La noche más cruel para Modric acaba con una incógnita: "A ver qué decisión tomo..."

La vida puede dar muchas vueltas en muy poco tiempo. Incluso en un minuto, sino que se lo digan a Luka Modric. El centrocampista del Real Madrid vivió una montaña rusa. De la decepción más absoluta a la euforia, con llanto, que permitía a su nación estar clasificada para los octavos de final de la Eurocopa.... para acabar entre lágrimas con el gol de Italia.

La alegría le visitó durante el minuto 53. Budimir, delantero de Osasuna, ejecutó un disparo en el área que se estrelló contra la mano de Frattesi. El colegiado del encuentro, Danny Makkelie, recibió la llamada del VAR y tras revisar la acción en la pantalla del Red Bull Arena señaló los 11 metros.

El encargado sería Luka Modric. El jugador más veterano de la plantilla, por sus galones, cogió la responsabilidad de un lanzamiento que podía colocar a la selección dirigida por Zlatko Dalić en los octavos de final. La presión era máxima para un Luka que no está teniendo su mejor desempeño en esta Eurocopa. Donnarumma se hizo gigante y detuvo el lanzamiento del centrocampista del Real Madrid en el 53:43.

Amargura total. Un fallo que podía condenar a los croatas a la eliminación en la fase de grupos. Pero si de alguien no se debe dudar nunca es de Luka Modric. La siguiente acción, tras un gran remate nuevamente de Budimir, tuvo como nexo común otra gran intervención del guardameta del París Saint-Germain. Lo que no sabía el portero transalpino es que merodeaba por el área un pillo centrocampista de los Balcanes.

Modric acudió el primero al rechace y convirtió el tanto inicial del partido en el 54:16, 33 segundos después de su error. Un gol de fe que puede valer una clasificación para la siguiente ronda. Un tanto que gritó todo un país y emocionó a Luka. El jugador del Madrid se tumbó en el césped con sus manos tapando su rostro. La presión por ganar con tu país es infinitamente mayor a algo conocido y Modric lo sabe. Por ello su cara se convirtió en un mar de lágrimas. El minuto 80 marcaría su último instante en el terreno de juego. El césped lo abandonó entre aplausos como una leyenda de tal calibre merece.

Además, el gol le permitió entrar en la historia de la Eurocopa. Con 38 años y 289 días, el croata se convirtió en el jugador más longevo en conseguir un tanto en el torneo europeo. Dejó a un lado el anterior récord establecido por Ivica Vastic (38 años y 257 días).

Una alegría que no fue completa. Una arrancada de Ricardo Calafiori, la principal revelación de Italia en esta Eurocopa, originó la desgracia. El central del Bolonia encontró en el costado izquierdo a Zaccagni. El delantero de la Lazio realizó una definición magistral. Alegría inmensa del sector transalpino, mientras que Croacia y Modric enmudecieron en el estadio. Sólo un milagro les metería en octavos. Los balcánicos acabaron abatidos. El estado emocional del vestuario lo reflejó Modric, cuando recibió el premio MVP del encuentro. El madridista posó con el galardón visiblemente afectado y con los ojos húmedos.

"No sé qué decirte, el fútbol a veces es cruel, se volvió a demostrar, pero bueno, lo que hay es lo que hay. No merecíamos este gol, no sé de dónde sacó el árbitro ocho minutos para prolongar. Sé que no es un consuelo, el fútbol es cruel, se ha demostrado", declaró el centrocampista. Preguntado por si este ha sido su último partido con la selección si se confirma la eliminación, zanjó: "Ya veremos, hoy no estamos para estas historias". Sin embargo, en Teledeporte sí abundó más sobre el asunto: "Hay que descansar y a ver qué pasa en el futuro, qué decisión tomo. Tengo que verlo conmigo mismo, con la familia, con la gente que me rodea. Es difícil, amo Croacia, me encanta y amo jugar con la selección, pero vamos a ver. No te puedo decir nada".