Los albaneses se cuelan en el Serbia-Inglaterra entre sirenas y mesas volando

A las 15.45 de la tarde el tranvía 302 con destino a Bauer Rathen avanzaba lleno de serbios y cerveza mientras hasta 22 coches de policía circulaban con las sirenas y a toda velocidad en sentido contrario. Habían empezado los primeros altercados entre radicales en el centro de Gelserkirchen, lejos de las Fan Zone oficiales de ambas selecciones, distancias a más no poder en un partido declarado de alto riesgo. Pero el centro unió a familias, seguidores pacíficos... Y los que buscaban gresca... que resultaron ser albaneses, no ingleses. La situación acabó en la intervención de la policía para escoltar a los aficionados serbios por las calles de la ciudad hasta un tren que les llevará al estadio. Cerca de 500 agentes velan por la seguridad de estos, que caminan entonando cánticos contra Kosovo.

A partir de las 16.00 se sucedieron las primeras imágenes. Lanzamiento de botellas que acabó con intervención policial, también volaron sillas. Primer aviso de una tarde que se hará larga. También se teme el postpartido. "Somos peligrosos, y nos gusta, queremos mostrarnos como país", explica una aficionada que echaba de menos la cerveza y que se dirigía a la Fan Zone. "Yo moriría por mi país, me gusta el arte", finaliza su corta charla con Relevo. Ya en la previa, ayer, los radicales albanos habían retado a los serbios. Este domingo se confirmó la tensión con una escena lamentable que dejó un total de seis detenidos.

Por el centro de la ciudad, antes de los primeros altercados, todo discurría con naturalidad con la fina lluvia cayendo sobre las cabezas de familias con banderas serbias y mayoritariamente inglesas, animosos algunos sin camiseta, otros en cambio manteniendo la compostura. Las medidas habían sido extremas, como ofrecer una cerveza con menos graduación para evitar alteraciones obvias. El reguero de aficionados que llegaban a Gelserkirchen se hizo patente desde las 13.00, cuando no pararon de salir de la estación central, donde la policía se dejaba ver... Cada vez más.

En el tren que une Berlín con Dusseldorf había también seguidores ingleses, como Tom y John, quienes comentaron a Relevo que "estábamos preocupados con los horarios de los trenes. Había muchos retrasos. Primero Dusseldorf y después, Gelsenkirchen. Tenemos algo de expectativa por el ambiente. No me considero un hooligan, pero espero que haya buen ambiente. Sí, he leído cosas y no sé qué pensar. Es un partido arriesgado ¿Miedo? No. Solo me interesa el fútbol. No pretendo hacer algo más que eso".

Según fuentes policiales, hubo un total de seis serbios detenidos. Otros se alojaron en Dusseldorf, a media hora en tren. Y ya se prepararon desde buena mañana desayunando con cerveza, como David: "Los días de partido es tradición, hemos venido a disfrutar, lo malo es que es demasiado tarde... Algunos no van a llegar". Pero llegaron. Y algunos se pelearon. Y queda tarde hasta las 21.00.