"Se puede pronunciar a título personal, pero lo que ha hecho Mbappé es meterse donde no le llaman"
Josean de la Hoz, exfutbolista de la Real Sociedad y uno de los impulsores de aquella icónica imagen de la Ikurriña en el derbi de 1976, elogia la forma, pero no el contenido del mensaje del francés.

Los jugadores del fútbol suelen evitar pronunciarse sobre temas políticos, principalmente, para no generar controversias y así poder mantener una imagen pública neutra. Sin embargo, algunos futbolistas, como recientemente lo han hecho Marcus Thuram y Kylian Mbappé, desafiaron esta tendencia y optaron por expresar libremente sus opiniones políticas. El fútbol español, por ejemplo, cuenta a lo largo de su historia con varios episodios en los que los jugadores dejaron a un lado esa neutralidad para dar a conocer su parecer. Son los casos de Salva Ballesta, Roberto Soldado, Gerard Piqué, Nacho Fernández u Oleguer Presas entre otros.
El hecho de que en esta ocasión haya sido una estrella mundial el que haya dado un paso al frente en este sentido ha generado un debate sobre si es conveniente que los deportistas den a conocer su opinión de una manera pública. Kylian Mbappé no se ha escondido a la hora de hablar de las elecciones francesas, del auge de la extrema derecha y del peligro que supone que Marine Le Pen acabe haciéndose con el poder en su país. La polémica está servida. Menos de 24 horas después de la comparecencia de prensa del nuevo jugador del Real Madrid, Unai Simón, portero de la Selección Española, lanzó un mensaje contrario al del astro francés. "Soy futbolista y los temas políticos hay que dejárselos a otros", significó el guardameta del Athletic, palabras por las que no se ha librado de las críticas por parte de un sector de la afición que estima que los futbolistas deben 'mojarse' más en este sentido.
"Nosotros no somos personas ajenas a las otras personar normales. Lo que pasa es que muchas veces se le da importancia al hecho de que eres un jugador de fútbol y, en este caso, porque se trata de Mbappé, uno de los mejores futbolistas del mundo. Y se le da mucha importancia a lo que ha dicho". Son palabras de Josean de la Hoz, exfutbolista de la Real y protagonista de uno de los episodios más recordados, por su contenido político, que ha tenido lugar sobre un terreno de juego. De la Hoz fue uno de los impulsores de aquella histórica imagen en la que los capitanes de la Real Sociedad y el Athletic Club, Inaxio Kortabarria y José Ángel Iribar respectivamente, saltaron con la ikurriña al recordado campo de Atotxa. Eso sucedió un 5 de diciembre de 1976. Ese derbi pasará a la historia por diversas razones como la goleada (5-0) lograda por la Real o el impresionante tanto marcado por Satrustegi a Iribar pero, sobre todo, por ese hecho extradeportivo con claros tintes políticos.
"Yo, modestamente, lo que creo es que un futbolista sí se puede pronunciar a título personal de lo que él piensa o el criterio político que él tenga. Yo puedo decir que soy nacionalista, de izquierdas, que quiero la independencia de Euskadi y lo que sea. Pero de ahí a llamar a toda una juventud de Francia para que no voten a la extrema derecha y participen y voten a los demás partidos, es meterse donde no le llaman", sostiene el abogado donostiarra, siendo consciente también del momento político que se está viviendo en el panorama actual. "Ya sé que la extrema derecha asusta mucho, tanto en Francia como en Alemania, sobre todo. No queremos volver a las viejas andadas nazis, pero un futbolista… Ya te digo, desde el punto de vista personal, sí, porque es una persona normal más. Puede decir: 'Yo soy tal y cuál, me identifico con estos criterios y mi opinión política es esta', pero de ahí a hacer un llamamiento creo que hay mucha distancia", apostilla.
"Ya sé que la extrema derecha asusta mucho, tanto en Francia como en Alemania, sobre todo. No queremos volver a las viejas andadas nazis, pero de ahí a hacer un llamamiento creo que hay mucha distancia"
Exfutbolista de la Real SociedadEntiende la forma, pero no el contenido. En su opinión, "las personas, cuando nos pronunciamos, lo hacemos desde un punto de vista subjetivo. Yo lo hago desde un punto de vista subjetivo", aclara, siendo consciente también de la situación actual no tiene nada que ver con la que se vivía en aquella época. "Nosotros estábamos en una dictadura franquista y nos identificábamos con unas reivindicaciones. Querías democracia, pedías libertad, que los derechos de los trabajadores fueran reconocidos…", esgrime De la Hoz. "Que uno declare lo que piensa en una entrevista, me parece muy bien, porque es una persona más. Él se puede pronunciar, pero de ahí a hacer una llamada a toda una juventud, a todo un pueblo diciendo que: 'Yo quiero que votéis a…'. Pues eso no lo veo", deja claro.
Echa la vista atrás en el tiempo y recuerda aquel acto "con mucha nostalgia". Han pasado más de 40 años. "Ya no somos lo que éramos", lamenta. "Eso valió como un fuerte revulsivo. Entonces estábamos en una fase política dictatorial. La ikurriña, que yo la entiendo como nuestro símbolo nacional vasco, es lo que defendíamos los jugadores. Fuimos reivindicativos porque en aquel momento estaba prohibido, estaba ilegalizada. De hecho, ese acto valió para que unos días después, el Día de San Sebastián, fuera legalizada la ikurriña. Lo que hicimos valió para algo", reivindica.
"Fuimos reivindicativos porque en aquel momento estaba prohibido, estaba ilegalizada. De hecho, ese acto valió para que unos días después, el Día de San Sebastián, fuera legalizada la ikurriña"
Exfutbolista de la Real Sociedad"Todo se gestó muy clandestinamente", recuerda. "Fue un acto que solo lo conocían determinadas personas. Muy poca gente, de hecho. El hecho de que fuéramos promulgando por ahí lo que íbamos a hacer, traería como consecuencia que la Policía Nacional, que solía estar en los alrededores del campo, hubiera impedido un acto como ese. Hubieran adoptado las medidas precisas. Fue tan clandestino que al Athletic se le propuso el acto hora y media antes del partido, cuando estaban en su caseta. No tenían ni idea", declara el ex de la Real Sociedad.
Fue el propio De la Hoz el encargado de trasladar la bandera hasta el propio campo de Atotxa. El día 5 de diciembre salió de su casa, en Getaria, con la ikurriña escondida "en el hueco de la rueda de repuesto que iba encajada atrás, bajo el portamaletas" de su Fiat 128 azul para superar los habituales registros policiales que se hacían en los aledaños del estadio txuri-urdin, según explica él mismo. Efectivamente, la policía le paró y registró el coche, pero no llegó a encontrar la bandera. El siguiente paso era meter la ikurriña en Atotxa. No fue demasiado complicado: desde la calle Duque de Mandas, De la Hoz, que aquel día se había quedado fuera de la convocatoria de José Antonio Irulegui, la coló por una ventana que daba al vestuario realista. "Yo ya había advertido a alguien que iba a tocar para pasarles la bandera. Golpeé el cristal, me abrieron y entregué el paquete", rememora.
El siguiente paso también era de los complicados: había que entrar la ikurriña al campo, una acción que "no era fácil, porque en el túnel de salida había guardias y nos la hubieran quitado", señaló De la Hoz en su día en El País. Y, en Futbolistas de izquierdas, el exjugador detalló cómo se llevó a cabo esta parte del plan: "Se la di a Salva Iriarte, que la metió en el campo en la bolsa donde llevábamos el agua y las esponjas". Ya estaba todo listo. "Cuando Kortabarria e Iribar salieron del túnel, salté y me uní a ellos. Iribar y Kortabarria la tomaron y se encaminaron hacia el centro del campo, sosteniéndola", contaba De la Hoz en El País. "Los dos equipos salían en dos filas paralelas. Yo me puse en medio -las piernas de De la Hoz son las que salen por debajo de la ikurriña en la imagen de aquel día-, y caminé con ellos tras la bandera extendida y sujetada por Iribar y Kortabarria", añadía en el libro de Quique Peinado.