Yo jugué contra Lamine cuando nadie le conocía: "Grabé unos vídeos suyos y los borré... ¡Si lo hubiera sabido!"
En el día de su 17 cumpleaños, entrenadores y aún adolescentes que se midieron al extremo cuando era cadete en el Barça rememoran lo que sentían y lo que piensan ahora.

Hoy, 13 de julio, Lamine Yamal soplará las velas de la tarta. Cumplirá 17 años en el hotel de concentración de la Selección española en la Selva Negra y hará el trayecto en avión a Berlín, donde mañana a las 21:00 (La1) buscará ganar su primera Eurocopa tras ser el MVP en las semifinales ante la Francia de Mbappé. E, incluso, si España gana y él vuelve a ser el más destacado, podría convertirse en el mejor jugador de toda la competición. Con 17 años. Ya es el goleador más joven, el MVP de menor edad... Todo le acontece a la velocidad de la luz al genio del barrio de Rocafonda de Mataró.
Hace apenas dos años, Lamine Yamal tenía 15 y estaba en la etapa de cadete. Y, cómo no, en el Barça, jugando ante clubes modestos de Cataluña y adolescentes un año mayores que ahora bracean por hacerse un hueco en las mejores categorías. Ellos ni viajan en avión ni brillan en las competiciones absolutas... Hacen lo que le corresponde a un niño de 17 años, como ocurre con Marc de Pedro, quien jugó la pasada temporada en la Liga Nacional defendiendo los colores del Gavà. "Jugué contra él un año en infantil y dos cuando éramos cadetes. Hacía lo mismo que ahora. Recuerdo una jugada en la que fuimos dos a defenderle y él se marchó de nosotros de parado, solo con su arrancada. El entrenador no decía nada sobre él, ya se le veía diferente, cómo era capaz de entender rápidamente el juego".
Más allá de las cualidades que se aprecian solo con verlo un segundo, la magnitud de Lamine ha sorprendido incluso a sus rivales y compañeros de generación. "No me imaginaba que con 16 años pudiera ser uno de los mejores de una Eurocopa. Ni yo ni nadie. Pero este último año ha experimentado un cambio físico brutal, eso le ha ayudado a destacar antes", añade De Pedro. También lo sufrió (y disfrutó) Sergi Runge, exasistente del cadete del Barcelona cuando Lamine era uno de los jugadores que formaba la plantilla, ahora en el Bayer Leverkusen. "Era vox populi el nivel que tenía. A veces tenía que meterme en algún juego. En los partidos reducidos su comportamiento era increíble, flotaba, nunca veías que le salía por la actitud, todo era fácil, natural, no se dejaba la vida en las jugadas". Y analiza con concreción sus cualidades de hace tres años: "Era rápido gestualmente. Con los pies parados te hacía una finta. Y era un jugador estable".
"En los partidos reducidos su comportamiento era increíble, flotaba, nunca veías que le salía por la actitud, todo era fácil, natural, no se dejaba la vida en las jugadas"
Exasistente del Cadete del BarçaTambién se midió a él Iván Lamuela, que jugó la pasada temporada en el Gavà. "Nos hemos enfrentado varias veces, desde pequeño se notaba su cambio de ritmo y su habilidad con el balón. Ya se le veía desde categorías inferiores que podía llegar a lo más alto. Tenías que tener mucha paciencia para defenderle y sobre todo no entrarle de golpe porque si no te dejaba en el suelo", recuerda, aunque también le asombra que haya llegado tan rápido a la élite.
Un imán para los servicios de scouting
No solo para los jugadores ha sido un impacto tremendo, sino también para los entrenadores. Seguro que muchos se pueden sentir identificados con Parcerises, ahora en el Gimnàstic Manresa, quien le hizo un scouting, con vídeos de sus mejores acciones, para intentar frenarlo. Era cadete. Unos vídeos que ya ha borrado porque no le dio tanta importancia. Y, ahora, claro "me arrepiento". "Jugamos hace poco más de un año y en los días previos hice unos cortes para que el defensor supiera cuál era la mejor forma de defender. En la primera jugada, nuestro defensor fue a quitarle el balón con una ayuda y Lamine solo con el control ya se fue de los dos. Pasó por al lado de nuestro banquillo y quedé alucinado con la velocidad a la que hacía todo. Era cadete y ya competía en División de Honor de juveniles. Era un crack, su aura era diferente".
También fue un shock para Cristian Rueda, que ya empezaba a vislumbrar que Lamine estaba llamando a la puerta de la elite. "Yo me enfrenté a él con el Sant Andreu cuando era cadete de primer año Sant Andreu. Llegamos a la final de la Copa Catalunya. El hombre a marcar era él. En esa final destacó muchísimo: hizo un pase milimétrico, en un gol regateó al portero", recuerda Rueda, quien considera que el gran cambio lo dio hace dos años: "Al principio no destacaba tanto y no jugaba tanto de titular, pero luego ya fue determinante. Nadie se esperaba este crecimiento. Todos veíamos que su crecimiento no era normal, sobre todo cuando de primer año jugaba en el Juvenil A del Barça y siendo titular y muy destacado, y debutó con el primer equipo".
Al extécnico del Sant Andreu le llama la atención un aspecto de su juego, que destacó recientemente en Relevo Landon Donovan, el astro estadounidense. El exjugador dijo que "yo a su edad quería regatear siempre, ir hacia adelante; él es muy maduro, se frena, juega, y decide en cada momento el ritmo adecuado". A Rueda le sugiere lo mismo: "Lo que más destaco es que se equivoca muy poco. Lo que más cuesta, y para eso se necesitan años de madurez, es saber lo que se debe hacer y lo que no. Y él pierde muy pocos balones, tanto filtrados como regates, pero no es porque no se atreva. La personalidad que tiene no es normal. Afronta los partidos como si tuviera 26 años, como si llevase toda la vida jugando a fútbol profesional", añade.
"La personalidad que tiene no es normal"
Extécnico del Sant AndreuSergi Runge encuentra una explicación, más allá de su única y genuina personalidad, al estilo de juego de Lamine. Y es La Masia. "Lamine ya empezaba a ser consciente de que era mejor que el promedio. Pero no era arrogante. Tenía un sentido colectivo muy bueno. Es lo mejor que vi en la cantera del Barça, el sentido colectivo del juego. Lo maman. Ninguno está nervioso por destacar. Jugar bien es jugar con los demás, y eso Lamine lo tiene muy interiorizado", recalcó.
No se encuentra una progresión así en el mundo del fútbol. Lamine, hace dos años, estaba jugando en categoría cadete con adolescentes que ahora han dejado el fútbol, otros que han visto reducidas sus categorías u otros que pelean por alcanzar la elite del fútbol catalán. Y su rival Lamine jugará en una final de Eurocopa a la que aspira a ser la estrella. Ver para creer.