ROMA - ATHLETIC CLUB

El Athletic vuelve al lugar en el que cambió el chip para soñar con la Europa League

Los jugadores rojiblancos se convencieron en Roma de que este grupo podía luchar por el primer título continental de la historia del club.

Paredes celebra el gol del empate en el Olímpico de Roma el pasado mes de septiembre./Athletic Club
Paredes celebra el gol del empate en el Olímpico de Roma el pasado mes de septiembre. Athletic Club
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

El Athletic Club ya está en Roma. La expedición rojiblanca ha partido este miércoles hacia la capital italiana con la principal noticia de la inclusión de Oihan Sancet entre los convocados, que como informamos en Relevo ha acortado plazos de recuperación y estará en el banquillo del Olímpico. Un impulso anímico para un grupo que lleva muchos meses esperando este momento. Las semanas claves del año en las que demostrar que están capacitados para soñar con todo. En el vestuario hay ilusión, muchísima, pero, sobre todo, confianza.

Óscar de Marcos, en su discurso a los compañeros en el que les anunció su retirada a final de temporada, desveló que el verdadero reto de este equipo era levantar el título de la Europa League. Y no eran palabras vacías. No solo el capitán está convencido de que este grupo es el más capacitado de entre todos con los que ha compartido vestuario en estos 16 años. Lo creen en el club, en el cuerpo técnico y, sobre todo, en el vestuario al completo. Quizá hace unos meses no eran tan optimistas, pero este sueño ya rondaba la mente de todos desde el primer día.

Y el primer día fue, también, en Roma. Allí, a las puertas de regresar a Europa más de seis años después de la última participación, los más veteranos se encargaron de convencer a todos. Primero, de lo bonito que era defender este escudo en estadios tan imponentes como el Olímpico. Segundo, de la ilusión que había en Bilbao con esta competición y el ambiente que iban a vivir en cada noche continental. Y, tercero, de que este grupo tenía nivel para soñar con todo, pese a que el mensaje a nivel público fuese el de ir poco a poco y centrarse en superar la fase de liguilla.

Ante el conjunto italiano empezaron nerviosos, pero demostraron en la segunda mitad estar al nivel de uno de los grandes favoritos al título. El empate conseguido, seguido de cinco victorias consecutivas ante AZ Alkmaar, Slavia de Praga, Ludogorets, Elfsborg y Fenerbahce, fue la confirmación de lo que sintieron en las entrañas del estadio romano. Aquella noche había mucha rabia por lo que sucedió con la bengala lanzada por radicales bilbaínos pero también había orgullo y emoción. Se lo creyeron y desde ese día se habla de este sueño en el vestuario rojiblanco.

"Ganar la Europa League sería la guinda. Somos conscientes de la responsabilidad que tenemos, pero sabemos que somos muy buenos, nos lo creemos. Ojalá poder llegar a la final y ganarla", respondió recientemente Nico Williams ante la pregunta de este medio. El extremo, en declaraciones a La Gazzetta dello Sport ha vuelto a demostrar esta ambición, convencido de sus opciones ante una Roma que es el equipo más en forma de la Serie A: "Pasaremos y queremos la final en casa".

Reto aceptado

La confianza de este equipo es tal que en el club se aceptó el sorteo con ambición. Conscientes de que era más sencillo el otro camino del cuadro, pero con la ilusión de que el hecho de enfrentarse a la Roma permite dos encuentros de máximo nivel. Y eso gusta. En la inolvidable Europa League de 2012 se midieron al Manchester United en esta instancia y unas semanas después al potente Schalke 04 de Raúl González, un camino que potenció aún más al equipo. Y ahora creen que pueden repetirlo.

Si alguien cree que los rojiblancos viajan a Roma pensando en conseguir un resultado que mantenga viva la eliminatoria, se confunde. Viajan convencidos de que pueden asaltar el Olímpico de Roma y dar un golpe importante en la eliminatoria. Siempre quedará San Mamés, pero solo se habla de ganar en Roma. Así se sueña con todo.