Pedro Sánchez negoció estar junto al canciller en un palco invertido para no coincidir con Pedro Rocha
UEFA optó por un cambio en el protocolo para separarles y que la fila más importante fuera la última: ahí estuvo Ceferin (UEFA) junto al presidente de la RFEF y el de la federación alemana.
![Pedro Sánchez, en el palco de Stuttgart junto al canciller alemán Olaf Scholz. /EFE/Alberto Estévez](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202407/05/media/cortadas/sanchez-scholz-efe-RP6YF6mwjYJOLP4oIK7chKL-1200x648@Relevo.jpg)
Stuttgart (Alemania).- Los juegos de tronos son así. Mezclan interés y codazos. Mientras la Selección ultimaba los detalles del crucial encuentro ante Alemania de cuartos de final de la Eurocopa en su hotel de concentración, en las altas esferas también se disputaba una dura pelea en la mañana de este viernes. Cómo no, a cuenta de la colocación de los invitados en el palco de honor del Stuttgart Arena. Con la crisis institucional de la Real Federación Española de Fútbol que no acaba de esfumarse por las amenazas del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), este espacio para los representantes institucionales es uno de los focos recurrentes en esta fase final. Y, de momento, Pedro Rocha está tan hábil como Nico en el césped. Algunos no quieren salir en la foto con él, pero nadie logra desplazarle como algunos pretendían.
El extremeño ha salido victorioso en cada uno de los encuentros que ha disputado España y en los que él ha estado presente. Una cosa es que llegue poco antes de los encuentros de la Roja y regrese a España en cuanto acaban o al día siguiente -sin estar presente en la concentración de la Selva Negra para complacer a De la Fuente y no mezclar el ruido con el deporte-, y otra bien distinta que vaya a comulgar con amenazas o con ruedas de molino. Esto es, con los deseos del Gobierno desde hace meses de arrinconarle y los de la Comisión de Supervisión, Representación, Normalización que creó comprometiendo a Vicente del Bosque con un liderazgo de paja.
El protocolo y la connivencia de UEFA para respetar a las diferentes federaciones europeas por encima de todas las cosas ha sido clave. Independientemente de lo que en privado piensan del dirigente español y de sus formas y estrategias, públicamente el respaldo a la RFEF es total. Aleksander Ceferin no quiere que ninguna injerencia externa pueda hacer creer que su institución se divide por terceros o que tiene algunas goteras. Por eso, el esloveno se posicionó en la fila más importante del palco, está vez la última, situando al lado del sustituto de su colega Luis Rubiales y del presidente de la federación alemana Bernd Neuendorf.
Eso sí, esta vez, para contentar a todos, UEFA tuvo que organizar un palco invertido. Esto es, que la fila presidencial esté al fondo, la más alejada del césped dentro de ese espacio noble, para dejar la primera fila destinada a una segunda categoría de invitados, con representantes políticos, embajadores y secretarios de Estado. Pedro Sánchez planteó mucha batalla para conseguirlo, según ha podido saber Relevo. El presidente del Gobierno ha estado presente en las primeras filas. Maquillando su plan con su deseo de querer ver el partido sí o sí con el canciller alemán Olaf Scholz, el presidente del Gobierno tenía un objetivo prioritario en su visita a Stuttgart como primer acercamiento al equipo nacional desde la salida de Rubiales: no quería bajo ningún concepto estar al lado de Pedro Rocha, sabedor de que está investigado por dos causas diferentes y de que la próxima semana incluso podría estar inhabilitado. El Gobierno ha reconocido desde hace meses que su figura no es bien recibida y, por eso, la tensión entre instituciones es máxima y patente.
En un principio, Pedro Sánchez estaba ubicado entre Pedro Rocha y Ceferin en una primera fila clásica, con un palco tradicional. Iba a tener al otro lado del presidente de la UEFA a los representantes de Alemania, tanto el canciller como el presidente de la Mannschaft por este orden. Sin embargo, Pedro Sánchez no estaba nada convencido con esa disposición habitual, así que ordenó a su equipo de protocolo que mediara para romper de inmediato esa fotografía que, sin duda, hubiera sido muy recurrente utilizar en los próximos días, semanas y meses.
De esta forma, Rocha ha vuelto a situarse hoy junto al mandamás del fútbol europeo, desplazando -voluntariamente- a Pedro Sánchez, como ya sucedió anteriormente con la ministra y portavoz del Gobierno Pilar Alegría (también presente hoy), con Del Bosque -que vio el partido ante Albania, sin molestarse, en tercera fila- o con el presidente del Consejo Superior de Deportes, José Manuel Rodríguez Uribes. Éste, cuando apareció en escena por la Eurocopa con el cartel de azote del presidente de la RFEF que diseñaron en el Gobierno, fue para jugar de extremo derecho en la zona vip. El único día que Rocha decidió ceder gustosamente su privilegiado lugar en primera fila fue para hacer hueco ante Italia al Rey Felipe VI.
![Felipe VI conversa con Pedro Rocha en el partido España-Italia de la Eurocopa 2024. GETTY](http://s3.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202407/05/media/cortadas/rey-rocha-stuttgart-U25801235010XWs-624x385@Relevo.jpg?cw=780&ch=481)
Levita pese a las investigaciones
Pedro Rocha, por ahora saca pecho y no puede ocultar cierta sonrisa cuando suenan los himnos y empieza el partido. Está donde quiere. Se siente victorioso de lo que ve una persecución. Y su hoja de ruta no se toca. Aprovecha la mañana de los partidos para hacer algo de turismo mezclado con deporte (caminata rajoyiana), enfundado en su chándal de la RFEF como le gustaba lucir a su predecesor. Esos paseos los aprovecha también para hacer patria, darse más a conocer (unos le paran, otros ni le reconocen) y airear a los cuatro vientos que él está tranquilo, que no ha hecho nada malo, que ha logrado la estabilidad en mitad de la locura y que está convencido de que podrá presentarse a las elecciones de septiembre y pilotar la nave hasta 2028.
En esta previa, si algo ha perturbado su tranquilidad, más allá de los tiras y afloja en el palco que gestiona su equipo de protocolo con una tendencia ganadora, ha sido la polémica de las camisetas revendidas que ha desvelado Relevo. El presidente, según ha podido saber este medio, andaba contrariado al entender que no es momento de problemas ni polémicas. Sin embargo, después fue tajante. Pese a respetar la presunción de inocencia por encima de todas las cosas, ha hecho saber que bajo su mandato va a exigir siempre, y en cada centímetro de la RFEF, el máximo rigor, transparencia y profesionalidad. No quiere permitir que nada ni nadie cometa errores que han perjudicado a la institución en el pasado. Sabe que la forma más directa, rápida y transparente de distanciarse del Rubialismo, como quiere, es actuando.
Por eso, después del partido ante Alemania, y sobre todo cuando finalice la Eurocopa, se estudiará a fondo lo qué ha podido suceder con un asunto turbio que deja a más de uno mal parado y que ha puesto el foco en algunos de los utilleros. Hay quien pide la intervención de Compliance porque estas prácticas podrían haberse estado desarrollando desde hace años. Y otros, que acaban de entrar en la RFEF o que podrían hacerlo pronto, tienen claro ya cuál sería la solución para este tipo de casos. Pero eso será a su debido tiempo. Rocha, justo después de comer y de que De la Fuente diera el once a la plantilla, se subió al autobús de la Selección rumbo al estadio, como le encanta hacer, y llegó al estadio con el ánimo de comerse el mundo.