ESPAÑA - NORUEGA

Odegaard siempre lo tuvo claro, aunque tuviera que buscar un campo en Madrid para entrenar

El ex del Madrid se ha consolidado en el Arsenal y es la gran amenaza de Noruega.

Odegaard, en un calentamiento con el Real Madrid./REUTERS
Odegaard, en un calentamiento con el Real Madrid. REUTERS
Hugo Cerezo

Hugo Cerezo

Solo tiene 24 años. Pero ya es capitán del Arsenal y de la selección de Noruega. Dos brazaletes de peso que su brazo sujeta sin problema porque esa cabeza rubia alberga un profesional que por muy niño prodigio que fuera nunca perdió el norte de donde procede. Martin Odegaard será la gran amenaza de España este sábado en La Rosaleda, en ausencia de su amigo Haaland, con el que comparte su gusto por Marbella.

Odegaard ha encontrado su lugar en el mundo en Londres, Emirates Stadium, después de demasiados cambios, idas y venidas, Castilla, Heerenveen, Vitesse, Real Sociedad, Madrid y Arsenal, este último trayecto repetido en medio año, porque Martin se marchó cedido a los gunners en enero del 20, regresó al Madrid en verano y cuando todo apuntaba a que se quedaría, temporada 21-22, en agosto regresó al Arsenal.

Odegaard siempre reivindicó que su marcha no fue como se contó desde el prisma del Madrid. Se trasladó que el noruego esperaba un cartel de titular asegurado y que cuando Ancelotti le trasladó que había ocho jugadores en su posición optó por la salida. "Estos días se habla mucho sobre mí y mis motivos para salir. Solo quiero decir que casi todo lo que están diciendo no es la verdad. Es una pena que la prensa digan cosas que no son ciertas, porque mucha gente piensa sinceramente que es así". Su versión es que poco menos el club le invitó a salir. En vez de apostar por él y darle confianza, se le mostró la puerta de salida.

Odegaard y Cristiano, en un partido con el Madrid. REUTERS
Odegaard y Cristiano, en un partido con el Madrid. REUTERS

Pero más allá del relato, Odegaard nunca tuvo reproches para el Madrid. Quizás le extrañó que cuando estaba en las inferiores y pidió un campo para entrenarse por las tardes, no se le habilitó. Martin quería mejorar y realizar trabajo individual en césped en su etapa en el filial, así que se tuvo que buscar otras instalaciones fuera de Valdebebas ante la negativa del club. Una muestra del comportamiento profesional que el jugador ya seguía siendo aún menor de edad.

A pesar de las momentos en los que estuvo en dinámica de primer equipo, con Zidane en el primer tramo de la 19-20 y con Ancelotti en la pretemporada 2021, nunca se dieron las circunstancias para que explotara. Ni el club le generó el contexto adecuado ni él logró revertirlo ni ambos tuvieron la paciencia necesaria, así que sin traumas optó por irse al Arsenal con Arteta. El Madrid ingresó 35 millones de euros. Él se liberó.

Odegaard fue una de las primeras apuestas del Madrid en esta política de fichar talento jovencísimo antes de la eclosión. Su presente da la razón a aquella apuesta, por mucho que no acabara de triunfar de blanco. Llegó con 16 años después de una tournee que le llevó por las ciudades deportivas de todos los grandes de Europa. Ese tratamiento de estrella para nada le afectó. Su educación y profesionalidad no sufrieron merma alguna. Sus ojos azules registraban todo lo que observaban. A veces se quedaba mirando los entrenamientos de los mayores.

Mariano, Hazard y Odegaard, en un partido con el Madrid. REUTERS
Mariano, Hazard y Odegaard, en un partido con el Madrid. REUTERS

Vive por y para ser futbolista. Desde la adolescencia se ha cuidado como un profesional. Hábitos de alimentación, sueño, prevención, trabajo complementario… En los últimos años se ha preparado tanto en Sierra Nevada como en el Marbella Football Center, asistido por su preparador físico personal, Bernardo Requena, ex de Madrid, Sevilla o Athletic y las manos que también velan por Sergio Ramos. Pero Martin entiende modo no solo lo que tiene que ver con la esfera puramente deportiva. Su comportamiento también es ejemplar en la representatividad de su figura y su club. Autógrafos, fotos, el trato con los trabajadores…