Por qué son coherentes las elecciones de De la Fuente para el 'The Best'

Los premios individuales en el fútbol se caracterizan por molestar a muchos, contentar a unos pocos y echar gasolina a los incendios que suelen formar los haters en redes sociales. En ese sentido la gala The Best,celebrada fuera de foco y de fecha, abrió varios debates, con protagonismo especial para Luis de la Fuente y sus tres escogidos: Julián Álvarez (Argentina), Bellingham (Inglaterra) y Modric (Croacia), por ese orden.
Para entender estas votaciones lo primero es conocer la mentalidad del nuevo seleccionador, fiel creyente de la palabra equipo y muy poco amigo de los galardones individuales. En su nueva Selección, que echa a andar el próximo 17 de marzo (fecha prevista para su primera lista), se va a encontrar mucho talento y pocos egos. De hecho, en su etapa como técnico de las inferiores nunca le tembló el pulso a la hora de descartar a futbolistas brillantes en el aspecto individual pero nocivos para el grupo, siempre que fue necesario para conservar la buena convivencia. Por eso, estas votaciones son una especie de marrón para un técnico que hace bandera de aquella célebre frase de Alfredo di Stéfano en la que aseguraba que "ningún jugador es tan bueno como todos juntos".
Aclarado esto y también las reglas marcadas por FIFA, que premiaba lo ocurrido durante el Mundial por encima del resto de la temporada… ¿Son tan raras las elecciones de Luis? Desde luego, parecen coherentes en un entrenador que prioriza la oportunidad para los jóvenes y el trabajo colectivo. Julián Álvarez y Jude Bellingham (23 y 19 años, respectivamente) brillaron en una cita de enjundia y en dos países con exigencia máxima. ¿Habría ganado Argentina el Mundial sin el delantero del City? Probablemente no. Sus goles y su trabajo oscuro para que Messi destacase resultaron decisivos. Y qué decir de Bellingham, que jugó con la templanza de un veterano y el carnet de identidad de un juvenil.
Por último, Modric lideró a su selección con 37 años y después de haberlo ganado todo a nivel de clubes y en el plano individual, Balón de Oro incluido. No se ahorró ni un esfuerzo, fue ejemplo para los más jóvenes de su país y volvió a quedarse a las puertas de la gloria en ese intento por darle una Copa del Mundo a sus compatriotas. Nadó para morir en la orilla, igual que en 2018, pero abandonó Catar con un bronce en su cuello que sabe a oro. El madridista reúne todos los valores que De la Fuente le va a exigir a los veteranos que llame a filas en España: compromiso, esfuerzo y generosidad con el grupo.
En fin, que es imposible escapar de la polémica en unas votaciones tan subjetivas, un premio individual en un deporte colectivo, con un galardón que ha obligado hasta a Alaba a explicar sus elecciones. De la Fuente es libre de elegir a quien le dé la gana, faltaría más. Lo más importante para el riojano llega a finales de marzo, cuando Noruega y Escocia comenzarán a poner el listón de la ilusión que debe generar esta nueva etapa. Un ciclo en el que se formará un grupo que reunirá virtudes parecidas a las de los tres escogidos por el seleccionador en los premios The Best: jóvenes con talento y hambre de cosas grandes mezclados con veteranos dispuestos a marcar el camino correcto a los inexpertos.