OPINIÓN

Por encima de todo, a Florentino le gusta ganar, pero si fuera jugando como este Barça... mucho mejor

Por encima de todo, a Florentino le gusta ganar, pero si fuera jugando como este Barça... mucho mejor

El debate ha vuelto. ¡Cómo me gusta la discusión sobre el juego puro y duro! Siempre ha sido uno de mis cambios de impresiones preferidos. Para que ser 'repipi' de mis discusiones de cabecera y barra de bar. Los últimos partidos han vuelto a poner de moda una eterna disyuntiva. ¿Quién juega, del verbo jugar, mejor, el Real Madrid o el Barça? Que, normalmente, suelen ganar los dos es algo que todos tenemos asimilado. Unas veces triunfan de una manera y otras de otra.

Hoy se trata de deliberar sobre las sensaciones futbolísticas y, en este terreno, el discurso de las creencias tiene mucho más relato, pero menos recorrido que el de los resultados. El Madrid ha ganado 15 Champions y 36 Ligas. Primero gana y después pregunta. El Barça se ha quedado en cinco y en 27, porque históricamente se ha liado entre el culto por el balón convertido en ADN y la prioridad del triunfo por encima de todo los demás.

Sin discusión. Creo. Que en lo que va de temporada, nada menos que ocho meses, el Barcelona está desarrollando un fútbol más completo, más espectacular en todas sus facetas y que entra más por los ojos de los aficionados, sobre todo de los más imparciales, es algo que no discutiría ni el mismísimo Florentino Pérez si quisiese expresarse al respecto. Que no lo hará nunca jamás, como es su obligación. Pocos aficionados con rango de presidente saben calibrar y valorar el fútbol total que él mamó de la mano de su padre cuando el viejo Chamartín iba camino de convertirse en el Santiago Bernabéu.

Era el Madrid en blanco y negro de Di Stéfano. Pero también el de Gento, Rial, Muñoz, Del Sol, Puskas... Una máquina de jugar al fútbol. Como he sido testigo directo en bastantes ocasiones de cómo Florentino habla con emoción de aquel equipo que manejaba todos los registros del juego: dominaba y contragolpeaba, defendía y atacaba en bloque... puedo escribir sin temor a llevarme ninguna regañina posterior, que me la puedo llevar igualmente, que Pérez admira ahora en silencio la diversidad y multiplicidad futbolística de este Barça de Flink efectivo en defensa, imaginativo en la creación y resolutivo en ataque.

Es cuestión de estilos. Ancelotti salió como pudo en su última comparecencia antes los representantes de los medios cuando le preguntaron por cómo juega el Barça y cómo juega su equipo. Él, todo un centrocampista, tiró del regate en seco del extremo que mete la velocidad de la pausa. "El Barcelona juega muy bonito, el Real Madrid juega un fútbol distinto de mucha calidad". El resto de sus palabras al respecto fueron despejes tampoco propios de un gran volante como lo fue él. Estaría por añadir que a Carlo también le llena más la retina la plasticidad del Barça para defender alto y en bloque; circular a pocos toques; presionar colectivamente arriba y atacar la profundidad..., pero como no me lo ha dicho nunca cara a cara, me lo tendré que ahorrar. Siempre sería una suposición.

En el caso de Florentino, es distinto. Le he escuchado, sin intermediarios, cuál es el estilo futbolístico que le emociona y de ahí su dilatada obsesión por reunir en su nómina los mejores jugadores del mundo-mundíal. "Asencios" y "Mbappés". Extranjeros y españoles. A él, que las tácticas y las pizarras le importan tres bledos y medio, lo que le verdaderamente le importa es rodearse de grandes futbolistas que le guíen a levantar Copas, sobre todo, la 'orejona'.

Su teoría es que con 11 galácticos siempre jugarás mejor que con diez. Con diez mejor que con nueve y así sucesivamente... hasta la victoria final. Deportivamente, no tiene otro objetivo. Aunque no lo diga, en el camino hasta la 'Decimosexta', la 'Trigésimoséptima' y el primer Mundial de clubes le gustaría que su equipo jugara bastante mejor al juego del fútbol y ofreciera una sensación mayor de protagonismo y personalidad en todos y cada uno de los partidos que disputa. No solo en los señalados en blanco en el calendario porque tienen premio... Vamos, que lo que echa de menos es lo que ofrece este Barça de Flick desde hace un tiempo cada vez salta a un terreno de juego.

Cuestión de plantilla no es. No estaría de más, tampoco, que Ancelotti y un puñado de sus jugadores tuvieran presente los gustos futbolísticos de un aficionado convertido en presidente y que pasó del pantalón corto al pantalón largo agarrado a las viejas barras de hierro del antiguo estadio escuchando los chascarrillos de su padre y viendo jugar a Di Stéfano, Gento, Rial, Mateos, Puskas, Del Sol.... Algo de esto, se supone, debe saber o intuir. Y lo que es seguro es que, de haberlo sabido, esta temporada se hubiera quedado en casa en tres de cada cuatro actuaciones de su equipo. Esto tampoco lo puede decir. Otra cuestión es que lo barrunte.