El georgiano 'Jorge', el fichaje más caro de la Real Sociedad que llegó con sobrepeso, solo marcó un gol y acabó en la cárcel
La Real pagó 800 millones de pesetas por Demetradze para convertirlo en un delantero de campanillas, pero lejos de solucionar problemas, los generó de todo tipo.

"Su mentalidad era como la de todos esos jugadores brillantes, que piensan que solo con talento vale, pero aquí se le juntó todo". Alberto López, el que fuera portero de la Real durante trece temporadas, echa la vista atrás para referirse al protagonista de esta historia. Ahora que está tan de moda el fútbol georgiano y algunos de sus futbolistas a raíz de la clasificación del combinado entrenado por Willy Sagnol para los octavos de final de la Eurocopa, un compatriota de los Mamardashvili, Mikautadze o Kvarastkhlia y compañía pasó, hace más de 20 años, con más pena que gloria por LaLiga española. Su nombre, Gyorgy y sus apellidos, Shalvovich Demetradze. Luis Uranga, el presidente que decidió ficharlo para la Real Sociedad, le llamaba cariñosamente 'Jorge'. La entidad blanquiazul desembolsó por aquel entonces la cantidad de 800 millones de las antiguas pesetas, convirtiéndose así en el fichaje más caro en la historia de la Real Sociedad. Sin embargo, muchos le recuerdan como un auténtico fiasco.
"Vengo a solucionar problemas". Fue una de las frases que pronunció nada más llegar a la capital guipuzcoana. Sus intenciones eran las mejores. A Gyorgy Demetradze (Tiflis, Georgia, 1976) no le ayudó que llegara en una de las etapas más convulsas en la historia de la Real, con el equipo desnortado y viéndole las orejas al lobo en forma de posible descenso. La Junta Directiva, presidida por el anteriormente mencionado Luis Uranga, vio en el mercado de invierno la posibilidad de reforzar el equipo para tratar de evitar el desastre. El primero en llegar fue Demetradze -luego lo hicieron Luiz Alberto y Julio César-. Giorgi, de 24 años, lo hizo procedente del Dinamo de Kiev, firmando un contrato por cuatro temporadas.
A priori, se trataba de un fichaje de campanillas. El Dinamo de Kiev había recurrido a este delantero georgiano de apenas 170 centímetros de altura, pero extremadamente corpulento cuando se quedó sin su principal figura, el ucraniano Schevchenko, que había fichado por el Milán. Al Dinamo solo le quedaba su otra estrella, Rebrov, pero necesitaba otro goleador y se hizo con los servicios del jugador por entonces del Dinamo de Tiblisi, uno de los delanteros con más proyección de Georgia.
"Era muy talentoso, un jugador que destacaba. Tenía cosas brillantes, pero era el típico jugador muy talentoso en su país, pero que cuando viene a una liga más exigente, le cuesta mantener ese nivel alto durante tiempo. Es lo que le pasó aquí. Cuando tenía el día bueno, era un chico brillante, pero le costaba", rememora Alberto López. Pero lo que parecía estar llamado a ser una bonita historia de amor se convirtió en una pesadilla. Fue presentado casi el mismo día que Periko Alonso, el entrenador que había dado luz verde a su fichaje, presentaba su dimisión "al no tener fuerzas" para seguir al frente del primer equipo. Luis Uranga, que dijo de Demetradze era "un muy buen jugador", apostó por el regreso de John Toshack. Sin saberlo, ese fue el principio del fin de la historia del georgiano en la Real Sociedad.
"Era muy talentoso, un jugador que destacaba. Tenía cosas brillantes, pero era el típico jugador muy talentoso en su país, pero que cuando viene a una liga más exigente, le cuesta mantener ese nivel"
Exportero de la Real SociedadA Demetradze no le ayudó el estado de forma en el que llegó a Donostia. Todo lo contrario. Vino pasado de kilos y tuvo que realizar una preparación específica para ponerse a punto. Toshack, que dijo que no le conocía, ya lanzó un mensaje a navegantes durante su presentación y en su primer partido a los mandos en Anoeta, lo sentenció. Frente al Zaragoza no salió de inicio. Saltó en la segunda parte y a los 20 minutos de haber debutado, el galés, que no se casa con nadie, decidió sacarle del campo. Ese fue su estreno con la zamarra blanquiazul. "Debuté con sobrepeso", reconoció un tiempo después en una entrevista concedida en Mundo Deportivo Gipuzkoa. Menos de un mes después de su aciago debut, el georgiano se lesionó de gravedad en un entrenamiento en Zubieta. Se rompió el menisco externo de su rodilla derecha, percance que le obligó a pasar por el quirófano. Tardó cuatro meses en recuperarse, porque padeció también una de las lesiones más raras de las que se han oído por estos lares: un quiste de Balker en el hueco poplíteo de esa rodilla derecha.
Actuación controvertida frente a Osasuna en Anoeta
No volvió a jugar hasta finales de mes de mayo. Disputó los últimos siete minutos del encuentro frente al Málaga. Cuatro más frente al Zaragoza y 41 en el último partido de Liga frente a Osasuna para un total de 72 minutos en su primera campaña como blanquiazul. Precisamente, frente al conjunto rojillo cuajó una de sus mejores actuaciones como realista en el día menos indicado. Ese día, Osasuna, que se jugaba la vida en la última jornada, se salvó gracias a que ganó 0-1 con gol de Iván Rosado, en un duelo que siempre ha estado bajo sospecha por el rendimiento del equipo entrenado por Toshack, con rumores de que la Real no lo había dado todo. El '7', que era el dorsal que portaba Demetradze, salió al poco de iniciarse la segunda mitad y, ajeno a esos comentarios, casi marcó el gol del empate, que hubiese llevado a Segunda División al entonces equipo entrenado por Miguel Ángel Lotina.

"No me acuerdo mucho de él, la verdad. ¿Era un delantero pequeño, no? Mira que tengo buena memoria, pero de verdad te digo que no me acuerdo demasiado. Tuvo muchos problemas de adaptación", señala a Relevo John Toshack. "No era de lo más disciplinado que ha habido en la Real Sociedad", sostiene el galés, cuando recuerda el estado de forma en el que llegó a Donostia, como tampoco olvida su debut y esos 20 minutos que estuvo sobre el terreno de juego. "Eso dice todo", reconoce al respecto. "Los extranjeros, un porcentaje muy alto de los mismos, intentan hablar el idioma del país al que llegan, se esfuerzan en ello, pero éste, cero y así era muy difícil", lamenta el técnico, al que se le acabó la paciencia un año después de su llegada. De su mano llegaron Darko Kovacevic y un tal Nihat Kahveci, un desconocido por aquel entonces. 'Jorge' se quedó sin sitio. "Nihat demostró con creces, por ejemplo, que sí quería ser importante en la Real. Aprendió el idioma rapidísimo. Yo aposté por él siendo muy joven y, junto a Darko, formaron una pareja extraordinaria", remarca el galés que, pese a todo, sí echó mano del georgiano en el arranque de esa 01/02.
"Mira que tengo una buena memoria, pero apenas me acuerdo de él. No era de lo más disciplinado que ha habido en la Real Sociedad. Tuvo muchos problemas de adaptación"
Exentrenador de la Real SociedadUn inicio, personalmente hablando, que tampoco estuvo exento de polémica. Aquejado de fiebre, se quedó fuera de la convocatoria en la jornada 7, pero se le vio paseando por la playa de Ondarreta, acto por el que fue expedientado. Pese a ello, en la siguiente jornada, frente al Sevilla, jugó y marcó su único gol con la camiseta txuri-urdin. Posterior a esto, solo jugó cuatro partidos más con la Real, los últimos como futbolista blanquiazul. 14 partidos y una temporada y media después de su aterrizaje, Demetradze decía adiós para convertirse en un habitual de las ligas rusa, ucraniana, donde ofreció, eso sí, una mejor versión de la que dejó en Donostia.

Tampoco consiguió regatear a la cárcel
El tramo final de su carrera como futbolista se vio salpicada más por temas extradeportivos que por otra cosa. El delantero georgiano, en su época como jugador del Spartak de la Primera georgiana, tampoco consiguió regatear a la cárcel. Fue condenado a seis años por extorsión. Fue detenido junto con otras dos personas mientras amenazaban a un desconocido para obligarle a pagar unos 40.700 dólares que había perdido al jugar en una casa de apuestas ilegal. Sus dos compañeros fueron también acusados de extorsión y vínculos con grupos criminales y sus penas fueron de seis y ocho años. El abogado de Demetradze siempre mantuvo que su defendido era inocente, pero el juez del tribunal urbano de Tibilisi no pensó lo mismo. Esto ocurrió en marzo de 2011. Dos años después, fue liberado junto a los 190 presos acusados de espionaje a favor de Rusia y opositores al régimen georgiano. La victoria electoral de Bidzina Ivanishvili permitió que fueran puestos en libertad tras ser reconocidos como presos políticos por el Parlamento de Georgia. A pesar del veto del presidente a la Ley de amnistía, esta prosperó gracias al apoyo de tres quintas partes de los diputados del Legislativo.