La constante reivindicación de un Morata más respetado dentro que fuera del vestuario
El rojiblanco tiene a tiro a Silva y Torres para colarse en el podio histórico de goleadores de la Selección.

Álvaro Morata (30 años) es una especie rara en el fútbol. Pocos futbolistas tendrían algo que demostrar después de haber jugado (y marcado muchos goles) en el Real Madrid, Juventus, Chelsea y Atlético. Sin embargo, el delantero rojiblanco vive en un estado de constante reivindicación.
Sus números en la Selección arrojan más certezas que dudas, porque se ha ganado por derecho propio entrar en los libros de historia de España. En partidos (65) y por goles (33). En este último apartado, si no pasa nada raro, está muy cerca de entrar en el podio de los máximos goleadores de la historia: sólo tiene por delante a Silva (35), Torres (38), Raúl (44) y Villa (59). A los dos primeros los tiene a tiro, mientras que alcanzar a Raúl es factible y a Villa muy complicado, pero no imposible. Palabras mayores.
Ni su condición de capitán le ha servido para que, en distintos círculos de opinión, se siga cuestionando su categoría de delantero top mundial. El pasado verano, como casi todos, su nombre estuvo en la rampa de salida del Atlético hasta los últimos días de mercado. Sorprende que se le valore más fuera que en casa, porque cada vez que aparecen los rumores sobre una posible venta, son los mejores clubes de Europa los que llaman a la puerta para preguntar por él.
Muy respetado internamente
Estas dudas de puertas para afuera no existen dentro de la caseta, donde Morata es uno de los jugadores más respetados en la Selección. Con el paso de los años ha adquirido un papel de líder dentro de La Roja que le convierte en muy admirado por sus compañeros.
Ha tenido dos ejemplos durante su etapa como internacional: primero Ramos y, más recientemente, Busquets. Sin olvidar la breve etapa de Jordi Alba en la Nations League. Por su carácter y sus métodos, su forma de actuar se acerca más a la de Busquets. Es de quien más ha aprendido. A Morata le gusta el consenso, dialogar con todos los departamentos y encontrar puntos en común donde todos, empleados y jugadores, se sientan cómodos.
Esta semana, con la incómoda crisis provocada por Luis Rubiales, le tocó dar la cara para leer ese comunicado en nombre de toda la plantilla. No le pesó la responsabilidad entonces y tampoco después de la victoria contra Georgia, donde volvió a tomar la palabra con el balón sobre el brazo después de su hat-trick.
De ahí que en el vestuario molesten algunas dudas externas sobre Morata, puesto que se ha ganado con su fútbol y su comportamiento el respeto de todos. Una jerarquía respaldada con números, porque este martes frente a Chipre en Granada (20:45 horas, La1) podría colarse en el podio de los goleadores históricos de España. Es difícil (necesita cinco tantos) pero visto su momento de forma, nada es descartable.