El Betis se da un festín como anticipo del derbi... y con lesión de Bravo
Los verdiblancos, que sufrieron en el inicio del segundo acto, siguen líderes en la Europa League. Las molestias del chileno ensombrecieron la fiesta de la grada.
![Isco celebra junto a Roca el gol del catalán./EFE](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202311/09/media/cortadas/isco-roca-RuyOZJCciB26lawVN6h77SK-1200x648@Relevo.jpg)
Con sufrimiento, sobre todo en el arranque del segundo acto, el Betis celebró su fiesta previa al derbi. Una finalmente clara victoria ante el correoso Aris Limassol para mantener la primera plaza del grupo en la Europa League y mirar con optimismo a ese duelo del domingo en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Borja Iglesias, 555 minutos después, Aitor Ruibal, Marc Roca y Abde marcaron la diferencia para sumar el quinto triunfo seguido (4-1), aunque no todo fueron alegrías. La molestia en el abductor que sufrió Claudio Bravo, el único portero de la primera plantilla disponible al estar Rui Silva lesionado, silenció por momentos Heliópolis, que aguarda ahora las noticias sobre el chileno ante la cita liguera del domingo en el Ramón Sánchez-Pizjuán.
Pero era día fiesta para la grada. Primero, para recordar la rivalidad con pancartas -Teñir de verde la ciudad se leía en un tifo del Gol Sur- y cánticos; luego para disfrutar de una goleada europea; e incluso la fiesta pudo ser completa si Nabil Fekir hubiera anotado el penalti que le cedió Isco. Se preparaba el francés en la banda para saltar al terreno de juego cuando Al-Hakim, colegiado del encuentro, señalaba tras revisar el VAR una pena máxima sobre Isco. Con la grada coreando el nombre de Fekir, el malagueño le dio la pelota para que lo ejecutase, aunque su disparo lo detuvo Vaná para frustrar al beticismo.
No podría hacer nada el brasileño luego ante Marc Roca, que dejaría sentenciado el partido, pese al gol posterior de Kokorin y ese susto con Bravo. Para redondear la fiesta bética, aparecieron Isco, quien si no, y Abde, que aprovechó un gran pase del malagueño para plantarse ante la portería chipriota y batir a Vaná por debajo de las piernas. Aunque ni alegría de los goles ni los cánticos de la grada rebajaron la preocupación de unos jugadores que fueron corriendo a Bravo para preguntarle su estado físico.
La puesta en escena bética ya había sido positiva, con un Betis dispuesto a encarrilar pronto el partido. Con Rodri muy activo, los verdiblancos apretaron de salida y dispusieron de hasta cinco llegadas claras en apenas diez minutos. Unas veces Vaná, que ya destacó en Limassol, y en otras el desacierto de los atacantes béticos dejaron ese arranque en balas de fogueo. Incluso el conjunto chipriota, una vez capeado el temporal, también enseñó sus escasos recursos con esa tremenda velocidad de Mayambela, Babicka y Gomis. Buscando siempre la espalda de la zaga bética, sobre todo por el costado izquierdo, el Aris pisó el área de Bravo hasta generar cierta inquietud en la grada.
Pero el Betis, sin esa fogosidad inicial, siguió a lo suyo. Con los extremos, Luiz Henrique y Abde, muy abiertos, y con Rodri activándose por dentro. Incluso el mediapunta estuvo a punto de aprovechar un contragolpe para adelantar al conjunto bético, en lo que sería el preludio del 1-0. En una de las arrancadas de Abner, el brasileño puso un buen centro al primer palo para que apareciera Borja Iglesias. Por fin, el Panda mandaba en el área para estrenarse como goleador en esta temporada con una celebración deseada por todos los béticos. El propio Borja dispondría de otra clara ocasión casi de inmediato, pero esta vez, precipitado, su remate se marcharía muy desviado.
La tónica cambió tras el descanso. Un tanto anulado a Bengtsson, que salió tras el intermedio, fue el primer aviso. Se vino arriba el Aris, que dispuso de llegadas a la portería de Bravo. No le gustaba a Pellegrini lo que sucedía sobre el césped y ordenó un triple cambio en el 58'. Isco, Ayoze y Guido al terreno de juego para cambiar el escenario. Y apenas siete minutos tardó el Betis en encarrilar el partido con el gran disparo de Aitor Ruibal. Luego llegarían el penalti errado por Fekir, los goles de Marc Roca y Abde y, sobre todo, la lesión de Bravo, esa única nota negativa de una noche de fiesta pre-derbi en el Villamarín.