El estremecedor relato de la afición de la Real Sociedad tras lo sucedido con los ultras belgas: "He visto a padres subir con sus hijos llorando y temblando de miedo"
Los radicales belgas lanzaron objetos y cristales a una de las gradas del Reale Arena.

En una semana marcada por la sanción a parte de la grada del Atlético de Madrid (cierre parcial del Metropolitano durante tres partidos y una multa de 45.000€) que lanzó mecheros a Courtois en la disputa del derbi madrileño el pasado domingo, los incidentes con radicales vuelvan a estar a la orden del día: en el Real Sociedad - Anderlecht de Europa League, los ultras del equipo belga, ya en el interior del estadio, lanzaron objetos y cristales a una de las gradas del Reale Arena. El rechazo por parte de la hinchada txuri-urdin fue total y el colegiado, alertado por algunos jugadores, decidió detener momentáneamente el envite.
🗣️ David, aficionado de la @RealSociedad, en @partidazocope
— El Partidazo de COPE (@partidazocope) October 3, 2024
🤨 "Hoy en la ciudad nos han enjaulado a nosotros, no a ellos"
😖 "Ya sufrimos algo parecido el día del Benfica en el estadio y parece que le hemos dado barra libre a esta gente"
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Además de lanzar asientos y cristales, los radicales del Anderlecht también dejaron maltrechas las pantallas de plástico duro transparente a la que propinaron sendos golpes hasta derruir algunas zonas. Estos hechos, habituales entre los ultras del cuadro belga que ya protagonizaron una batalla campal en San Mamés en febrero de 2010, han llevado a la afición de la Real Sociedad a alzar la voz y clamar contra lo acontecido anoche en el Reale Arena: "Lo que no es de recibo es que habiendo tantos comités y expertos en violencia y demás se junten y decidan que lo mejor es poner a estos energúmenos en el centro de Donosti. Les ha faltado darles una pulserita para que disfruten de la ciudad. Nos han enjaulado a nosotros, no a ellos. Toda la ciudad está colapsada".
"Nadie me ha sabido decir por qué está decidido dejarles en el centro de la ciudad. Hay muchos sitios cerca, con buenas combinaciones. Nosotros somos una afición ejemplar, siempre hay alguna oveja negra como se suele decir, pero en Niza nos llevan a 10 kilómetros, en París, a las afueras...", continúa David, un aficionado de la Real Sociedad que expuso en la Cadena Cope su experiencia con la afición belga en el encuentro de Europa League. El sentir de la ciudad donostiarra es unánime: máximo rechazo a este tipo de comportamientos y a la violencia, y confusión por la actuación de los diferentes comités y expertos, permitiendo a la hinchada visitante, en su mayoría ultras, campar a sus anchas por el centro de la ciudad, alterando, por ejemplo, el cierre de los colegios de la zona.
"La silla está cortada y es un cuchillo; en el campo han roto el metacrilato"
En el momento en el que los 300 ultras del Anderlecht ingresaron al estadio, el caos fue total: "Han venido disfrutando por el centro de la ciudad, se han venido arriba y en el campo han sido capaces de romper el metacrilato. Ya no es solamente que te pegue la silla, es que la silla está cortada y es un cuchillo". Además, David asegura que "les hemos dado barra libre" y no entiende "nada", pues la ciudad, club, competición y aficionados txuri-urdines conocían de primera mano el modus operandi de estos radicales: "No entiendo las comisiones previas... Se ve en los medios que vienen, que vienen, que vienen [los ultras del Anderlecht]. Te han venido 300 que sabías que venían".
El enfado de Oyarzabal
Mikel Oyarzabal, al término del encuentro, reprochó a los jugadores del Anderlecht que celebrasen el triunfo con los radicales que, previamente, habían lanzado todo tipo de objetos a una grada del Reale Arena en la que había niños, adolescentes y adultos. "No se puede venir al fútbol a hacer el gilipollas como han venido estos imbéciles a pegarse. La imagen que ha dado hoy UEFA como fútbol europeo es una vergüenza", dijo el capitán de la Real Sociedad en zona mixta, visiblemente enfadado por lo acontecido durante el encuentro y, también, después.
Si con esto no se tiene que suspender un partido a mí que me lo expliquen.
— Eneko Picavea (@epicavea) October 3, 2024
Vergonzosos los ultras del Anderlecht pic.twitter.com/na4npjo9P8
En redes sociales el rechazo también fue total: un sinfín de usuarios compartió diferentes vídeos con la afición visitante como protagonista, desde incidentes antes del partido hasta multitud de momentos en el interior del estadio, con los radicales alentando a pelear e incitando a la violencia a la hinchada txuri-urdin. Frases como "si con esto no se tiene que suspender un partido a mí que me lo expliquen", "esto es una vergüenza, que alguien lo pare ya" o "¿dónde está la UEFA cuando hay un problema así?" llenaron X, antiguo Twitter.
"He visto a padres subir a sus hijos llorando y temblando de miedo"
"Yo no he llevado a mi hija al estadio por miedo. Hasta que no muera alguien pues nada. Al árbitro le han insistido que tenía que parar al partido, aunque sea cinco minutos, porque el otro día por cuatro mecheros... porque era un jugador y corría peligro su integridad. He visto a padres subir a sus hijos llorando y temblando de miedo", revive Enrique, otro aficionado realzale que relata lo ocurrido en las gradas del Reale Arena.
La sanción a la que se expone el Anderlecht
Los radicales del Anderlecht, que no cesaron en su lanzamiento de butacas y cristales hasta que intervino la Ertzaintza y detuvo a varios de los 300 desplazados, exponen al club belga a una sanción importante y severa a partes iguales.
A la espera de conocer el proceder de la UEFA, a quien parte de la Real Sociedad reclamó "más mano dura", se espera, al menos, que se castigue al Anderlecht sin el apoyo de sus aficionados en los próximos partidos (en Riga, el siguiente). La misma afición que rompió el metacrilato de las gradas del Reale Arena, arrancó asientos y los lanzó también la lio en el estadio del West Ham hace sólo dos años. Tras lo sucedido en el feudo de los hammers, la multa ascendió a los 50.000€ y se les ordenó disputar dos partidos fuera de casa sin aficionados. Ahora, la UEFA dispone de la oportunidad de condenar la violencia e imponer una sanción mucho mayor.