Tchouameni toma el mando de la selección francesa y opaca a Mbappé

Francia volvía al Stade de France con Mbappé como capitán. Contra Irlanda, como aquella noche de la mano de Henry para clasificar al Mundial 2010, pero en situaciones totalmente diferentes, con un equipo subcampeón del mundo y con la gran estrella (con permiso de Messi y Cristiano) del fútbol mundial de su lado.

Las banderas ondeaban en las gradas del estadio nacional y en las bandas ondeaban Mbappé y Dembélé, los dos extremos del PSG. El hombre del verano, aún sin haber salido del club parisino, volvía a ser la gran figura tras comenzar a jugar con los de Luis Enrique y ahora en la selección fue Deschamps el que alejó todo tipo de dudas sobre su importancia en el grupo.

Pero más allá de Mbappé, otro de los nombres importantes (y cada vez más) de esta selección es Griezmann. El del Atlético de Madrid es el hombre por el que pasan todas las jugadas de ataque, el enlace entre el centro del campo y los delanteros. A la Francia de Deschamps le cuesta generar juego, pero cuando el colchonero actúa, todo mejora.

El que parece que lleva jugando con 'Les Blues' durante una década es el futbolista del Real Madrid, que abrió el partido con un derechazo tremendo desde el borde del área. El centrocampista compartió doble pivote con Rabiot, mientras que Griezmann caía para crear superioridad siempre que podía.

En el primer tiempo, Giroud tuvo que retirarse tocado del terreno de juego y en su lugar entró Marcus Thuram. El jugador del Inter de Milán, que comenzó muy bien la temporada, siguió con la buena racha con su selección y marcó el segundo gol del partido tras un rechazo dentro del área. El hijo del mítico central francés quiere ganarse ser la alternativa real al futbolista del Milan, que ya es uno de los veteranos del equipo.

A pesar de la ventaja en el marcador, Deschamps estuvo muy activo durante todo el encuentro. El técnico de la selección subcampeona del mundo daba indicaciones desde la banda a sus jugadores, que no dejaban de buscar el tercer tanto del partido mientras Irlanda se refugiaba en su área para intentar contener a los delanteros del equipo francés.

Sobre el final del partido, Deschamps daba descanso a Koundé y Griezmann y por ellos entraron Pavard, fichaje del Inter, y Camavinga, el otro madridista de la plantilla. El entrenador no les daba muchos minutos pero son dos jugadores que podrían ser titulares perfectamente en el equipo.

Francia vencía con autoridad y lidera el grupo B por delante de países Bajos con 15 puntos, contando sus cinco encuentros con pleno de victorias, con once goles a favor y cero en contra.