El inesperado camino de Francisco Molinero para ser agente FIFA: "Estaba en el sofá y no me lo podía creer"
El exjugador de Atlético de Madrid, Betis o Sporting trabaja con Antonio López y explica cómo es ser representante.
![Molinero durante un partido de Champions en San Siro. /@molinero15](http://s3.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202502/09/media/cortadas/molinero-milan-RJPPaaDIL8pLPud5uknHb5L-1200x648@Relevo.jpg)
Francisco José Molinero Calderón, más conocido en el mundo del fútbol como Molinero, fue ese estilo de futbolista currante que sabía que no le sobraba nada y que para sobrevivir en el fútbol profesional tenía que trabajar, trabajar y trabajar. Cuando se retiró hace unos años sabía que quería seguir ligado al fútbol, pero su mentalidad no ha cambiado.
Ahora es representante y se patea toda la geografía española para ver jugadores y partidos, demostrando que esta profesión no es fácil a pesar de lo que muchos puedan creer. El exfutbolista atiende a Relevo desde su casa en Murcia para hablar de todo, de su paso por el Atlético de Madrid, por su situación actual y de los problemas que tiene el mundo de la representación.
¿Cómo se convierte un futbolista profesional en agente en tan poco tiempo?
Te cuento mi historia. Yo estaba en el Sporting de Gijón, donde firmé dos años y podía renovar. Estaba en conversaciones para ello, parecía que sí, pero al final no se hizo la renovación. Fue el año del COVID que terminamos la liga más tarde y luego fue el mercado, que acababa más tarde. Yo estaba en esas negociaciones y lo vi tan claro que iba a continuar en el Sporting, estábamos muy bien pero por circunstancias que no voy a entrar en detalles, no se da. Y me veo sin equipo, con el mercado acabado en octubre, me acuerdo perfectamente ese día, estaba en el sofá de casa y dije: 'No me lo puedo creer', como si te viene un tsunami encima.
"Estaba en el sofá de casa y dije: 'No me lo puedo creer'"
Exjugador y Agente FIFANo me creía que estaba sin equipo después de los dos últimos años jugando casi 60 partidos en el fútbol profesional. Sí es verdad que tenía 34 años pero físicamente estaba muy bien. En esa situación me llevé una pequeña decepción. Después de años pico y pala, pico y pala, con un sacrificio enorme, me tocó eso. Ahí fue cuando la cabeza me cambió y me hacía esas preguntas de qué voy a hacer. Yo no quería dejarlo porque hace unos meses estaba compitiendo y ese cambio es complicado para el jugador. Tienes que ir mentalizándote en el proceso pero la manera que me llegó a mí fue complicada. Después en enero fiché por el Murcia, estuve unos meses pero sí es verdad que mi cabeza ya estaba en otro lado, yo quería despedirme jugando, sabiendo que ese iba a ser mi último partido.
¿Cómo fue esa decepción vivida?
Creo que fue un poco de todo. Al final hablas unas cosas con la gente del club, yo tenía todo a falta de la firma para seguir. Y yo me achacho un poco la culpa porque me confié, tuve otras cosas y me llamaron equipos, pero tenía apalabrado todo en un equipo donde era feliz y las demás cosas no las quise valorar. Se juntaron varias cosas y ahora como agente FIFA que soy, desde la perspectiva que lo veo, a un jugador mío en esas circunstancias ya te digo yo que no le pasaría lo mismo. Se miraría todo diferente, hasta que no esté todo bien cerrado y firmado, está todo en el aire. Hay que escuchar todo y saber lo que te puedes encontrar.
¿Cómo y cuándo decidiste que tu camino era ser agente FIFA?
Pues mira, yo tengo el curso de director deportivo hecho y ahora la licencia de agente FIFA, que te la exigen. Yo quería seguir vinculado al fútbol, es mi vida, es mi pasión. La gente que nos hemos vinculado al mundo del fútbol quiere seguir, esa era mi idea. Y yo recuerdo que estaba con la duda de la parte de dirección deportiva o representante. Tema entrenador creo que tienes que vivirlo, eso se siente cuando eres jugador. A mí me gustaba también pero sé lo que conlleva y la exigencia es brutal, tienes que tener esa vena de que te guste, el día a día, irte a otro país, eso conlleva mucho sacrificio. Yo preferí la otra parte, la de representación, que conlleva sacrificios de otra manera.
¿Alguien te ayudó en este camino? ¿Cómo fueron los comienzos?
Pues llamé un día a mi amigo Antonio López, con el que estoy trabajando en su agencia. Fuimos compañeros en el Atlético de Madrid y ha sido como un hermano mayor para mí. Desde que llegué al club, una persona como él, capitán, que me solía decir: 'Juvenil, tú aquí conmigo' y así fue, increíble. El apoyo, el cariño, los consejos. Tuve una llamada con él y súper bien, me estuvo explicando todo, necesitas gente que te guie y te ayude, me dijo las ventajas, desventajas... y al final quedé ir a verlo a su oficina y tuvimos una reunión donde me terminó de convencer. Es algo que me ha gustado mucho, conozco a mucha gente y me ha servido, aunque es diferente a cuando eres jugador. Así fue, con Antonio muy bien y es esa persona que me sigue guiando, ahora que estoy trabajando con él en su agencia muy bien, estoy muy contento del camino. Sabemos cómo puede pensar el jugador, vamos a intentar ser transparentes y compañeros de viaje para que puedan tener una carrera lo más larga posible y que luego después del fútbol tengan la mejor vida.
¿Qué es lo más difícil de ser agente?
Que hay mucha competencia y que no puedes parar. Ha crecido esto, hay muchas agencias, muchos agentes, tienes que tener jugadores, tienes que salir a ver jugadores, tienes que estar atento a muchas cosas. Como todo en la vida, las cosas evolucionan y a nivel de agentes también, si antes había 30 ahora hay 300. Creo que todo ha cambiado, el volumen de jugadores, mucha gente que trabaja muy bien y eso te lleva a que no te relajes y tienes que estar en el día a día a tope.
¿Cómo es un día de última semana de mercado para un representante?
Son días exigentes de teléfono, llamadas, viajes... depende de qué situaciones, tienes que estar 24 horas muy atento a todo. Quizá ahora durante la entrevista me están llamando y es una operación urgente para cerrar, a ese nivel. Si te gusta es algo que te da adrenalina, también hay cosas que no te gustan tanto y cuando tienes a un perfil de jugador al que no le encuentras acomodo, que no sale nada... son personas, hay sentimientos, ese nerviosismo tú también lo pasas y son días que vas a full. Pero una vez que se acaba el mercado, no se acaba, vas a seguir igual y ya piensas en el mercado de verano, comienzas a trabajar, reuniones, creo que les pasa a todos.
Pasemos a la época de jugador. Hay un derbi de filiales en el que juegas contra Arbeloa, Juanfran o Soldado. ¿Te acuerdas?
Sí, me acuerdo, hay imágenes de eso. Me acuerdo de esa temporada, que salimos campeones e hicimos playoff para subir a Segunda pero no pudimos subir, subió el Racing de Ferrol. Sí tengo muchos recuerdos de esa temporada, fue un año espectacular, fue un año brutal.
¿Encuentras diferencias en lo que eran los filiales antes y ahora?
Creo que son épocas diferentes, yo si me voy a mi época, había jugadores muy buenos. Gabi, Toché, Manu del Moral, Sergio Torres... gente que luego acabó estando en el fútbol profesional, Domingo Cisma... veías que iban a llegar. Creo que hoy en día el fútbol ha cambiado y ves ese talento, pero son diferentes épocas. Veo esta época y hay jugadores muy buenos, pero en la mía todos me parecían buenos futbolistas. Y luego teníamos el caso de Fernando Torres que subió como la espuma, que pasó de cadetes y juveniles al primer equipo. Yo soy de esa generación del Atlético.
¿Esperabas a un Torres entrenador? ¿Te sorprendió?
No, porque en los vestuarios ha sido una persona como jugador de ver la parte táctica, te corregía, te decía... y era delantero y muy joven. Siempre ha sido muy tranquilo, muy profesional. Él tenía unas cosas que podía ser entrenador, igual que Gabi, ese carácter y liderazgo lo tenían. Eran dos perfiles que se veía que podía ser entrenador.
Tuviste muchos entrenadores en tu carrera. ¿Alguno que te haya dejado algo diferente?
Siempre me voy a acordar del que me hizo debutar, que fue César Ferrando. El entrenador que me dio esa oportunidad de ser jugador de fútbol profesional, es una persona que siempre voy a tener un grato recuerdo. Pero no sé con cuál quedarme, me quedo con todos, me han aportado muchas cosas, siendo titular o no. Te das cuenta cuando acabas el fútbol, lo ves de otra manera y me quedo con todos, me han aportado cosas que necesitaba.
Tuviste a Bordalás en sus primeros años. ¿Cómo era él?
Yo creo que Pepe ha demostrado que las cosas hay que trabajarlas mucho. No le ha regalado nada nadie, si está ahí es por méritos propios y que ha demostrado que es un entrenador que saca resultados y de creer, si está ahí es por algo. El recuerdo es muy bueno, él coge el equipo después de Esnáider, que lo cesan y llega Bordalás. Estábamos en descenso. Él llegó con muchísima fuerza, ganas y con unas ideas muy claras, terminamos subiendo a Primera. Fue una temporada que subimos en playoff en el último partido.
¿Tienes recuerdo de algún jugador que te sorprendiera mucho?
Tengo recuerdo de muchos, pero me acuerdo del Caño Ibagaza y yo lo veía técnicamente... era un jugador pequeñito, pero técnicamente era una locura, una pasada, parecía que tenía visión periférica. Claro, empiezas a ver a esos jugadores en el primer equipo y pensabas que tenías que subir el nivel. Después Jorge Molina o Rubén Castro en el Betis, que no fallaban ni un gol esta gente, tú ves a Joaquín y ves los controles, los centros... Dani Ceballos también. Ves esos jugadores y entiendes que son diferentes.