EUROCOPA | PORTUGAL - ESLOVENIA

Detrás de la revolución de Eslovenia se esconde Matjaž Kek, "un hombre difícil" que obra milagros

El técnico esloveno tomó el banquillo de la selección tras lograr con el Rijeka una de las mayores gestas del fútbol croata.

Matjaž Kek, seleccionador de Eslovenia. /AFP
Matjaž Kek, seleccionador de Eslovenia. AFP
Miguel Ruiz

Miguel Ruiz

El de Matjaž Kek no es cualquier nombre en Eslovenia. Hoy, tras la inesperada clasificación de los eslovenos a octavos de final, el que pronuncia su nombre está hablando de un auténtico héroe. Eslovenia ha sabido conquistar un terreno desconocido, después de 24 años sin pisar una Eurocopa.

La elección del seleccionador no fue al azar, pues Matjaž Kek ya tenía un nombre en el fútbol esloveno, tras jugar más de 200 partidos como defensa en el NK Maribor. De hecho, ni siquiera era la primera vez de Kek en el banquillo esloveno, pues el técnico tuvo una primera etapa en la selección de 2007 a 2010, con el premio final de poder entrenar a Eslovenia en el Mundial de Sudáfrica. Tras involucrarse unos años antes con la federación eslovena como técnico de las inferiores, tomó el puesto de la selección absoluta.

Esa primera elección de Kek para el cargo fue algo polémica de inicio, por no ser el favorito de parte de la afición. Algo que acabó por dar la razón a quienes le apoyaron, como ahora lo estarán haciendo quienes decidieron ir a buscarlo en 2018 a Rijeka para llevarlo de vuelta a la selección. Ahora, su técnico no sólo ha conseguido mostrar el potencial del combinado de su país de nacimiento, sino que ha logrado reivindicarse en el banquillo nacional después de triunfar como uno de los técnicos más sorprendentes en el fútbol croata.

"Cada generación de jugadores es diferente, pero cada uno de ellos te hace mejor"

Matjaž Kek Seleccionador de Eslovenia

Los pasos que ha dado Kek en su carrera han ido saltando de un lado al otro de la frontera que separa Eslovenia de Croacia. Tras entrenar con éxito al Maribor, donde conseguiría varios títulos nacionales, y pasar por la selección eslovena, decidió volver al fútbol de clubes en el Al-Ittihad saudí (hoy célebre por acoger el talento, entre otros, de Benzema). Tras una temporada sin demasiado que celebrar en Arabia Saudí, el esloveno decidió volver a Europa. Y lo haría a lomos de uno de los eternos opositores al dominio capitalino del fútbol de Croacia: el HNK Rijeka.

Creado en 1906, el Rijeka confió sus riendas al esloveno en 2013, tras su vuelta del fútbol saudí y con la esperanza de retomar esa vieja aspiración de romper la hegemonía de Zagreb en el fútbol de élite de Croacia. Desde la creación de la liga en 1992 y hasta la llegada de Kek al club de Rijeka, el Dinamo Zagreb ganó la liga 15 de las 22 temporadas que se jugaron al amparo de la Federación Croata de Fútbol, con una pequeña competencia por parte del Hadjuk Split y del NK Zagreb.

Un cambio de orden con nombre y apellidos

Tras tres temporadas en el cargo y dos títulos ganados en Croacia (Copa y Supercopa), la temporada 2016/17 le daba a Kek argumentos para poder acometer el desafío final. Con un muro como Andrej Prskalo en la portería y varios jugones como Franko Andrijasevic, Filip Bradaric, Mario Gavranović o Alexander Gorgon, el Rijeka de Kek se impuso en la HNL 2016/17 al Dinamo Zagreb, que fue segundo clasificado con sólo dos puntos de diferencia. Según algunos de sus jugadores en el Rijeka, Kek fue "un hombre difícil", pero al mismo tiempo y para muchos, fue "el mejor entrenador" con el que habían trabajado.

Ese paso fundamental por Rijeka no sólo hizo crecer el nombre de Kek como entrenador, sino que pudo cambiar el orden natural de las cosas en el fútbol croata. En su tiempo como entrenador del club croata, logró una Supercopa, tres Copas nacionales, una Atlantic Cup y la célebre liga de la 2016/17. Un título que rompió la hegemonía del Dinamo Zagreb, que duraba, ininterrumpidamente, desde el año 2006. Un hito que marcó claramente un antes y un después en la historia del club croata, pero también en la relevancia de Kek como símbolo de Eslovenia y de su fútbol.

Eslovenia sorprende y Croacia decepciona

"Mi objetivo es llevarnos a las grandes competiciones", dijo Kek en su segunda presentación como seleccionador en Eslovenia. Y su objetivo vivirá un nuevo capítulo en el partido que los enfrentará a Portugal en la Euro 2024. Ante Cristiano Ronaldo y los suyos, el combinado esloveno tendrá una dura prueba que podría volver a auparlos aún más en la sensación de ser una de las grandes revelaciones del torneo. Y todo gracias a la decisión de poner a un ídolo nacional a lomos de otra nueva camada de buenos jugadores que dirigir a la victoria en otro gran torneo internacional. Algo que precisamente a Dalić, en Croacia, le ha costado especialmente.

"Quizá no fui siempre justo con todos los jugadores, pero es que nunca quieren y alguien tiene que ser suplente. Y a todos les gusta ir al banco a cobrar"

Matjaž Kek Seleccionador de Eslovenia

La selección croata ha sido una de las caídas en combate en la fase de grupos. Más allá de la mala suerte, Zlatko Dalić ha contado con algunas de las grandes estrellas que hace unos años sorprendían con su rendimiento en los mundiales de 2018 y 2022. Dentro del combinado nacional croata, como viene a ser costumbre, mayoría de jugadores formados en las categorías inferiores precisamente del Dinamo Zagreb, que ha alimentado en los últimos tiempos los éxitos de la selección ajedrezada. El éxito del club era el de la selección y aún hoy ha ido conquistando etapas gracias a la superioridad del Dinamo en el fútbol croata y a su magnífica hornada de talentos.

Aunque más reposadamente y con elementos menos diferenciales en el combinado nacional que los Modric, Perisic o Kovacic que ya encaran el ocaso, apariciones como las de Borna Sosa, Martin Baturina, Dominik Livaković o Luka Sučić parecen acompañar la idea de que Croacia debe dar un paso adelante en cuanto a juventud y búsqueda de nuevos líderes. La Eurocopa de Alemania parecía poder cumplir con las condiciones para ser ese punto de partida a los nuevos héroes, pero la decisión de Dalić orienta ya al final de su contrato (firmó hasta 2026) el necesario cambio de guardia.