EUROCOPA

La vida de 'Isabel Aaiún' y su 'Potra Salvaje' desde su pueblo de 200 habitantes: "No hablamos de la Euro ni de España"

Relevo viaja a Veganzones y vive el éxito de la canción favorita en el vestuario de la Selección con su tío, sus vecinos y sus caballos.

Jorge Peiró
Salvador Fenoll

Jorge Peiró y Salvador Fenoll

"Isa, ¡corre, entra a firmar, que hay más!". Es lo que más grita últimamente Pinar. Pocas palabras le hacen falta a esta vecina de Veganzones, un pequeño pueblo segoviano a hora y media de Madrid, para desgañitarse por culpa del fenómeno Isabel Aaiún. En su bar Hernando, los discos de la ídolo local y de la Selección vuelan. A pesar de contar con solo 200 habitantes, la propietaria del único local de esta localidad del centro de la provincia se harta de pedir a la cantante que entre a dedicar discos, pósters o cualquier invención de Pinar.

Relevo ha viajado en busca de la Potra Salvaje y ha estado con su tío, sus vecinos y hasta con sus caballos, su pasión. Si la propietaria del bar de Veganzones llama a Isabel Aaiún a grito pelado es porque la cantante sigue muy arraigada a sus orígenes. Le ha cambiado la vida pero sigue viviendo sola en su casa, se graba TikToks presumiendo de la canción del momento por sus calles y sigue adorando a sus caballos como hacía de pequeña.

"Con ella no hablamos de la Euro ni de España, hablamos de lo de siempre y de lo cotidiano", explica Goyo, propietario del bar Hernando y marido de Pinar. Tras servir un par de cafés con leche, abre YouTube en su teléfono para poner a todo volumen el videoclip más viral del país. "Yo estuve trabajando en esa huerta", dice al ver una escena. Se le cae la baba al hablar sobre ella.

Los vecinos, contemplando el videoclip de 'Potra Salvaje'.
Los vecinos, contemplando el videoclip de 'Potra Salvaje'.

"¿No la conoces a esa?", le dispara a un vecino al que, cuando le enseña el videoclip de Potra Salvaje, sí reconoce la sintonía de Aaiún. "No la pilláis por unas horas, ayer estuvo aquí con nosotros, yo veo a Isa como siempre, no ha cambiado nada, estamos súper orgullosos de ella", explica su tío José Mari, súper ilusionado con el idilio de su sobrina y la Eurocopa. La cantante empezó viviendo en Madrid, donde reside su madre, pero quedó cautivada tras sus periodos de vacaciones en el pueblo y se terminó quedando a vivir.

"Si fuera por ella se subiría a cantar y bailar a cualquier orquesta de las mías pero no le dejan", relata un tímido vecino que huye del bar nada más ver el trípode y la cámara. Su sentir es de orgullo por la niña a la que han visto crecer aunque tampoco sienten que se han situado en el mapa tras el 'boom' de la canción. De hecho, la palabra que más repite la gente es "tranquilidad", dejando claro que es lo mejor que tienen.

Al enterarse de que la canción de su sobrina suena en el autobús y en el vestuario de la Selección, su tío, tan futbolero que se plantó en Kiev en 2012 para disfrutar del último gran torneo de España, desliza que "puede que la inviten a la final a Berlín". Goyo, propietario del bar, repite ese deseo y se viene arriba: "Yo soy el presidente de su club de fans y su tío es como el tesorero".

El gerente del establecimiento, junto a su mujer, piden y piden más discos para que Isabel los firme. "Se agotan enseguida, yo hago de representante improvisada y le grito para que entre al bar a dedicarlos", dice Pinar. Otro vecino que entra a tomar un cortado aporta que "todo ha sido desde que un tío hizo un remix, la canción tiene como dos o tres años". 

Un pueblo orgulloso

Junto al vecino, entra un proveedor de una marca de cervezas que, con su maña, se las ingenia para abrir un póster de tres metros del disco de Isabel, con ella en grande, para colocarlo en una esquina del bar. Lo muestran con la mirada llena de orgullo. Presumen de él aunque se les haya olvidado sacarlo de su embalaje desde que les llegó hace meses: "Eso podía estar ahí puesto desde enero".

Además del póster, en el bar hay varios carteles del disco informando de que no hay billetes para su concierto en el WiZink del mes de octubre. "No sé cuándo salieron pero sé que se agotaron las entradas enseguida, es increíble, ahora todo el mundo escucha la canción. Nos tuvimos que dar prisa en comprar entradas para poder ir a verla a Madrid", explica su tío José Mari.

Caballos de Isabel Aaiún, en Veganzones.
Caballos de Isabel Aaiún, en Veganzones.

Él es el más orgulloso de todos. Entra en TikTok y enseña un vídeo que subió su sobrina por las calles de Veganzones cantando la canción de España en la Eurocopa. Es la manifestación más clara de lo que es la España vaciada. Sobre Potra Salvaje, explica que es una mezcla de "sentimiento de reivindicación" y de "su amor por los caballos desde pequeñita".

"Le han encantado siempre, tiene varios, y la equitación también. De hecho, antes trabajaba domando caballos. Cuando sus amigos hacían rutas en bici, ella siempre las hacía con su caballo", murmuran en un bar en el que, por supuesto, se ve la Eurocopa. Desde su terraza arranca un paseo de 20 minutos con el sofocante calor segoviano hasta la parcela de Aaiún, donde sus queridos caballos se refugian en la sombra.

"Es increíble que pueda ser la canción de la cuarta Eurocopa"

De camino por el silencioso Veganzones, el tío señala algunos puntos donde se han grabado algunos de los videoclips de los éxitos de la cantante de 37 años. A mitad de paseo, es cauto cuando se le sugiere que se ponga una calle con el nombre de su sobrina o se la proponga para dar el pregón en las fiestas de este verano: "Pues también es verdad, no había caído". Tampoco da crédito que el temazo del momento "pueda ser la canción de la cuarta Eurocopa de España".

La localidad segoviana muta en verano porque familias de los alrededores se mudan temporalmente. Sin llegar a causar alboroto ni romper su característica paz, los niños son protagonistas en esta época del año cuando inundan la gran piscina del pueblo. "Ahora suele venirse mucha gente, algunos a teletrabajar desde que hemos puesto fibra, es que se está muy tranquilo", reconoce José Mari mientras presume de un precioso atardecer en su teléfono.

El fenómeno de la 'Potra Salvaje', además de haber invadido a la Selección, también ha alcanzado los rincones más recónditos. Hasta en un asador de carretera a unos 20 kilómetros del pueblo conocen a la cantante. David, propietario, sabe perfectamente quién es. De hecho, todos la conocen cuando pega un grito nombrándola. Quién no conoce a la Potra Salvaje.