La diferencia de Alemania que le destaca en la Euro... y amenaza a España
El equipo de Nagelsmann encuentra en su juego interior su principal amenaza ofensiva.

Hoy no solo se enfrentan los dos equipos que mejor han jugado en esta Eurocopa, sino las dos selecciones que más talento joven acumulan en el último tercio, y esto no es un mero atributo que soltar en una de tantas previas que se hacen, sino el rasgo diferencial de ambos conjuntos. Musiala y Wirtz, por un lado, y Lamine Yamal y Nico Williams, por el otro, simbolizan un fútbol muy distinto, aunque partiendo de una raíz parecida: verticalidad y descaro, pero encontrando su ventaja en espacios diferentes y, por ende, configurando con un rasgo diferencial a ambos equipos. Alemania y España persiguen lo mismo pero de formas distintas.
Tanto Nagelsmann como De La Fuente quieren que el partido se juegue en muy pocos metros, a poder ser en los últimos 30, en un rectángulo de césped y líneas que estrangule al rival. Ritmo, agresividad y talento, porque sin el ingrediente que hace posible la magia nada de lo anterior tendría el mismo efecto. De hecho, ambos equipos lideran la Eurocopa en cuanto a disparos tras recuperar la pelota en el último tercio (28 para España, 21 para Alemania), señal de su agresividad y el buen posicionamiento en el último tercio a la hora de moverse.
Sané o Wirtz para replicar el plan
Con la entrada de Leroy Sané por Florian Wirtz en los octavos ante Dinamarca, Nagelsmann no quiso despejar la principal duda en el once, y probablemente la de más relevancia analítica, porque mientras que Wirtz es un centrocampista con alma de delantero, Sané es un delantero con poco, o muy poco, de centrocampista, y a pesar de ocupar el mismo espacio en el césped, en realidad dibujan una cartografía distinta. Alemania se perfila a través de Kroos como eje del equipo, situado o bien entre centrales o acostado entre lateral y central, y con Musiala y Wirtz/Sané amenazando la mediapunta, tensando la espalda del mediocentro (Rodri) y obligando a los centrales a estar pendientes de saltar, porque una recepción allí es mortal, pero también a cuidar su espalda, con un Havertz al que todo el mundo mira con recelo, pero que es el que permite que los mejores tengan espacio. Y Gündogan siendo el delantero más centrocampista del torneo.

Ante Dinamarca, el eslabón débil fue un Andersen demasiado lento y pesado como para gestionar la profundidad y los saltos a la vez. Musiala le destrozó y Havertz aprovechó ese espacio para marcar la diferencia, porque el secreto de esta Alemania es que no importa lo juntos que parezcan estar todos, que siempre encuentran una forma de ser profundos, lo que provoca que los espacios dentro se multipliquen y el talento, que es enorme, haga acto de presencia.


Otro de los cambios que podría hacer Nagelsmann es el de dar continuidad a Schlotterbeck en el central zurdo por Tah, que estuvo sancionado en octavos. Si el central del Dortmund entra, Alemania sumaría a una pareja con una gran capacidad para jugar en largo y amenazar la profundidad. Rüdiger es el central que más pases ha dado hacia el área rival (4) y también el que suma más pases hacia el último tercio (46), siendo muy vertical para conectar con los alejados o los intermedios, y España si algo ha demostrado es que ha sufrido si no ha sido capaz de recuperar la pelota en los primeros compases de la posesión rival, ha sufrido a la hora de correr hacia atrás.
Costaría encontrar una ristra de pasadores mejores que los de Nagelsmann, por densidad y diversidad en el pase. Kimmich, Kroos, Rüdiger o Schlotterbeck en primera línea para estirar el campo, Raum a modo de bombardeo y la precisión donde el espacio está envasado al vacío de Gündogan. Todo ello permite que la movilidad de Havertz y Musiala, que se mueven mucho y muy bien, sea fácilmente recompensada por estos pasadores. Con Carvajal y Cucurella defendiendo muy altos, en saltos a ratos suicidas, se abre una brecha que Alemania ya explotó en octavos.


Va a ser imposible ver un partido plano, en una única dirección. Ante el espectador se abre un escenario de disputa, de muchos micropartidos en uno mismo, en el que Alemania y España buscarán dominar desde la posesión y la agresividad territorial, sin olvidar que los de De La Fuente han realizado 8 disparos tras un contragolpe, la mejor cifra del torneo igualados con Países Bajos. Alemania disfruta corriendo, aun con la lentitud de Gündo o Kroos, contrastando ese reposo con la vitalidad de sus atacantes.
A diferencia de España, que usa a sus mejores jugadores muy abiertos y como cuchillos que cortan el aire, Alemania los cierra para que se asocien y desestabilicen al rival desde la pared y una presión altísima gracias a la circulación y movilidad. Una guerra de mundos que se parecen, pero que se diferencian porque los que marcan la diferencia, que al final es lo que determina cómo juegas, pisan zonas distintas.