thiago Motta probé cosas que tácticamente nunca había visto", dijo el central en 2023 en la web planetaroma.com. Para la prensa italiano, el técnico portugués no confió en el central, quien con 16 años tuvo una lesión de rodilla (rotura de ligamento cruzado) y tuvo que alternar cesiones en Génova y Basilea. El propio Calafiori fue diplomático y tiene en buena consideración a Mourinho: "Me marcó a nivel de carisma. Él es muy fuerte. Me hizo mejorar mentalmente. Él también fue fundamental. El año pasado me escribía a menudo después de los partidos. Incluso en Basilea. Es una persona objetiva, te dice las cosas a la cara".

Después del partido ante Albania, y de lucir un gran nivel pese a una acción al final que no defendió bien y Ray Manaj estuvo cerca de hacer el 2-2, el joven jugador acudió a zona mixta para explicar su debut: "Fue emocionante, estoy orgulloso. Intenté hacer lo mismo que en el club". El propio Spalletti, preguntado en sala de prensa en la previa por unas declaraciones del propio Mourinho en las que decía que Italia no tenía jugadores de nivel, el preparador le contestó "Calafiori es top". Un boomerang que le fue en contra por el partido y por el bajo nivel mostrado por Italia.

La goleada de España no fue mayor por Donnarumma, ese jugador que encaja en aquel perfil cuyo rendimiento crece con la selección más que con el club. Pese a custodiar la portería del PSG, ganador de la liga francesa y sin capacidad para alzar la Champions año tras año, el jugador es víctima en muchos partidos cuando está bajo el foco de sus errores, como le ocurrió en la eliminatoria ante el FC Barcelona de cuartos de final o ante el Borussia Dortmund, el equipo que los dejó en la cuneta en semifinales. Timorato en ocasiones en el juego aéreo, el capitán de la Azzurra es otro cuando se pone el brazalete y escucha Il Canto degli Italiani.

Ya en la Eurocopa de 2021 fue el verdugo del equipo español en la tanda de penaltis de la Eurocopa itinerante. Un penalti suyo detenido a Álvaro Morata dejó a España en la cuneta. El guardameta ha ido ascendiendo en la selección hasta convertirse en capitán. Su precocidad fue exagerada desde que con 17 años se hizo con la portería del Milán. "Ser capitán es una responsabilidad extra. En este grupo hay muchos líderes que se harán oír como lo haré yo. La última Eurocopa fue fantástica e inolvidable: se ha escrito la historia y ahora vamos a intentar escribir otra para Italia", dijo al llegar a la Región del Ruhr.

"Buffon habla de sus experiencias y de lo que pasó aquí en Alemania en 2006. Recibir consejos de alguien como él es aún más importante en 2006, pero luego, en el campo, bajamos y vamos", comentó el guardameta, que paró todo lo que estuvo en su mano, incluso vio una amarilla por protestar en la primera mitad, lo que lo encendió para el resto del encuentro. No era el día. Incluso se fue a rematar el último córner. Italia se perdió por el camino y su imagen no fue la mejor.