ESPAÑA, CAMPEONA DE EUROPA

Ni el Cristiano que se acercó al 'meme' ni el Mbappé más humano: la fotografía de la Eurocopa es Lamine Yamal

El joven de 17 años inicia una era, mientras que el fichaje del Real Madrid se lleva un chasco y el portugués es criticado.

Lamine Yamal, saludando y bebiendo agua en un momento del encuentro ante Inglaterra en la final de la Eurocopa. /GETTY
Lamine Yamal, saludando y bebiendo agua en un momento del encuentro ante Inglaterra en la final de la Eurocopa. GETTY
Alberto Martínez

Alberto Martínez

Berlín (Alemania).- La Eurocopa de Alemania será recordada por la irrupción de un niño de 16 años que celebró su decimoséptimo cumpleaños a las puertas de su primera final, que dio cuatro asistencias y que le marcó uno de los mejores goles del torneo a la Francia de Mbappé. También que cautivó con su naturalidad y su amistad con Nico Williams, su socio en el 1-0 de la final, a una generación joven, que se ha enganchado a esta España mestiza, la de Lamine Yamal, igual de determinante en la final que en el estreno, con el poso de un futbolista veterano en el cuerpo de un adolescente que se ha sacado 4º de ESO y que no puede ni votar ni conducir, incluso su madre ha tenido que firmar un permiso para salir de España. Y, sobre todo, que ha abierto las puertas del futuro. Las suyas, hacia la eternidad; y las de España, que por primera vez cuenta con un futbolista total en ataque, llamado a marcar una época, la de Lamine, sin comparaciones, porque cada genio es único en sus locuras y en sus maravillas.

Y la última maravilla de Lamine, que lo convirtió en el máximo asistente de una edición de la Eurocopa, fue la de jugar con el tiempo y el espacio como los elegidos, gracias a un pase Carvajal que el talento de Mataró dejó pasar y sin tocarla le metió el miedo a todos los rivales. Solo él vio un pase que aún no existía, porque Dani Olmo estaba haciendo un movimiento y nadie podía calcular dónde había que dar ese pase, menos Lamine. Su irrupción, como última muestra su final, lo sitúa ahora mismo en otra dimensión a la que llegó a esta Eurocopa.

Porque justo antes de comenzar en Munich el 14 de junio, el Real Madrid anunció el fichaje de Mbappé. La estrella del PSG y de la selección francesa ponía rumbo al club con más Champions de la historia, vigente campeón, un transatlántico por donde han pasado Ronaldo, Zidane, Beckham, Figo, Benzema, Cristiano y ahora Vinicius o Bellingham, por nombrar a los atacantes más importantes. Pero antes de esa presentación que acontecerá el martes, Mbappé se embarcaba en otra misión no menos importante: hacer campeón de la Eurocopa a Francia y convertirse en la estrella. Nada más lejos de la realidad.

El camino del francés estuvo marcado por una máscara, que le obligó a jugar menos en las semifinales ante España por una fractura de nariz en el estreno ante Austria. El jugador francés solo fue capaz de anotar de penalti ante Polonia, y él mismo confesó que "no estoy al cien por cien", como evidenció en ese partido de cuartos de final ante Portugal cuando pidió el cambio en la prórroga, "cansado", y frente a España, donde ya sin la protección tampoco fue el jugador determinante por mucho que metería el miedo en el cuerpo a la defensa de los de Luis de la Fuente en alguna ocasión. Mbappé se ha humanizado en esta Eurocopa en Alemania.

Ya humanizado llegó Cristiano Ronaldo, quien en el último Mundial chupó banquillo y ha dejado de estar en el escaparte europeo con su salto a Arabia. A sus 39 años, todo acontece más lento en el juego del portugués, inamovible en el equipo titular de Roberto Martínez, desesperado y angustiado, incluso por lágrimas, por sus errores como el penalti ante Eslovenia. Aunque logró redimirse después en la tanda, el portugués se despidió con una actuación gris que suscitó los memes. Se criticó en Portugal que el papel del mito y la leyenda de Madeira siga siendo el mismo de siempre.

Aunque a Cristiano se le hubiera mucho más implicado en las labores de equipo, y fuera el jugador que más lanzara entre los tres palos (diez), el futbolista ha estado muy lejos de lo que se espera. Su mensaje de despedida de la Eurocopa deja el mensaje de que va a seguir con el reto de alcanzar el Mundial de 2026. Algo que en la federación y en el cuerpo técnico ya son conscientes.

España fue un verso casi suelto en el juego de esta Eurocopa

Más allá de los nombres propios, la Eurocopa corona a España pero deja un modelo de fútbol ramplón y conservador en selecciones de mucho talento, como Francia e Inglaterra, lo que refleja el agotamiento de dos seleccionadores o de un modelo competitivo pero poco brillante, donde prioriza el talento individual a la idea colectiva. Fue digno ver a selecciones como Georgia, Turquía o Suiza poner contra las cuerdas al estatus europeo y soñar incluso con palabras mayores como una semifinal. Propuesta más acordes a sus posibilidades, especialmente brillante la Suiza, como Austria, las selecciones junto con España y Alemania con más capacidad de dominar los partidos.

Una Eurocopa que, para los enviados especiales, ha roto con el mito alemán, si es que existía, donde si bien es cierto que la atmósfera ha sido fantástica, en asuntos de seguridad, trenes, carreteras, que incluso han afectado a selecciones como Países Bajos, ha dejado mucho que desear. Para periodistas y público en general. Alemania se despide así de la Eurocopa que presentó al mundo de forma definitiva a Lamine Yamal.