ROMA - MILAN

Marciniak va al VAR a revisar un penalti y resuelve... ¡en 1 segundo!

El colegiado fue llamado para ver una mano... precedida de otra mano. Un aviso llamativo. Le bastó con ver un frame.

Marciniak revisa la acción en el VAR./
Marciniak revisa la acción en el VAR.
Jonás Pérez

Jonás Pérez

La Europa League y la Conference League han dejado en cada jueves del invierno escenas surrealistas que han alimentado un Multi de lo más emocionante. Pero incluso en las rondas finales se dan escenas nada habituales sobre un campo de fútbol. La del Roma-Milan tampoco se había dado jamás. En una primera mitad cargada de polémica, el árbitro polaco Marciniak acudió al VAR a revisar un posible penalti y resolvió... ¡en 1 segundo! Sí, en un segundo. En literalmente un segundo. Del 40:15 al 40:16. Ver para creer.

La escena, de hecho, no tuvo demasiado sentido. Un balón aéreo llegó a la posición de Giroud y Smalling. Tras varios rebotes al más puro estilo pinball, la pelota acaba impactando en la mano del central de la Roma. Marciniak, en primera instancia, no señaló nada, el juego continuó y entonces sí pitó una falta lateral peligrosa a favor del Milan.

Autorizó a continuación el cambio de Benaccer por Luka Jovic, en busca de darle la vuelta a la eliminatoria y aprovechar la superioridad numérica. Una vez realizada la sustitución, Marciniak no aprobó el lanzamiento de la falta y se echó la mano al oído. El VAR le avisó de que podía haber mano en esa acción de Smalling y fue a la pantalla a verla.

Lo cierto es que el aviso del VAR inquietó a unos y otros. Porque las imágenes, quizás algo confusas en directo pero más claras con repetición de por medio, desvelaban cómo el balón golpeó en la extremidad de Giroud primero y de Smalling después. Dicho de otra forma, lo que debería haber sancionado el colegiado es mano del atacante y no del defensor.

Pero cabe recordar que, en directo, no señaló nada. Por lo que el VAR, dirigido por Kwiatkowski, no debía avisarle, ya que se había equivocado en no indicar mano de Giroud, si bien esa acción no es de protocolo. El titular de la sala VOR, por cierto, fue el mismo del polémico encuentro entre PSG y Newcastle, en el que los parisinos se salvaron por un penalti riguroso en el tiempo de descuento.

Marciniak se acercó a la zona de la pantalla y se encontró con un plano, un frame, una imagen estática. En ella, parecía verse cómo el balón toca en el brazo de Giroud, si bien tampoco resultaba la imagen idónea para salir de dudas en cuestión de segundos. Pues el polaco no tuvo duda alguna. Se acercó. Llegó al monitor en el 40:15 y en el 40:16 ya se había marchado para indicar que no había penalti y que lo que señalaba era una mano favorable a la Roma.

Desde luego, un protocolo muy diferente al habitual que solemos ver en partidos de LaLiga. ¿Alguien recuerda a un árbitro que haya resuelto tan rápido?, ¿alguien recuerda a un árbitro que haya juzgado una jugada sin pedir la acción en dinámica y centrándose en un único frame? No, aunque lo importante es que acertó: efectivamente, la mano era de Giroud. Otro asunto es si acertó el VAR, que llamó al colegiado para una acción que no requería de intervención.

Otra lectura que se puede hacer de una situación que jamás aclararemos es que el VAR, antes de llegar Marciniak a la pantalla, ya le hubiera descrito con detenimiento lo ocurrido y le hubiera avisado de que la captura de pantalla que iba a ver ya aclaraba definitivamente la situación. Si esto hubiera sucedido sí tendría sentido la rápida intervención del colegiado, aunque volvería a lanzar la cuestión: ¿por qué entonces le llamaron?

La roja, también discutida

La otra acción que pudo marcar el destino del partido fue la roja a Celik a la media hora del partido por una dura entrada sobre Leao. En esta ocasión, Marciniak decidió sancionar con cartulina roja directa sin necesidad de revisar la acción en un monitor. Y eso que la repetición no terminó de aclarar qué contacto se había producido y dónde.

La patada de Celik a Leao.
La patada de Celik a Leao.

El futbolista de la Roma pecó de violencia en su movimiento y, afortunadamente, no llegó a impactar bien a Leao porque, de lo contrario, le podría haber provocado una dura lesión. El colegiado sancionó el movimiento y no tanto la dureza de la acción. El portugués se levantó al instante, lo que no restó la más mínima responsabilidad al jugador por su temeridad.