La vida de altibajos de Willy Sagnol que puede acabar con un monumento en Tbilisi: "Ahora Georgia está unida"
Jugadores y periodistas analizan su trayectoria, desde su exitoso paso por el Girondins hasta su recorrido por el país para encontrar a los mejores jugadores georgianos.
Velbert (Alemania) -. "Estoy harto, todos los días me insultan algunos idiotas". Willy Sagnol (Saint Etienne, 1977) se revolvió antes del partido contra Portugal sobre las críticas recibidas. Ese tercer enfrentamiento en la fase de grupos de la Eurocopa supuso un antes y un después. La vida de los entrenadores es así de injusta. "Podemos idolatrar a alguien y luego maldecirlo sin motivo alguno. No sé qué pasará mañana, pero ahora mismo los georgianos están dispuestos a erigir un monumento a Sagnol", confiesa un periodista georgiano. Y define la realidad de la carrera del francés, un ir y venir de rachas y de emociones. Ahora está en lo alto de la montaña, cambiando la historia de un país que partía de la nada.
¿Pero cuál es su punto de partida? Como futbolista, una carrera inconmensurable rematada en el Bayern de Múnich. Champions League, Bundesliga, Copas… pero como técnico empezó a formarse en el fútbol base de la Federación francesa. Y su gran oportunidad, de forma sorpresiva, llegaría con un histórico de la Ligue 1, al Girondins de Burdeos en la temporada 14/15. Un hombre pragmático, que aplicaba ideas como poner cámaras en los entrenamientos, pero que fundamentó su estilo en complicarse poco la vida. "A mi me ponía en el lugar indicado. Supo potenciarme mucho más dándome esa confianza, rodeándome bien y poniéndome en la posición que realmente necesitaba jugar", nos cuenta Diego Rolán, delantero uruguayo que jugó temporada y media con el técnico francés.
Diego, cuando ve los partidos de Georgia, reconoce características similares a las de aquel Girondins que acabó sexto en Ligue1. "Tiene un planteamiento similar, sobre todo en la actitud, a la hora de presionar", recuerda. Aunque el sistema es diferente, Sagnol basa su éxito en sistemas que estén "bien ordenados", pero siempre garantizando "la libertad del futbolista" cuando tiene la pelota. En Francia jugó con un 4-3-1-2 dando espacio y campo a los dos más adelantados, por entonces Diabaté y Rolán. Este ligero resumen recuerda a lo que estamos viendo con Kvaratskhelia y Mikautadze, los dos genios georgianos que vuelan en las contras.
El único partido con el Bayern
Su siguiente gran paso fue el Bayern, su casa. Esperaba vivir ese ambiente familiar que sintió cuando era futbolista. Y no se encontró lo mismo. Estuvo a las órdenes de Carlo Ancelotti, como segundo entrenador. Como buen lateral, muchos esperaban que fuese un gran 'marcador' del italiano, pero en realidad se postró a sus decisiones y se mostró fiel. Pero la etapa de Carletto acabó con una destitución en octubre. La directiva miró hacia Sagnol para que asumiera el cargo, al menos, en el siguiente partido contra el Hertha de Berlín
Un partido que acabó 2-2 y que supuso el punto y final en su relación: "De repente ya no me necesitaban. Eso me dolió", confesó en Sport Bild. Sí, Sagnol fue apartado por Jupp Heynckes. No le devolvieron el puesto de segundo, pero sí un cargo en el club. Él no lo aceptó. "Cómo sucedió, ya no era el FC Bayern que conocía", explicó. Aunque mantuvo contrato hasta 2019, pero fuera de los banquillos.
“Has fracasado como entrenador”.
"Los críticos dicen que has fracaso como entrenador". Fue una pregunta recurrente que los periodistas lanzaban a Willy Sagnol. Otro ejemplo más de que ser bueno como futbolista no significa que apliques igual como técnico. De 2019 a 2021, poco se pudo saber sobre él. Razones no le faltaban. Manteniendo su residencia en Burdeos, ciudad que le encanta, quiso quedarse cerca de su familia debido a una enfermedad genética que padecía uno de sus hijos. "Ahora estoy bien y tengo ganas de mi próximo proyecto", reveló en 2020 a Sport1.
⏪⏪ 21.02.21 ვილი სანიოლის პირველი ინტერვიუ ეროვნული ნაკრების მთავარი მწვრთნელის რანგში 🇬🇪
— Georgia • GFF (@GeorgiaGff) March 31, 2024
⏪⏪ 21/2/21 - A snippet taken from Willy Sagnol's first interview as national team head coach! 🇬🇪 #GFF #საქართველოსთვის pic.twitter.com/8dKuxnxBo2
Pocas personas de fútbol hablan mal de Willy Sagnol, de ahí que fuera fácil que la influencia le llevase a conseguir un nuevo trabajo. Dos personas se acordaron de él. Levan Kobiashvili, presidente de la Federación de Georgia y exjugador del Schalke, junto a Aleksandr Iashvili, exdelantero del Friburgo le ofrecieron lo que para él fue una oferta irreachazable. Querían mejorar su ranking, asentar una base y, sobre todo, clasificar para un gran torneo. El primer objetivo fue el Mundial de Catar, pero no hubo margen. Sí para la Eurocopa.
Unir a una generación dorada
Para asentar una base sólida, Sagnol tuvo que conocer el fútbol georgiano. "No tenía ni idea", confesó. De ahí que se recorriera el país con su staff para ojear a lo mejor y lo más destacable. Y en sus rincones, encontró oro, una de las mejores. "Algunos dicen que tiene suerte de trabajar con la generación más talentosa de nuestros jugadores, pero no estoy de acuerdo. Ha habido varias generaciones de futbolistas georgianos talentosas, pero no lograron tanto éxito a nivel de selección nacional. Quizás no estaban unidos. Ahora vemos esta unidad y Willy ha hecho una contribución significativa a ella", explica Besarion.
Eso sí, su llegada generó escepticismo por su falta de experiencia, sobre todo en la prensa. Aunque Sagnol no rehuyó ni las críticas ni las preguntas. Asume las responsabilidades, como el 7-1 contra España. "Es un entrenador audaz y ambicioso. No le teme a los experimentos y no elude la responsabilidad. Asumió completamente esta derrota y liberó a los jugadores de la presión psicológica". En resumen, quitar presión a los jugadores y cerrar filas. Lo importante es mantenerse unido, incluso cuando le acusan de tener influencias políticas.
Esta es la gran obra de Willy Sagnol. Ahora está en lo alto de la montaña independientemente del resultado del domingo contra España. Ellos ya han ganado su Eurocopa. Y Sagnol su esperado reconocimiento.