EUROCOPA | ALEMANIA-ESCOCIA

Kroos y los motivos para creer que los batacazos de Alemania son historia

El equipo de Nagelsmann tiene razones para ser optimista.

Kroos, durante un partido con la selección de Alemania. /REUTERS
Kroos, durante un partido con la selección de Alemania. REUTERS
Albert Blaya

Albert Blaya

Cuando el talento emerge, uno solo tiene que abrir la puerta y dejarse sorprender. Alemania no solo será la anfitriona de esta Eurocopa, que arranca hoy, sino que contará con una oportunidad fantástica para demostrar que por fin, tras años deambulando por un páramo, está preparada para hacer justicia a su pasado y a un presente que parece encajar bajo el manto elegante de Toni Kroos y la magia irreverente de Florian Wirtz y Jamal Musiala, que coincidirán por primera vez en un gran torneo con la Mannschaft. Liderada por Julian Nagelsmann, Alemania tiene muchos motivos para ser optimista con la Eurocopa, sobre todo porque parece estar todo donde toca.

Normalmente, un buen equipo lo es desde el momento en que se percibe como tal. Y eso sucede cuando la comunicación es clara y los objetivos, compartidos por todo el mundo. "Con la llegada de Nagelsmann todos tenemos claro nuestro rol, ha estructurado al equipo y estamos muy bien", explicó en el diaro Spiegel. El técnico alemán ha construido a un equipo en el que titulares y suplentes saben qué espacio ocupan, delimitando unas fronteras que en las selecciones suelen ser difusas, y desde ahí el equipo ha crecido, sobre todo a partir de marzo, cuando la llegada de Toni Kroos permitió al resto expresarse en armonía.

Un retorno que lo equilibra todo

"Kroos es el jugador que prepara al equipo para dar el último pase. El que facilita que ese último pase sea mucho más sencillo para su compañero. Es un honor compartir este torneo con él", comentaba Ilkay Gündogan en la víspera del Alemania - Escocia. Nagelsmann ha sido muy hábil, y le ha dado al recién retirado futbolista del Real Madrid el espacio y rol que tenía en su equipo, un trampolín en la base de la jugada que desplaza al lateral hacia zonas altas y que invita al rival a presionar, abriendo de este modo un espacio suculento sobre el que firmar sus mejores líneas. Con Wirtz, Musiala, Gündogan y Havertz como receptores entre líneas, el miedo a una recepción interior se dispara de forma atómica.

Kroos como tercer central, en una posición que copia del Real Madrid.  WYSCOUT
Kroos como tercer central, en una posición que copia del Real Madrid. WYSCOUT
Gündogan filtra para Andrich para encontrarle a la espalda de la doble punta.  WYSCOUT
Gündogan filtra para Andrich para encontrarle a la espalda de la doble punta. WYSCOUT

Las selecciones deben beber de las inercias de los clubes, no copiar, pero sí tratar de reacondicionar contextos en los que el jugador pueda destaparse. Y con Kroos ha sucedido de una forma natural, otorgándole el espacio cenital en la base, permitiendo que reciba entre centrales, o como falso lateral, jugando con el delantero rival para forzar saltos demasiado largos o, en su defecto, para encontrar al futbolista alejado. Con esta premisa, Alemania ha mejorado indudablemente su circulación, más limpia y dinámica, sin la necesidad de retrasar a Gündogan a la base, lo que sucedió en el Mundial de Catar, facilitando de esta forma que tanto Wirtz como Musiala, que disfrutan moviéndose por zonas parecidas, disfruten de Ilkay como guía en tres cuartos.

Musiala y Wirtz, la sociedad caníbal

"Yo tengo que adaptar mi juego al suyo y no al revés. Si Flo esprinta hacia la izquiera no puedo hacer lo mismo, tengo que encontrar otra manera de generar el espacio. Mi trabajo consiste en reconocer sus movimientos (Wirtz y Musiala) y adaptarme a ellos, dejarles hacer su magia. Me adapto porque podemos tener éxito", reconocía Gündo en Spiegel, dando muestras de su templanza y lectura táctica, y de una capacidad analítica y resolutiva que avalan su pasado con Guardiola. Nagelsmann ha alejado a Kimmich del centro del campo, aprovechando su dinámica en el Bayern como lateral, y permitiendo que entre Andrich al lado de Kroos, menos invasivo y de juego más sencillo, en un movimiento definitivo para adelantar a Gündo a la mediapunta y rodearlo de Wirtz y Musiala. Y allí, con tantísimo talento, cristaliza la idea de Julian.

Alemania tiene, probablemente, a los dos atacantes más capacitados para generar ventajas en espacios reducidos de toda la Eurocopa. Los más dinámicos cuando se agota el tiempo y los más creativos cuando las piernas se juntan y toca pensar rápido. Partiendo de un 4-2-3-1, Wirtz y Musiala nacen en las alas pero finalizan dentro, que es donde sucede lo realmente importante, y Nagelsmann ha diseñado un plan para que el ataque no cortocircuite y aparente anchura y profundidad. Y Gündogan, que es el mejor leyendo espacios, se encarga de oxigenar los espacios que mueren con el movimiento de ambas estrellas. Y Havertz, que es quien compensa y da espacio para que ambos se relacionen.

Kroos se la pasa a Musiala, que está cerca de Wirtz, con Gündo y Havertz más arriba, en paralelo.  WYSCOUT
Kroos se la pasa a Musiala, que está cerca de Wirtz, con Gündo y Havertz más arriba, en paralelo. WYSCOUT
Havertz se desmarca para recibir el pase de Wirtz.  WYSCOUT
Havertz se desmarca para recibir el pase de Wirtz. WYSCOUT

Se siguen dando situaciones en las que Alemania sufre transiciones dañinas, algo propio de un equipo vertical y que busca juntarse en pocos metros, pero las ha minimizado respecto a la etapa de Flick precisamente porque Nagelsmann cuenta, sencillamente, con mejores futbolistas. Tanto Kroos para ordenar y templar los ánimos como Wirtz y Musiala, que deben leerse como uno solo, para acelerar y dinamitar sistemas, Alemania cuenta con dos sociedades que no tenía, que no solo mejoran sustancialmente lo que había, sino que ordenan al resto. Kimmich da equilibrio desde el lateral y Gündo se aleja de las zonas que le exigen más para centrarse en lo que domina.

Lo apuntaba el futbolista azulgrana en la previa y razón no le faltaba: "Es un lujo tener a Toni Kroos con nosotros. Estamos jugando mejor". Al final, el secreto reside en encontrar aquello que el jugador necesita, que muchas veces no es nada más que darle lo que es una evidencia. A Kroos la base, sin matices, y a Gündogan la mediapunta, y entre ambos veteranos, dos torbellinos a los que no se corte el paso. Alemania será anfitriona, y si el fútbol les sonríe, seria candidata en el último baile del mejor centrocampista de este lustro.