BÉLGICA

La generación dorada belga se da una nueva oportunidad

Superada la tensión con el caso Courtois y pese a las bajas, Bélgica ha asegurado virtualmente su plaza en la Eurocopa.

Lukaku celebra un gol con Bélgica./EFE
Lukaku celebra un gol con Bélgica. EFE
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Si a los aficionados belgas le cuentan antes del pasado Mundial que unos meses después Roberto Martínez no iba a ocupar su banquillo, que Lukaku saldría por la puerta de atrás del Inter, que Courtois y De Bruyne no iban a formar parte de la convocatoria o que Eden Hazard se retiraría del equipo nacional, probablemente hubieran echado a temblar. Así es el fútbol. La generación dorada fracasó y pareció cerrar su etapa sin ningún título internacional y con una sensación alicaída. Sin embargo, pese a todo, hay síntomas de un renacimiento. O, al menos, esa pequeña mejora antes de decir adiós para siempre.

El equipo dirigido por Tedesco sumó otra goleada más para su colección ante Estonia (5-0) y asegura virtualmente la clasificación para la Eurocopa en un grupo nada sencillo con Austria o Suecia. Con el triunfo, maquilla una tabla en la que figura con 13 puntos de 15 posibles, cuatro victorias y un empate en los cinco partidos disputados. Además, vence y convence. De momento, solo ha encajado un gol y ha firmado la mayoría de sus encuentros con goleadas. Solo flaqueó ante el combinado austriaco, un gran equipo a nivel continental.

El tiempo no pasa para Lukaku, que está enmendando ahora sus errores en el pasado Mundial. Bélgica cayó en fase de grupos con varios errores groseros del ahora jugador de la Roma. Podía parecer sentenciado, pero si por algo se ha caracterizado su carrera deportiva es por saber encontrar nuevas oportunidades traducidas en goles. Con el brazalete de capitán, anotó un doblete y suma ya ocho goles en esta fase de clasificación. Esta cifra le ha convertido en el máximo anotador del período, superando los seis de McTominay y los seis de Hojlund.

Es la capacidad de Bélgica de resurgir en los peores momentos. Carrasco, cuyo rendimiento podría bajar por su marcha a Arabia Saudí, asistió en el primer tanto a Vertonghen, otro clásico. Trossard, llamado a ser uno de los líderes de la nueva camada, anotó el segundo. Cerró la fiesta Charles De Ketelaere, otra de las grandes esperanzas del combinado belga junto a Doku.

Queda por ver, eso sí, si Tedesco es capaz de encontrar ese equilibrio. Por el momento, no contará en los próximos meses ni con Courtois ni con De Bruyne, que se perderán la mayor parte de la temporada por sus graves lesiones. Aquí enfrentará uno de sus primeros grandes desafíos: ¿convocará para la Eurocopa a dos futbolistas que apenas habrán competido a lo largo de la campaña? O, por el contrario: ¿confiará en el bloque que está llevando a los belgas de forma brillante al torneo europeo?

Supervivientes al desastre

Bélgica no solo ha fracasado deportivamente en un pasado reciente. También institucionalmente. Por ejemplo, la prensa filtró una pelea en el vestuario tras caer contra Marruecos, que explicó el propio Hazard: "Nos dijimos las cosas buenas y las malas. No me peleé con Vertonghen, no soy estúpido, es más grande que yo. Le dije que ya no era muy rápido y le respondí que tenía razón".

Aquel clima de tensión y la posterior eliminación le costó el puesto a Roberto Martínez, además de feroces críticas a futbolistas como De Bruyne o el propio Hazard en el país. El exmadridista, eso sí, fue homenajeado por todo lo alto al anunciar que su carrera internacional llegaba a su fin.

Aun así, la selección cayó en una especie de anarquía, que desató el caos. El último episodio sonado se dio el pasado mes de junio, cuando Tedesco acusó a Courtois de borrarse de la convocatoria por, presuntamente, decirle que no quería jugar contra Estonia. El portero del Real Madrid abandonó efectivamente la concentración, aunque alegó problemas en la rodilla.

El origen del conflicto fue la dualidad de la capitanía entre el portero y Lukaku. Tedesco decidió que el punta lo llevase en un partido y Courtois en el otro. Algo que, al parecer, no entendió este último que le pidió que tomara decisiones: "Ser o no ser capitán de la selección no es un capricho ni una decisión al azar, debe ser su decisión y eso es lo que traté de transmitirle".

El técnico continuó a la carga: "Desearía poder decir que es una lesión, como ha dicho su padre, pero no puedo mentir. Realmente no puedo hacer eso. Tuvo algunos problemas después del partido, pero eran los mismos que antes del partido contra Austria". Y Courtois sentenció: "Estoy profundamente decepcionado con esto, pero quiero dejar claro que las valoraciones del entrenador no se ajustan a la realidad".

Tras semejante tormenta, lo más natural es que el ambiente de la selección de Bélgica continuase agitado en este mes de septiembre. Por el contrario, aunque no está Courtois, ha primado la armonía y deportivamente se han logrado dos resultados brillantes para prácticamente asegurar la clasificación para la Eurocopa de Alemania. A la generación dorada la dieron por muerta, pero sigue empeñada en darse a sí misma una segunda oportunidad.